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D´s, la Creación y el Alma.
Sobre la Historia y el Propósito de la Creación.
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El Rompecabeza

Extraído de Autoestima. Rab Ezriel Tauber

La conciencia constante de Hashem es el objetivo final de cada individuo (ya sea que él lo sepa o no). Es, de hecho, el mayor placer, cuyo efecto puede ser sentido en este mundo pero cuyo impacto es reservado para el Mundo Venidero. Obtener conciencia de Hashem, no obstante, no es sólo para ganancia del individuo. El resto de la creación depende de ello.

Entiende esto:
´En el principio, Hashem creó los cielos (espiritualidad, alma, Torá) y la tierra´. La belleza de la tierra era reflejo de la del cielo. Sin embargo: ´La tierra estaba desolada y vacía´. Hashem sustrajo la belleza de la tierra para que la tarea de restaurarlo a su belleza original le fuera dada al hombre. No obstante, Adam, el primer hombre, no sólo no restauró la tierra a su estatura original, sino que influyó inconmensurablemente a su desolación.

La Tierra es como un rompecabezas. Cuando Adam pecó, el rompecabezas cayó en millones de piezas. El proceso de romper el rompecabezas en piezas continuó después de Adam por otras 20 generaciones, de tal modo que ni siquiera dos piezas permanecieron unidas una con la otra. Toda la humanidad estaba unida en contra de Hashem; todos veían el mundo como si el montón de piezas nunca hubiera existido en la forma de un cuadro armonioso y único.

éste era el mundo al que Abraham llegó. Del caos, él se dio cuenta que un Creador estaba detrás de todo y de que cada pieza tenía conexión con otra y emprendió el trabajo de enderezar el cuadro. A sus descendientes, a través de Yaakov, les fue asignado el papel clave de restaurar el rompecabezas pieza por pieza y, hasta el día de hoy, están ocupados en ese trabajo.

Y no existe un judío de más. Cada individuo tiene un número mínimo de piezas del que es responsable. ´Todo Israel tiene una parte en el Mundo Venidero´, quiere decir que todos los judíos tienen parte en construir este mundo en Mundo Venidero. Ningún judío (y ningún momento o experiencia en la vida de este judío), carece de la oportunidad de juntar las piezas en el rompecabezas, piezas que cuando estén finalmente conectadas van a constituir el Mundo Venidero. A este proceso se le llama ser socio de Hashem en maasé bereshit, ´el trabajo de creación´.

Hashem hizo tu existencia decisiva para la perfección del mundo entero. Sólo tú puedes juntar tus piezas. No lograrlo afecta a todos los demás.

Usualmente cuando uno trabaja en un rompecabezas largo y complicado, empieza con las piezas más fácilmente identificables. Primero pone las esquinas, apartando las piezas más difíciles para más adelante porque entonces la combinación posible de piezas se reduce. Desde el tiempo de Abraham, el rompecabezas de la creación ha sido reconstruido. Por lo tanto, las primeras generaciones hicieron los mayores y más notables adelantos. Nosotros, hacia el final de la historia, tenemos la tarea de juntar las piezas más complicadas. Por consiguiente, tenemos el Holocausto, el occidentalismo, etc., las piezas más difíciles.

Si las primeras generaciones eran más grandes que nosotros y, aun así no fueron capaces de resolver esas piezas, ¿cómo se puede esperar que nosotros las juntemos? La respuesta es: porque tenemos menos piezas. Aunque nuestras piezas son más difíciles, el número limitado de combinaciones posibles contrarresta su dificultad.

Por ejemplo, en la actualidad, las opciones son cada vez menos. El baal teshuvá tiene pocos lugares hacia dónde correr. La vida secular está sobrecargada de codicia, inmoralidad y egoísmo. Así como el siempre presente antisemitismo, ya sea el clásico abierto, o el refinado y sofisticado. Hasta el idealismo secular es una historia vieja y acabada.

Nosotros, de estas últimas generaciones no vemos más las orillas, el amplio cuadro nos ilumina a dónde conduce todo y de dónde viene todo. Sin embargo, existe una ventaja en esto. Debido a nuestra miopía, aquél que junta piezas, logra mucho más con esa pequeña pieza. él se descubre a sí mismo y beneficia al todo en un grado mucho mayor que nunca antes. Cuando el baal teshuvá regresa, inmediatamente ve la belleza mucho más clara de como la hubiera visto hace 100 años. En ese tiempo, el cuadro no estaba tan completo. No obstante, hasta que él entienda su función, su pequeña pieza es la más difícil de colocar.

Rab Ezriel Tauber

1 comentario
  1. Luz Maria

    Gracias por haber hecho esta pagina web, no soy judia pero hay algo en mi que busca constantemente respuestas, esta enseñanza me lleva a otra busqueda de respuesta, como saber cuáles son las piezas que debo buscar? Yo sin ser judia puedo contribuir en el rompecabezas para armarlo? Quienes si pueden o no reconstruir el rompecabezas? Gracias infinitas por sus enseñanzas, Hashem los bendiga.

    27/10/2018 a las 10:00

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