Sobre Percepcion: Primer entrega
1. «El Todopoderoso ha creado al hombre de una manera sencilla y directa, pero ellos (los hombres) inventaron muchas complicaciones (Koheles 7:29). «Las numerosas complicaciones», dijo el Rabino Sansón Rafael Hirsch, «son las enemigas de la felicidad.» (De la Sabiduría del Mishle, pág. 160). Tal como lo expresa el Rabino Simja Wasserman: «La vida es simple, las personas son complicadas.» La vida encierra en sí misma un potencial para la felicidad, pero cada persona escoge el contenido de sus pensamientos y la forma en que encarará las cosas.
2. La felicidad es como una destreza que puede aprenderse. Para adquirirla es preciso dominar lo siguiente:
– La habilidad de concentrarte en los pensamientos generadores de la felicidad en lugar de aquellos que causan desdicha.
– La capacidad de evaluar como positivos los hechos y las situaciones que se produzcan en lugar de hacerlo negativamente, o por lo menos aminorar su grado de negatividad (en vez de considerar como tragedias a las pequeñas molestias evalúalas como de menor importancia).
3. La vida de una persona que tiene una actitud positiva frente a todo lo que ocurre, es equiparada en el Mishle (15:15), a la de una existencia festiva. Su vida entera estará llena de felicidad y alegría. Esa persona no necesitará que acontezcan situaciones especiales que lo provean de felicidad. Todo lo que haga y en dondequiera que se encuentre, ha de encontrar cosas que lo hagan feliz. El crecerá constantemente a partir de cada experiencia y de cada persona, con la que entrará en contacto. El dominio de esta actitud requiere tiempo y esfuerzo, pero habrá de resultar una valiosa inversión.
4. Creamos en una proporción el mundo en que vivimos En tanto que numerosos hechos escapan a nuestro control y no estamos capacitados para ejercer una influencia directa sobre los mismos, tenemos aún la capacidad de controlar en gran medida nuestras actitudes frente a una determinada situación. De allí podemos concluir que las consecuencias emocionales resultantes de los hechos, dependen mayormente de nosotros mismos. Resulta irreal esperar la posesión de un perfecto control, pero todo aquel que se concentre tranquila y persistentemente sobre sus pensamientos podrá superarse.
5. Una fórmula concisa para la felicidad puede expresarse simplemente de la siguiente manera: Has un esfuerzo coherente para elaborar pensamientos que te conduzcan a la felicidad y así serás feliz. Tu mente está constantemente en acción ocupándose de diversas imágenes y percepciones que pasan delante de su foco. Si realizas un esfuerzo para repetirte expresiones que te conduzcan a la felicidad, habrás de vivir una existencia feliz dependiendo ello de tu decisión. Muchas personas no tienen cabal conciencia de todas las expresiones que de continuo se repiten a sí mismas, y si lograran concientizarse al respecto accederían a un mayor control sobre sus actitudes.
6. Muchas personas no dejan libradas al azar ningún aspecto de sus vidas, en la forma en que lo hacen con sus pensamientos. Manejan sus pensamientos de una manera tan confusa y desordenada, que prácticamente han perdido el control de su mente. El Rabino Simja Zissel de Kelm, ha comparado estas mentes con el contenido de un cubo de desperdicios: mucha basura y desechos y solamente una pequeña cantidad de material comestible. Cualquier tontería que por casualidad se cruzara por sus mentes, ocuparía el lugar destinado a pensamientos serios y elevados. La primera obligación de toda persona es la de esforzarse para tener una mente ordenada, y decidir cuáles serán los pensamientos que habrá de elaborar. La capacidad para decidir qué pensamientos habrán de ocupar tu mente, deberá adquiriese y demandará mucha práctica lograr dominarla. No podrá alcanzarse este objetivo en solo un día, requiriéndose para ello un prolongado período de tiempo. Es importante que no te sientas muy exigido, porque ello determinaría que los resultados fuesen opuestos a los deseados. Encara esta meta con calma y siendo flexible al mismo tiempo.
Comienza a ejercitarte con tu poder de pensamiento durante un par de minutos, para luego ir incrementando ese tiempo. Una forma de realizarlo es empezar pensando en un tema específico durante cinco minutos, sin permitir que otro pensamiento ajeno ingrese a tu mente (Tnuas Hamussar, Vol.2, págs. 149-150).
7. La felicidad puede aprenderse. Aunque probablemente jamás lleguemos a tener un completo control sobre nuestras emociones, lograremos un dominio mucho mayor que el que mucha gente supone. Nuestros pensamientos controlan nuestras emociones, y disponemos de la capacidad de controlar nuestros pensamientos en su gran mayoría. Sin tener en cuenta la forma en que una persona haya podido pensar en el pasado, si está dispuesta a ser flexible, podrá llegar a aprender a pensar de las maneras que le deparen felicidad.
8. Somos nosotros mismos los que elegimos concentrarnos en aquellas ideas que impulsarán nuestra felicidad, o en las que nos harán desdichados. Tú mismo escoges tus pensamientos. Si permites que tu mente se vea ocupada por cualquier clase de ideas que pudieran irrumpir de golpe, esta sería también tu opción. El escoger ser pasivo y permitir que tu felicidad se base en reacciones reflejas en lugar de tomar activamente la iniciativa, incidirá en creer que esos pensamientos sean los más provechosos para tí. Es inmensa la gama de tópicos que puedes seleccionar para fijar tu atención en ellos. Algunos te resultarán dolorosos, sin que puedas hacer nada constructivo para cambiar los hechos (por ejemplo, todos los infortunios que te sucedieron en el pasado). Otros pensamientos en cambio te proporcionarán placer y felicidad. Para vivir una existencia más feliz, necesitarás minimizar la magnitud del tiempo empleado en las ideas negativas y elevar al máximo el utilizado en los pensamientos que conducen a la felicidad.
9. Muchas personas se encuentran en una situación similar a la de alguien que está constantemente preocupado por no tener nada para comer. Si se le aproximara un hombre y le preguntara: «¿Por qué estás tan preocupado? Ven conmigo y te enseñaré un gran tesoro que tu padre te ha legado.» Imagínate la insensatez de quien se rehusara a acompañar a ese hombre, y prefiera en cambio continuar preocupándose (Jojmah Umussar, Vol.2, pág.247).
Tan insensata resultará la persona que malgasta su poder de raciocinio enfocando los aspectos negativos de la vida, que se rehusará sistemáticamente a considerar los aspectos positivos. Podría en cambio descubrir grandes tesoros si realizara el esfuerzo mental necesario. ¡Cuán insensato resulta emplear tu mente para provocar tu propia desdicha, cuando se te brinda la posibilidad de utilizarla para centrarla en tópicos positivos!
10. Estamos constantemente repitiéndonos mensajes que recepciona nuestra mente. Si los mismos tienen un sentido negativo como: «Soy un fracaso», «El mundo es un lugar horrible» «No hay nada que nunca ande bien», nuestra vida será desgraciada. Podemos esforzarnos para lograr concientemente transmitir a nuestra mente mensajes positivos tales como: «Tengo la capacidad de seguir mejorando», «El mundo contiene muchas magníficas oportunidades», «Todo lo que me suceda contiene elementos que me harán crecer». El Rabino Israel Salanter enfatizó la importancia de memorizar textos de aforismos y pasajes inspiradores y repetirlos constantemente, y poco a poco los mismos tendrán un efecto positivo sobre tu personalidad y tus emociones (Ver Tnuas Hamussar, Vol. l, págs.252- 253).
Zelig Pliskin