Libro Devarim (Deuteronomio)
Vaetjanán
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Vaetjanán (1)

PARASHAT VAETJANÁN – SECCIÓN VAETJANÁN

23 Yo Le imploré a El Eterno en ese momento, diciendo:
24 «Mi Señor, Dios, Tú has empezado a mostrarle a Tu servidor Tu grandeza y Tu mano fuerte, pues ¿qué dios hay en los Cielos o en la Tierra que pueda realizar como Tus actos y Tus proezas.
25 Por favor: déjame cruzar y ver la buena Tierra que está del otro lado del Jordán, esta buena montaña y el Líbano».
26 Mas El Eterno se enojó conmigo a causa de vosotros y no me escuchó; El Eterno me dijo: «¡Es demasiado para ti! No continúes hablándome más de este tema.
27 Sube a la cima del peñasco y eleva tus ojos hacia el oeste, hacia el norte, hacia el sur y hacia el este, y ve con tus propios ojos, pues no cruzarás este Jordán.
28 Pero darás órdenes a Iehoshúa (Josué) y lo fortalecerás, y le infundirás ánimo, pues él cruzará delante del pueblo y él hará que ellos hereden la Tierra que habrás de ver».
29 Y nos quedamos en el valle, frente a Bet Peor.

4

1 Ahora, Israel, escucha los decretos y las ordenanzas que yo os enseño para que los realicéis, para que viváis y vayáis y poseáis la Tierra que El Eterno, el Dios de vuestros antepasados, os da.
2 No agregaréis a la palabra que os mando ni sustraeréis de ella, para observar los preceptos de El Eterno, vuestro Dios, que os ordeno.
3 Vuestros propios ojos han visto lo que hizo El Eterno con Baal Peor, pues todo hombre que fue tras Baal-Peor, El Eterno, vuestro Dios, lo destruyó de vuestro medio.
4 Pero vosotros que estáis apegados a El Eterno, vuestro Dios, estáis todos vivos hoy.
5 Ved, os he enseñado decretos y ordenanzas, tal como El Eterno, mi Dios, me ha ordenado, para realizarlas así en medio de la Tierra a la que venís allí a poseer.
6 Los guardaréis y los realizaréis, pues es vuestra sabiduría y vuestro entendimiento a los ojos de los pueblos, quienes oirán todos estos decretos y dirán: «¡Ciertamente un pueblo sabio y entendedor es esta gran nación!».
7 Pues ¿cuál es la gran nación que tiene un Dios Que está junto a ella, como está El Eterno, nuestro Dios, cada vez que Lo llamamos?
8 Y ¿cuál es la gran nación que cuenta con decretos y ordenanzas justos, como toda esta Torá que yo coloco ante vosotros en este día?
9 Únicamente, seis cuidadosos de vosotros y seis muy cuidados de vuestra alma, para que no olvides las cosas que vieron vuestros ojos y para que no las apartes de vuestro corazón en todos los días de vuestra vida, y las haréis conocer a vuestros hijos y a los hijos de vuestros hijos,
10 el día que estuviste parado frente a El Eterno, vuestro Dios, en Jorev, cuando El Eterno me dijo: «Reúneme al pueblo y Yo les haré oír Mis palabras, para que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y para que las enseñen a sus hijos».
11 Entonces os acercasteis y os parasteis al pie de la montaña, y la montaña ardía con fuego hasta el corazón de los Cielos, oscuridad, nube y nube espesa.
12 El Eterno os habló de en medio del fuego; oíais la voz de palabras, mas no veíais una forma, solamente una voz.
13 Él os expresó de Su pacto que Él os ordenó cumplir, los Diez Mandamientos, y Él los inscribió en dos Tablas de piedra.
14 El Eterno me ordenó en ese momento que os enseñara los decretos y las ordenanzas que realizaréis en la Tierra a la que cruzáis allí para poseerla.
15 Pero seréis muy cuidadosos con vuestras almas, pues no visteis ninguna imagen el día que El Eterno os habló en Jorev, en medio del fuego,
16 para que no actuéis de forma corrupta y os hagáis imágenes talladas, semejanzas de ninguna forma; ni imagen de hombre ni imagen mujer;
17 ni forma de ningún animal sobre la tierra; ni forma de ninguna ave alada que vuela por los Cielos; 18 ni forma de nada que repte por el suelo, ni forma de ningún pez que está en el agua bajo la tierra; 19 para que no elevéis los ojos hacia los Cielos y veáis el Sol y la Luna y las estrellas, toda la legión de los Cielos, y os descarriéis y os inclinéis ante ellos y los adoréis a ellos, a los que El Eterno, vuestro Dios, ha designado para todos los pueblos bajo todo los Cielos.
20 Mas El Eterno os ha tomado y os ha extraído del crisol de hierro, de Egipto, para ser una nación de herencia para El, como en este mismo día.
21 El Eterno Se enojó conmigo a causa de vosotros, y juró que yo no cruzaría el Jordán y no llegaría a la buena Tierra que El Eterno, vuestro Dios, os da por posesión.
22 Pues he de morir en esta tierra; no he de cruzar el Jordán, mas vosotros sí cruzaréis y tomaréis posesión de esta buena Tierra.
23 Sed cuidadosos para que no olvidéis el pacto con El Eterno, vuestro Dios, que El ha establecido con vosotros, y os hagáis imagen tallada, una semejanza de cualquier cosa, tal como El Eterno, vuestro Dios, os ha ordenado.
24 Pues El Eterno, vuestro Dios, es un fuego que consume, un Dios celoso.
25 Cuando engendréis hijos y nietos, y habréis estado mucho tiempo en la Tierra, os corromperéis y haréis imágenes talladas de cualquier cosa, y haréis el mal a los ojos de El Eterno, vuestro Dios, para hacerlo enojar.
26 Yo designo a los Cielos y a la Tierra en este día para que sean testigos de que ciertamente os perderéis rápidamente de sobre la Tierra por la que cruzáis el Jordán, para poseerla; no permaneceréis largos días sobre ella, pues seréis aniquilados.
27 El Eterno os dispersará entre los pueblos y quedaréis pocos en número entre las naciones a las que El Eterno os conducirá allí.
28 Allí serviréis a dioses, obra de hombre, de madera y de piedra, que no ven, que no oyen, y que no comen y que no huelen.
29 Desde allí buscaréis a El Eterno, tu Dios, y Lo encontraréis si Lo buscáis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
30 Cuando estéis afligido y todas estas cosas os hayan acontecido, al final de los días, regresaréis a El Eterno, vuestro Dios, y escucharéis Su voz.
31 Pues El Eterno, vuestro Dios, es un Dios compasivo, Él no os abandonará ni os destruirá, y Él no olvidará el pacto que con vuestros antepasados que Él les juró.
32 Pues inquirid ahora acerca de los días primeros que os precedieron, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra y desde un confín de los Cielos hasta el otro confín de los Cielos: ¿ha habido alguna vez algo parecido a esta gran cosa o se ha oído alguna vez algo parecido?
33 ¿Ha oído algún pueblo la voz de Dios hablando desde el medio del fuego, tal como vos la habéis oído, y ha sobrevivido?
34 ¿O alguna vez algún dios vino de forma milagrosa a tomar para sí una nación de en medio de una nación, con desafíos, con señales y con maravillas, y con guerra y con mano fuerte, y con brazo extendido y con proezas imponentes, como todo lo que El Eterno, vuestro Dios, hizo en Egipto delante de vuestros ojos?
35 Se os ha mostrado para que sepáis que El Eterno, ¡Él es el Dios! ¡No hay ningún otro fuera de Él!
36 Desde los Cielos Él hizo que oyerais Su voz para enseñaros y sobre la Tierra Él os mostró Su gran fuego, y vosotros oísteis Sus palabras de en medio del fuego,
37 porque Él amaba a vuestros antepasados y Él eligió a su descendencia posterior, y os sacó de ante Él Mismo con Su gran poder de Egipto;
38 para expulsar de ante ti a las naciones que son más grandes y más poderosas que vosotros, para traeros, para daros su tierra por heredad, como este mismo día.
39 Conoceréis este día, y lo internalizaréis en vuestro corazón, que El Eterno, Él es el Dios, arriba en los Cielos y abajo en la Tierra, y no hay ningún otro.
40 Observaréis Sus decretos y Sus preceptos que yo os ordeno en este día, para que Él os haga el bien, a vosotros y a vuestra descendencia posterior, y para que prolonguéis vuestros días sobre la Tierra que El Eterno, vuestro Dios, os da para siempre.

41 Entonces Moshé (Moisés) separó tres ciudades en la orilla del Jordán, hacia el sol saliente,
42 para que el asesino huya allí, aquel que hubiere matado a su prójimo sin saber, pero que no era su enemigo desde ayer y desde anteayer, y entonces él huirá a una de estas ciudades y vivirá:
43 Betzer en el desierto, en la tierra de la planicie, del reubenita; Ramot, en el Gilad, del gadita; y Golán en Bashán, del menashita.

44 Ésta es la Torá que Moshé (Moisés) colocó ante los Hijos de Israel.
45 Éstos son los testimonios, los decretos y las ordenanzas que Moshé (Moisés) habló a los Hijos de Israel, cuando se fueron de Egipto,
46 del otro del Jordán, en el valle, frente a Bet Peor en la tierra de Sijón, rey de los amorreos, que habita en Jeshbón, al que Moshé (Moisés) y los Hijos de Israel golpearon mortalmente cuando salieron de Egipto.
47 Ellos tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, el rey de Bashán, dos reyes amorreos, que están del otro del Jordán, donde sale el sol;
48 desde Aroer que está junto a la costa del arroyo Arnon hasta el Monte Sión, que es Jermón,
49 toda la Aravá, la orilla oriental del Jordán hasta el Mar de Aravá, bajo las vertientes de los peñascos.

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