HALEL
El camino del hombre
La Torá, un proyecto universal
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Potencialidad y circunstancialidad

 

En el libro Shemót (Exodo), cuando se relata la preparación previa a la revelación de la Torá en Sinái, el texto repentinamente cambia del plural al singular cuando se refiere al pueblo de Israel.

» Y viajaron desde Redifím y llegaron al desierto de Sinái y acamparon en el desierto e Israel acampó allí ante la montaña»
Shemót 19:2

Nuestros Sabios explican que en ese momento eran como un solo ser cuyo propósito consistía en ayudar a su prójimo, como diferentes órganos y células de un solo cuerpo.
Ello fue resultado de dos componentes, uno potencial y otro circunstancial:

a) Potencial

La tradición ancestral iniciada por Abraham les revelará posteriormente, a través de Itzják y Iaacóv, el potencial de Israel para armonizar el ámbito material-sensorial con la realidad espiritual.

b) Circunstancial

La experiencia que acababan de sufrir siendo esclavos durante varias generaciones bajo el dominio egipcio.

Así como la semilla posee en potencia los frutos que el árbol puede dar -siempre que creemos las circunstancias apropiadas: tierra fértil, suficiente agua, etc.- algo similar sucede con el ser humano. Las influencias del medio ambiente aceleran o retrasan la revelación del potencial interior.
No siempre es posible comprender la forma en que estas influencias se revelan y la situación en que se manifiestan. Lo que a veces parece negativo en el presente puede ser positivo en el futuro y viceversa (consultar La ley de desarrollo de la humanidad).

¿Quién es sabio? Quien prevé lo que va a nacer.
Talmud de Babilonia tratado Tamid 32:1

O sea, quien conoce las causas, lo espiritual, y por lo tanto puede prever las consecuencias, lo material, que cada pensamiento, sentimiento y acto van a generar. En esta área se centra la educación judía auténtica preparándonos para ver más allá del momento.

Cuando el individuo comienza su trabajo espiritual se encuentra limitado a sí mismo a causa de su deseo de recibir egoísta. Todo ser y realidad con los cuales no se encuentre comprometido permanecerán en la condición de «lo no existente», ya que no lo afectan. Como un niño al cual lo único que lo motiva es que sus deseos se concreticen inmediatamente, puesto que aún no tiene la capacidad de ver a largo plazo y evaluar las consecuencias de sus actos, así sucede con el hombre; cuando todavía no desarrolló su espiritualidad todo está latente, pero aún no logró crear las circunstancias para que su potencial se revele.

Dichas circunstancias pueden surgir a través de dos caminos: Por el camino de la conciencia, manifestando nuestra potencialidad y decidiendo por propia voluntad como lo hizo Abraham Avinu, o a través de padecimientos como la esclavitud en Egipto, lo cual nos hace reflexionar y llegar a la conclusión de que sólo el compromiso con el prójimo conduce al bien colectivo.

 

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