El sentido psicológico de sus leyes II
(Selección extraída del libro «Y sereis felices…», Editado por el Colel Nahalat Yaacob, Venezuela)
Rab. Solovieychik de B.M. en su obra «Reflexiones de Rabino» (1979, cap. 14) profundiza y agrega una dimensión diferente a la aclaración de este punto.
El rabino Solovieychik escribe que la idolatría posee dos aspectos, uno el de prosternarse a un ídolo, y el otro, un estilo de vida cuyo sentido es el sometimiento absoluto a las fuerzas naturales. La chispa Divina aparece con el dominio y sometimiento de las fuerzas fisícas naturales al sevicio a D-os. El pecado del becerro de oro representa el primer aspecto, en tanto que la queja del pueblo debido a la falta de carne, el segundo, o, más adecuadamente, la segunda forma de idolatría.
He aquí ante nosotros un argumento psicológico profundo que toma a la pareja como un ente y a cada uno de sus integrante en forma específica.
Expertos en el área de psiquiatría y psicología confirman esta aseveración, o sea, lo perjudicial que resulta el hábito en las relaciones íntimas de la pareja.
El Dr. Greenson, en su artículo arriba mencionado, argumenta que la inclinación de ciertos hombres en la edad madura de evitar el contacto íntimo se debe, en parte, a que dichas relaciones son concebidas como algo habitual.
También el psicólogo existencial Dr. Rulo May, enfatiza este aspecto en su artículo «Paradojas del Sexo y el Amor» que aparece en su libro arriba citado (Un Análisis de la Irregularidad Sexual Humana).
A la luz de todo lo expuesto, no debe asombramos que una parte vital en el tratamiento moderno de los problemas sexuales, es la indicación dada a los pacientes desde el comienzo: abstenerse de contactos íntimos (ver por ejemplo, «La Nueva Terapia Sexual» H.S. Kaolan, 1979 N.Y.). Esta indicación viene fundamentalmente a deshacer la tensión, disminuyendo la presión de tener que funcionar desde el punto de vista sexual. Y aunque estamos hablando de ciertas personas con problemas específicos que deben recurrir a la ayuda profesional, el principio psicológico que sirve de base para esta indicación es relevante también para las demás personas.
El Dr. May (en el artículo arriba citado) escribe que se le debe dar a las personas la posibilidad de liberarse de la presión que pesa sobre ellos y les hace creer que están obligados a funcionar sexualmente en forma perfecta. Esta presión, que de acuerdo a su consideración es producto de esta época moderna, convierte a la persona en una máquina y le arranca todo vestigio de humanidad. Las leyes de pureza familiar permiten un paréntesis en el cual es posible reevaluar la relación de pareja, desde un punto de vista libre de fantasmas provocados por la permanente ansiedad de funcionar perfectamente en lo sexual.
La separación no sólo representa un elemento técnico que permite renovar y reavivar la relación física, sino también es una excelente posibilidad que les confiere para analizar el estado de sus relaciones, el lugar que ocupa cada uno en la pareja desde una perspectiva que no se halla influenciada sino exclusivamente por la maravillosa fuerza de las relaciones íntimas. El Dr. May, refiere cierta información interesante que un investigador le comentó haber observado durante su trabajo. Es posible que un integrante de la pareja sufra excesos por parte del otro y de todas formas los soporte, sin embargo cuando el otro demuestre indiferencia en las relaciones íntimas o trate de evitar constantemente el contacto sexual, verá esto como una clara evidencia de que se esfumó el amor. Esta tergiversación es un resultado directo de la imposibilidad de la pareja de evitar la presión por funcionar, liberarse y ver las cosas desde otra perspectiva, según la realidad.Como lo citamos más arriba, las leyes de la pureza familiar responden a esta necesidad.
El Dr. Miselman se explaya sobre este principio y desarrolla otro aspecto igualmente interesante. La pareja tiene la necesidad de dialogar sobre problemas comunes, conflictos que aparecen en sus vidas. El diálogo abierto es la piedra angular de una estructura sólida en la vida matrimonial normal; la pareja puede evitar este tipo de apertura por el miedo a herir su vida íntima, sin embargo es vital mantener este tipo de comunicación en un ambiente libre de dichos miedos.
No es necesario volver a señalar a función central de la separación de acuerdo a las leyes correspondientes y su influencia en la formación de un ambiente agradable y armónico para mantener tales diálogos.
La psiquiatría y la psicología moderna fueron influenciadas por corrientes filosóficas y cierta literatura que señalaron el sentimiento del hombre moderno como utilizado, como un detalle pequeño, de ínfimo valor, como un objeto que fue despojado de su autoestima, la estima básica como persona. Nuevos ideales que se propagan en el mundo señalan las injusticias que se cometen contra ciertas personas, especialmente oímos sobre el «movimiento por los derechos de la mujer», que adopta como cisma la igualdad de derechos para ésta. Quien lo analice, no podrá dejar de percibir que más de lo que les molesta a las integrantes de dicho movimiento es la desigualdad de derechos, de posibilidades económicas, directivas, etc, les molesta la deshonra punsante de que la mujer es considerada como un objeto, como un juego que tiene por objeto brindar placer al hombre. Los psiquiatras, los psicólogos y los trabajadores sociales pueden hablar de ásperos sentimientos que se anidan en el pecho de muchas mujeres contra sus maridos. Numerosos argumentos sobre desprecio, explotación se escucharon antes de la aparición de este movimiento. Se puede decir que el judaísmo, cuya ala se extiende sobre la pareja, se constituye en un escudo protector de la mujer, cuida su respeto como persona independiente y no como un objeto que existe exclusivamente para provocar el placer del esposo.
Al comienzo de nuestras palabras citamos lo escrito por Raabad, de B.M, en relación a que el sometimiento del instinto nos recuerda y testimonia que existe un Creador del Universo. Ahora concluiremos con las palabras del Ramban, de B.M, quien agrega un motivo fundamentado en un profundo conocimiento del espíritu humano, y así se expresa, comentando el versículo en el libro de Debarim, Parashat Nitzavim 29,18 «Por si existe en Uds. una raíz de frutos amargos…»: El motivo es que el espíritu humano satisfecho, que no desea aquello que le está prohibido, cuando aparezca ante – él algo de – deseo y lo satisfaga, entonces incrementará en él una ambición mayor y estará anhelante por aquello que comió o que realizó más que en la primera vez, y deseará también cosas no buenas las cuales no había anhelado en un principio. Pues quien desee cohabitar con mujeres hermosas, al lograr sus anhelos deseará una relación homosexual, el bestialismo, y todo tipo de bajas inclinaciones; como lo describieron Nuestros Sabios: «Un pequeño miembro posee el hombre, si lo harta permanecerá hambriento y si lo deja hambriento se hartará».
La palabras de Nuestro Maestro se materializaron y somos testigos del bajo nivel espiritual que alcanzó parte de nuestra generación y sus sabios, que observan positivamente muchas desviaciones y perversiones e incluso tratan de justificarlas. Las leyes de pureza familiar elevan el deseo fisico a un nivel de santidad por un lado, y por otro guardan que este deseo justamente por el hecho de que no puede satisfacerse en cualquier momento se cuida en toda su pureza, y por medio de ello se evita una degradación del potencial del deseo que se expresa de distintas y caprichosas formas.
Dr. Aharón Ravinobich