El sentido psicológico de sus leyes I
(Selección extraída del libro «Y sereis felices…», Editado por el Colel Nahalat Yaacob, Venezuela)
Es un rasgo natural del ser humano dejarse influenciar por su entorno, especialmente por las opiniones emitidas por los hombres de ciencia e investigadores. Estas opiniones crean, en ocasiones, confusión y falta de claridad, pudiendo hacer ver a quienes las siguen en algunos de los preceptos una contradicción a la lógica natural. Debido a ello, consideraron nuestros sabios una sagrada obligación disipar esa oscuridad por medio de explicaciones sobre los preceptos, con el objeto de acercar el razonamiento humano al de la Torá.
Los sabios de generaciones pasadas, incluyendo los del Midrash (exégesis rabínica), profundizaron en sus investigaciones y dejando explicaciones escritas a las Mitzvot (preceptos) de la Torá, cada quien de acuerdo a su criterio. Se puede decir que el común denominador entre ellos, es que sus explicaciones no tuvieron la intención de revelar los motivos por los que fue encomendado determinado precepto, ya que dicha actitud lindaría con la insolencia, ya que quien puede afirmar que comprendió la intención del Creador, que a él le fueron descubiertos los secretos del saber.
Indudablemente su intención fué la de guiar a los perplejos y acercar a Israel a su Padre Celestial. Debemos citar aquí la postura de Rab. Shimshon Rafael Hirsh, de B.M, quien criticó (en la misiva 18 de su obra «Igrot Tzafim») la actitud de nuestro gran maestro «Maimonides de B.M, pues pensó que su pensamiento sobre este tema se hallaba parcialmente confuso, aunque no es éste el lugar para citar sus argumentos, sin embargo sus palabras allí pueden ser utilizadas como una evidencia clara de que las intención de los autores fue la que acabamos de referir.
Al igual que otras áreas de la Torá, también fueron investigadas las leyes concernientes a la pureza familiar y su sentido en cuanto a la formación de la vida matrimonial.
Algunos desarrollaron el tema desde el punto de vista de higiene y salud, en tanto que otros lo hicieron desde una perspectiva psicológica y emocional. Este artículo tratará de centralizar lo que se ha escrito en relación al sentido psicológico y explayar un poco más el tema.
La utilización de la palabra «psicología» se referirá a la más amplia acepción del término, o sea, todo aquello que influencia al hombre en lo anímico y espiritual, lo que forma determinados rasgos de la conducta humana.
Una comprensión correcta del sentido psicológico de las leyes de la pureza familiar, se basa en una adecuada percepción de las relaciones íntimas entre el hombre y la mujer. Es posible encontrar un buen resumen sobre la perspectiva de la Torá en relación a esta estructura de sentimientos en el libro del Dr. Miselman, «La mujer en la legislación judía» (Ktav Publishing House, Yeshiba University Press, N.Y. 1978).
Se citan expresiones atribuidas a Ramban de B.M. en el Cap. 18: «No debe pensar la persona que en la relación fisica existe algo degradante u oscuro, -D-os no lo permita- pues dicha relación fue denominada como «Yedi-a» (conocimiento) lo cual no esta desprovisto de sentido … Es sabido que de no existir en tal acto un gran santidad no hubiese sido calificado como «Yedi-a»…Sin embargo nosotros, seguidores fieles de nuestra sagrada Torá, creemos que el Creador, Bendito Sea, creó todo de acuerdo a los dictados de su sabiduría, y nada degradante o banal».
Najmánides de B.M. en forma clara y expresa en el comienzo de sus palabras que » … la relación es algo sagrado y limpio mientras se realice como corresponde y cuando se debe». Esta forma de pensar nos alumbra e indica el camino por donde debemos transitar al tratar de comprender el sentido psicológico de las leyes de la pureza familiar. Dichas leyes inciden en las relaciones íntimas de la pareja, fundamentalmente en dos sentidos:
1) Sobre el hombre o la mujer como entes independientes
2) Sobre la pareja como ente único.
Se debe tipificar la influencia como actuante sobre una de la formas citadas o sobre ambas conjuntamente.
Al referirnos a la pareja como entidad nos surge una interrogante: ¿Cuál es la perspectiva de la Torá sobre el amor conyugal? ¿Acaso dicho amor es un aspecto del amor de la persona hacia el prójimo, o se trata de algo nuevo y diferente?
El rab Desler de B.M. en su libro «Carta de Eliahu» Tomo 1, trata esta interrogante en el Capítulo sobre «El Favor» Sección 6: «El amor sexual es una de las fuerzas fantásticas del espíritu. Aparentemente podríamos pensar que no existe un sentido real en dicho amor, sino que es parte de la suprema intención del Creador del Universo para la existencia del mundo, así como nos fue instituido el hambre para la subsistencia física. Sin embargo, esto está muy lejos de la comprensión, ya que el deseo se halla presente en el corazón del hombre, asimismo el anhelo de poseer descendencia, y esto sería suficiente para la finalidad referida. Por lo tanto, ¿para qué se agregó este amor? Oí que comentan que dicho amor es un resultado del reconocimiento, el reconocimiento mutuo por ayudarse a cumplir su función natural. Sin embargo, quienes así piensan se equivocan, ya que existen tantos desagradecidos entre los seres humanos y no observamos que carecen de amor sexual.
Por ello afirmarnos, que dicho amor surge del complemento mutuo, así lo ideó D-os Bendito Sea en la naturaleza humana, como lo declaran Nuestros Sabios, «Todo hombre que no posee una mujer… no es un hombre completo» (Bereshit Rabba 17); y siendo que el hombre sólo es una criatura incompleta ya que no puede cumplir con su función, por ello al complementarse uno al otro, se aman uno a otro, como lo aclararnos, ya que quien da, ama. Y así, quien ama toda su intención es dar, transmitir sosiego y placer al otro».
A la luz de lo expuesto, podemos tratar de desarrollar el interrogante que nos ocupa, las leyes de la pureza familiar y su incidencia y sentido psicológico, de la siguiente forma: ¿Cuál es la influencia del distanciamiento en la pareja durante el período prohibido, sobre el amor mutuo? ¿Dicho distanciamiento debilita o refuerza la relación mutua?
Trataremos de ocupamos de esta pregunta, sin embargo consideramos lógico analizar previamente la incidencia de las diferentes leyes sobre el hombre y la mujer como entidades separadas.
El «Sefer HaJinuj» (Precepto 166) entiende la prohibición del contacto como un instrumento educativo para el hombre a fin de alcanzar el autocontrol, el gobierno de si mismo. Se expresó en forma similar a sus explicaciones sobre otros preceptos, con ciertos agregados relevantes fundamentalmente en todo lo relacionado con la mujer; «Podemos decir que la menstruación que afecta a la mujer mensualmente existe a fin de que no se enorgullezca. O para alejar parcialmente el acercamiento del hombre a fin de que éste no la persiga constantemente».
He aquí dos motivos desarrollados por el «Sefer Hajinuj»; el primero, evitar la soberbia en la mujer, pues al sentirse constantemente deseada puede tener sentimientos de superioridad, por ello es que este precepto se vale de determinado estado fisiológico natural y le enseña que no debe permitir a esos sentimientos de superioridad gobernarla. El segundo motivo está destinado, fundamentalmente, a la educación del hombre en su autocontrol, aunque, por supuesto, es válido asimismo para la mujer.
En una tesitura similar, aunque enfatizando otro aspecto, escribe el Raabad de B.M. en su libro «Baale Hanefesh»: «Para que sepa el hombre que posee un Creador que lo gobierna, le instituyó un reglamento y una ley en sus relaciones maritales, así como dictaminó sus leyes sobre todas las posesiones del hombre, pues si le da un campo para sembrar le encomendó diversas leyes sobre el arado, la siembra y la recolección, no debe arar buey y asno juntos, no debe sembrar mixturas, al recolectar debe dejar extremo del campo para los pobres … al hacer su masa debe apartar Jalá (un pequeño trozo), al comer bendecirá a su Creador antes y después de la comida.. sobre su tiempo impuso Su decreto, debe cuidar el Shabbat y las festividades; también a la mujer, compañera del hombre le encomendó su ley ordenándole que debe apartarse del hombre en determinados momentos…». El Raabad observa en las limitaciones impuestas al accionar humano, resultado de los preceptos, una rememoración al hombre de la presencia de Su Creador. Al intercalar este pensamiento en su explicación, introduce un vestigio de espiritualidad, que trasciende el argumento del autocontrol y el gobierno de los instintos.
Dr. Aharón Ravinobich