El desarrollo de nuestras cualidades personales[1]
Extraído de Banim Atem del Rab Daniel Oppenheimer
En el crecimiento de las Midot no existe un si o un no poseerlas. Son procesos evolutivos que demoran toda la vida del ser humano. Por lo tanto[…] más que un determinado peldaño moral en el cual se encuentra [la persona], es el rumbo hacia el cual se dirige lo que vale.
A su vez, sepamos que ninguna virtud es jamás buena o mala en si, sino que depende de la aplicación de dicha actitud en el contexto apropiado.
1. Modestia:
La característica elemental sobre la cual se basan todas las virtudes o los vicios de la persona es la modestia. Modestia no significa desconocer las propias facultades y habilidades para emprender una tarea. Eso es haraganería. Precisamente, modestia es reconocer las propias facultades y debilidades, atribuyendo a D»s (y no a sí mismo) el hecho de poseerlas. Es, a su vez, el darse cuenta de que le falta mucho a uno para ser lo que verdaderamente podría llegar a ser, aprovechando todo el potencial propio.
2. Saber pedir ayuda:
Una ramificación crítica dentro de la modestia, es la predisposición de pedir ayuda a quienes saben más que uno en ciertas situaciones. En muchas instancias, la gente deja de asesorarse con otros, pues sienten que acudir a pedir auxilio, es indigno al honor personal. Mucha de la miseria doméstica se podría evitar, si las personas fuesen modestas en este aspecto.
3. Recato:
El recato en la persona lo llama a reforzar los aspectos íntimos y espirituales de su personalidad, poniendo énfasis en que su alma fue diseñada «a imagen Di-vina». Cuando el versículo señala «caminar con modestia frente al Todopoderoso», nos advierte que nuestra vida espiritual, a su vez, debe ser protegida de la ostentación.
4. Seguir creciendo siempre:
La modestia también implica nunca dejar de aprender, seguir creciendo siempre. Sólo el necio cree que siempre lo sabe todo. Los judíos conceptuamos al sabio como el Talmid Jajam («alumno de sabio»), pues jamás cree «haber llegado». En ese sentido, contrasta rotundamente nuestra manera de pensar a la del mundo profano: el concepto laico de la vida es, que el ser humano va creciendo a medida que puede generar recursos y cae cuando mengua su capacidad laboral. ¿Acaso no se llama a los que ya no trabajan «la clase pasiva»? «Pasivo» es aquel que carece de protagonismo. El judío, sin embargo, mientras vive, sabe que su vida siempre tiene valor, constantemente puede crecer y aprender, sin depender de cuales fueran las circunstancias en las que se halle.
Los seres humanos nos denominamos «Mehaljim» (capaces de avanzar), a diferencia de los ángeles quienes no poseen la oportunidad de corregir errores, o modificar su existencia moral de modo alguno.
Acerca de Moshé – el maestro de Israel – la Torá dice que aun en el último día de su vida, «Vaielej Moshé», es decir que siguió creciendo hasta su último suspiro.
5. Confianza en el Creador:
El próximo concepto fundamental que se debe transmitir a la familia es el de Bitajón (Confianza en el Todopoderoso). Si bien se podrían escribir ensayos enteros sobre este tema para conocerlo bien, será suficiente con decir que el Bitajón se manifiesta cuando la persona acepta que las cosas que le sucedieron o las que le sobrevendrán en el futuro, todas dependen únicamente de la Voluntad del Todopoderoso. Esto no quita que cada uno procure lo que desea para su futuro en términos terrenales. Pero debe ser consciente de que la decisión de si su gestión obtendrá los frutos esperados, depende solamente del Fallo Celestial. Los Sabios dijeron que la persona debe manifestar que «todo lo que el Creador determina, es para bien».
El Bitajón no se enseña cuando se acerca una persona que está dominada por una situación límite, y uno le dice «no te preocupes, pues todo estará bien». Nadie sabe jamás con certeza, cómo ocurrirán los próximos acontecimientos. Nadie se tranquiliza cuando siente que su interlocutor minimiza vagamente la gravedad de su preocupación.
La certidumbre en el hecho de que D»s conduce los destinos del mundo en general, y de cada individuo en particular, se enseña en el momento en que los padres están enfrentados con situaciones adversas (críticas o llevaderas) – de las que nunca faltan, y reaccionan con aplomo y tranquilidad – dejando entrever que todo está en Mano de Quien conduce el mundo.
6. Tranquilidad mental:
Como consecuencia, el Bitajón conduce, en primer lugar, a la tranquilidad mental (Menujá, Ishuv haDa´at). Esta tranquilidad es esencial para cualquier resolución que deba tomar el individuo. La mayoría de los errores que cometemos a diario son el resultado de no haber estudiado el problema que se nos presenta con aplomo, serenidad y claridad de pensamiento.
7. Contemplación:
Es útil tener en cuenta que nuestro patriarca Avraham no tuvo quien le enseñara sobre D»s. Según los Sabios, Avraham llegó al reconocimiento del Creador Único a través de la contemplación.
La reflexión es el modo mediante el cual podemos reconocer la belleza de la creación, y las bondades que el Todopoderoso vierte sobre nosotros. Asimismo, la apertura al pensamiento desprejuiciado, nos permite advertir todo lo que hacen por nosotros quienes nos rodean.
8. Alegría de vida:
Otro beneficio del Bitajón, que es igualmente primordial y obligatorio en la vida del judío, es el Simjat Jaím (alegría de vivir). Simjat Jaím no es un «viva la pepa», «da todo lo mismo», «¡qué problema te hacés!», etc. Quien logra proceder con alegría de vida reconoce plenamente los obstáculos y la gravedad de los impedimentos con los que se encuentra, pero advierte, al mismo tiempo, todos los factores favorables que le suceden (cosa que no hace mucha gente), principalmente el obsequio Di-vino de la vida en sí, sumado a tantas cosas más de las cuales perdemos conciencia de su presencia.
No olvidemos, asimismo, que todos los que están alrededor de nosotros se contagian de nuestro estado de ánimo y – conociendo nuestra relación del pasado – se dirigen a nosotros tomando en consideración la manera en que esperan que nos dirijamos a ellos.
9. Alegría al obedecer los preceptos:
Si bien puede parecer algo banal, la alegría y el entusiasmo son los elementos por los cuales se transmite el judaísmo. Sumaríamos entonces la Simjat HaMitzvot, que es el gozo al poder obedecer un mandato Di-vino. La Torá, advierte en su larga admonición del libro de Dvarim, que la razón que causaría el exilio del pueblo judío de su tierra, es la falta de alegría al servir al Creador. La alegría no se manifiesta por esporádicas demostraciones de canto y bailes frenéticos, aun menos cuando se provoca esa supuesta alegría por medios químicos, sino por la constancia en los hechos y la demostración de un semblante de satisfacción que se siente por pertenecer al pueblo judío y a través de la observancia de los preceptos.
En la Halajá está contemplado reiteradamente que, al observar ciertos preceptos, se debe cuidar de no mostrarse como si se tratara de una «carga» («domé alav kemasá«) de la que se está tratando de liberar.
10. Internalizar el significado de las acciones:
Manifestamos previamente que el cumplimiento de las leyes debe fomentar la motivación a volver a respetarlos en el futuro, y crear un marco intelectual y emocional especial. Para que eso ocurra, no se puede obedecer los preceptos de manera fría e inconsciente. Este riesgo se aplica en particular a los mandatos que cumplimos con más frecuencia, tal como los rezos de la sinagoga y del hogar, la colocación del Tefilín (filacterias) y todos los preceptos que se cumplen cotidianamente. El profeta advirtió sobre esto cuando dijo: «dado que se acercó este pueblo con su boca, y Me respetaron con sus labios, mas su corazón han alejado de Mi, y su acatamiento hacia Mi es mediante leyes de hombres (que se obedecen de manera mecánica)». Por lo tanto, es imprescindible internalizar la esencia de los preceptos y colmarlos con significado.
Cuando la Torá nos dice que las palabras de que D»s nos ordena «hoy», estén cercanas a nuestro corazón, se refiere a que consideremos todos los días como si fuesen disposiciones que «hoy» las escuchamos por primera vez.
Rab Daniel Oppenheimer
Al estudiar esta sabiduria del pueblo de D-OS comprendo porque los judios han sobresalido en tantos ambitos del quehacer humano filosofia,matematicas,psicologia etc.tengo 61 años y gracias a esta sabiduria estoy preparandome para ir a la universidad se le despierta a uno el usar la vida al maximo.Gracias porque no conosco otra palabra que exprese todo el agradecimiento que siento por USTEDES.