Cuatro prácticas ancestrales I
El Creador Infinito da vida a los mundos con su Luz Infinita, proyectándola desde Sí mismo. El envía y emana Su Luz, para revelarla en este mundo material. Nosotros realizamos mitzvót, a fin de manifestar la Luz en nuestras vidas.
Las mitzvót son los actos concretos, parámetros, que liberan al alma de la dependencia de la materialidad, del deseo egoísta/ratzón lekabel y por lo tanto de los guilgulím/rotaciones inferiores del alma.
En los dominios del mundo material, dichos parámetros nos son imprescindibles ya que nos ayudan a trascender las limitaciones temporales y espaciales impuestas por el ratzón lekabel. La Kabalá define tales parámetros en forma general y luego nos transmite las particularidades y la forma práctica de su aplicación a través de las mitzvót.
Las mitzvót, en su totalidad, se dividen en 248 de expansión de la voluntad y el deseo y 365 de contención de los mismos.
El conjunto de las mitzvót expansivas y de las mitzvót de contención, 248 + 365 = 613, sintetizan la relación del hombre con todos los grados y aspectos de la manifestación del deseo. De acuerdo al Talmúd, la cifra 248 se refiere al conjunto de órganos y articulaciones del cuerpo humano (aspecto espacial), y 365 es el número de días del año (aspecto temporal).
Las mitzvót le dan forma armónica a nuestros deseos de modo que se crea una ecología espiritual en todos los ámbitos de la vida. Cada vez que deseamos algo, debemos conocer los parámetros que nos ayuden a evaluar si nuestro deseo afecta positiva o negativamente a nuestro semejante.
Cuando actuamos en equilibrio con las leyes espirituales beneficiamos a todas las creaturas por igual. En cambio, cuando nuestros deseos obstaculizan los de nuestros semejantes surgen las guerras, la pobreza, el sufrimiento.
La educación judía basada en la aplicación conciente de las mitzvót modela nuestro deseo, dado que las mitzvót no fueron creadas por el razonamiento y la especulación de los hombres sino que son leyes objetivas que rigen toda la Creación.
Como explicamos en capítulos anteriores a través del ejemplo de la gravedad, dicha ley trasciende nuestra voluntad y estados anímicos momentáneos. Asimismo, las leyes que rigen los diversos estratos de la vida son objetivas y no dependen de modas pasajeras.
Todo lo creado, sea en el terreno espiritual como en el material, se manifiesta a través de tres aspectos generales denominados: Olam, Shaná, Néfesh (Mundo, Año y Alma).
Los diversos aspectos de la realidad se activan a través de tres coordenadas: Espacio (Olam), Tiempo (Shaná) y Alma (Néfesh); siendo Néfesh [1] lo que genera la actividad, Olam lo que genera los límites espaciales en donde se produce esta actividad, y Shaná lo que impone el ritmo en el cual se produce dicha actividad.
El Néfesh: está conformado por los diversos grados de Or que se manifiestan a través del kav/línea de Luz proveniente de Ein- Sof : Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá. Olam: constituye los diferentes estratos donde el alma se manifiesta: Adám Kadmón, Atzilút,Briá, Ietzirá y Asiá. Shaná: es el proceso de revelación de los diferentes aspectos de la realidad y la vida. El tiempo espiritual funciona de acuerdo a causas y consecuencias, siendo «después» el efecto resultante de la energía producida por el estado que la precedió.
Estos tres aspectos se manifiestan a través de:
1) el Pueblo de Israel
2) la Tierra de Israel
3) la Torá de Israel
La mitzvót se ramifican en todas las manifestaciones de estos tres aspectos a través de las diversas festividades de Israel: Pesaj, Shavuót, Sucót, etc. Esto se desarrolla por intermedio del Pueblo de Israel, fundamentalmente en la Tierra de Israel y de acuerdo al «ritmo» de la Torá de Israel.
Hebreo
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Español
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Concepto
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Manifestación
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Olam
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Mundo
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Espacio
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Tierra de Israel
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Shana
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Año
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Tiempo
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Torá de Israel
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Nefesh
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Alma
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Actividad
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Pueblo de Israel
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[1] Utilizándose el término Néfesh en este caso como acepción a cualquiera de los cinco niveles del alma : Néfesh, Rúaj Neshamá, Jaiá o Iejidá.