¿Como puede probarse la existencia de D-s?
Extraido de Lehavin Ulehaskil. Edit. Bnei Sholem
Probar que Di-s existe no es en modo alguno un proceso corriente. No es lo mismo que probar la existencia de algo como las bacterias. Después de todo, para ver las bacterias, puede lo, utilizarse un microscopio y puede entonces tenerse la certeza de que están ahí!.
Di-s, en cambio, no es una entidad física. No puede arrastrarse al laboratorio de un científico y estudiarse bajo un microscopio o un proyector. Di-s trasciende las leyes del tiempo y del espacio y por ello no puede aplicarse el método científico para probar su Existencia. Si Di-s no puede ser totalmente conocido por el hombre, como ya lo mencionamos, ¿cómo puede entonces el hombre demostrar que lo incognoscible es un hecho conocido?
Sin embargo, aunque la prueba directa de la existencia de Di-s pueda estar más allá de la capacidad del hombre, es sin duda posible aplicar un criterio indirecto. Consideremos aquello que podemos observar: el mundo que nos rodea. Podemos examinar su contenido, sus habitantes, sus leyes naturales, y su historia. Todo esto permite suponer la existencia de un Ser Supremo, que podemos llamar Di-s.
En suma, la prueba indirecta puede anunciarse del siguiente modo: Supongamos que nos hallamos frente a un rascacielos de cincuenta pisos, que nos deslumbra por su complejidad. Observamos que cada ladrillo, cada ventana, han sido puestos en su sitio adecuado y funcional; cada piso ha sido construido de manera tal que es lo suficientemente amplio como para dar cabida a las oficinas en que se trabaja, que las instalaciones eléctricas y sanitarias funcionan satisfactoriamente, y que el techo ha sido construido de manera tal que no se derrumbe. Podemos decir entonces, sin dudarlo, que el edificio debe de haber sido cuidadosamente planeado por un arquitecto y levantado por un equipo de construcción. Nadie afirmaría que los ladrillos y las ventanas han caído en su sitio por azar y casualmente formaron un edificio adecuado al uso humano. Ello seria demasiado absurdo como para considerarlo siquiera. No; el edificio debe de haber sido deliberadamente planificado y construido por aquéllos que poseen la capacidad física e intelectual para hacerlo.
El mundo es indudablemente más grande y complejo que un simple edificio, muestra el mismo cuidadoso diseño, el mismo orden, los mismos adecuados servicios que un rascacielos. En consecuencia, debemos llegar a la conclusión de que el mundo también fue planeado, diseñado y creado por un Arquitecto Supremo. Este es Di-s.
No obstante, siempre habrá personas que rechacen estas pruebas. «No aceptaremos a Di-s hasta verlo directamente», dicen. Sostienen esta actitud aunque Di-s no sea un Ser visible, como ya lo mencionamos.
En última instancia, entonces, la aceptación de la existencia de Di-s es cuestión de fe. Algunas personas insisten en que no creen en Di-s. Sin embargo, otras sienten que todo lo que entraña la vida, el mundo, y el cosmos, robustece su convicción de que, sin duda, Di-s existe.