Click! Cambiando los Canales Mentales
Nuestra casa es un punto de colecta para ropa vieja que yo clasifico y distribuyo entre las familias pobres de Jerusalem. O más bien, debo decir que mis hijos la distribuyen ya que yo sólo la clasifico y arreglo, mientras que ellos son los que cargan las cajas muchos pisos y de muy buena gana. Pero hace unos días, tenía una caja particularmente pesada para llevársela a una familia muy pobre. Mientras conducía hacia su edificio mi hijo dijo, «No me gusta ir ahí; me echan esas terribles miradas».
Pensé por un momento y luego dije, «¿Sabes qué? Si cuando haces una mitzvá tienes algún dolor por eso, entonces Hashem te da una recompensa aún más grande». Sus ojos brillaron y dijo, «¿De veras?» Le aseguré que así era, que iba a obtener una recompensa especial por ir a ese apartamento en particular. Él saltó felizmente del carro con la caja. Cuando regresó, le pregunté si los niños lo habían mirado y dijo, «Sí, pero no me molestó».
Esto es para demostrar cómo «la actitud es todo». Cuando te enfocas en la recompensa, las pequeñas molestias no te molestan.
En otro incidente del último otoño, había cambiado a otro de mis hijos a una nueva yeshivá que era un poco más difícil que la anterior. Tuvo problemas para ponerse al corriente al principio y una vez llegó a la casa muy molesto. Me dijo que había obtenido una calificación muy baja en un examen y que ese rabino había dejado accidentalmente abiertas las listas de modo que todos los niños que pasaban podían ver las calificaciones de los demás. Espiando la calificación de mi hijo empezaron a burlarse de él.
Después de sentir el dolor por el que había pasado, saqué el libro de Rabí Pliskin, Las Puertas de la Felicidad, y le enseñé donde está escrito que «si no hieres a aquéllos que te hieren, todos tus pecados son perdonados». (Rosh Hashaná 17a). «Ve» le dije, «esos muchachos son como gomas de borrar, borrando todas tus transgresiones». «¡Vaya!», dijo riendo, «¡me siento realmente limpio! El dolor del incidente no puede ser borrado, pero su actitud positiva le impidió deprimirse y le dio el coraje para regresar a la yeshivá al día siguiente.
Nuevamente, cuando él se enfocó en lo que estaba obteniendo espiritualmente, su estado emocional se volvió positivo.
Siempre que es posible, trato de animar a mis hijos y estudiantes a hacer el truco de «Click… cambiar canales» y enfocarse en el beneficio espiritual en cada situación llena de tensión, en lugar de la tensión misma. Por ejemplo, recientemente estaba conduciendo una amiga hacia su casa y estaba detrás de un camión muy grande en una calle muy estrecha. De repente, el conductor del camión se detuvo, bajó y empezó a descargar muebles. «Solamente va a tomar un minuto» dijo, una afirmación de la que yo dudé seriamente.
«¡Uuuff!» mi amiga exclamó con exasperación. «Bien», le dije, «estamos atoradas, así que vamos a volver esto en algo positivo. ¡Qué tal practicar algo de paciencia! Éste es un músculo espiritual que ciertamente necesita fortalecerse». Ella rió y nos sentamos ahí felizmente hasta que el conductor del camión terminó su entrega.
Si nos hubiéramos enojado, las cosas no hubieran funcionado más rápido. Nos hubiéramos exasperado por nada. En lugar de ello, cambiamos los canales de exasperación a aceptación y nos ahorramos unos minutos de tormento emocional innecesario.
¿Cómo Cambiar?
Existen numerosos incidentes a los que estamos acostumbrados a responder con enojo: empleados bruscos, cuentas inesperadas, jugo derramado, niños que pelean sin parar, parejas que no llenan los requerimientos, parientes críticos, etc. Podemos ahorrarnos una gran cantidad de estrés emocional simplemente preguntándonos, «Cómo puedo usar este incidente para perfeccionar mis midot?» O, «¿Qué mitzvá puedo realizar en este momento?».
Otro ejemplo: La última semana, mientras estaba manejando, accidentalmente me metí en el carril derecho que daba vuelta hacia una dirección que yo no quería ir. Tenía que meterme por el carril de la izquierda. Todos los carros se detuvieron por un semáforo, así que le hice una señal a la conductora próxima a mí y le indiqué que quería pasar por delante de ella cuando la luz cambiara. Ella me echó una mirada desagradable que podía traducirse como, «¡De ninguna manera, pequeño gusano!» Y con eso ella avanzó un poco más hacia el carro de adelante para que no hubiera forma de que yo pasara.
Uno de mis hijos dijo, «¡Ay! ¡Te hizo una cara! ¿Qué vas a hacer?» Yo le dije, «¡Le voy agradecer!» «¿Agradecerle?» me preguntó, como si yo fuera una tonta. «Sí», le dije. «Le estoy agradeciendo mentalmente por darme la oportunidad de no regresar daño con daño. ¿Te das cuenta de que cuando hacemos así, los ángeles bailan y aclaman en el shamaim (cielo)? Si realmente te quedas en silencio, los vas a escuchar». Se rieron. «Vean cómo esa mujer es un regalo para todos nosotros. Ella es un shalíaj (enviado) de Hashem para probar nuestras midot y ponernos de buen humor». Señalé al carro de atrás de esta mujer y el conductor amablemente nos dejó pasar. Cada vez que pienso en esa mujer, todavía le agradezco.
Una amiga, a la que llamaré Ruthy, da clases de piano. La madre de uno de sus alumnos cancela constantemente en el último minuto, lo que con frecuencia le provoca una pérdida significativa de dinero. Se enojaba cada vez más y más con la madre hasta que pensó, «¿Cómo puede ayudarme esta mujer a crecer?» Inmediatamente, Ruthy se dio cuenta de que ella es una mujer que no le gusta confrontar y que tiene dificultad para ser asertiva, y se le estaba presentando la oportunidad de afirmarse positivamente ante esta mujer.
Con mucho coraje, la llamó y le explicó con una voz muy seria que si no se le cancelaba la clase con una anticipación de veinticuatro horas, ella esperaba que se le pagara. La madre respondió de una manera muy agresiva y desagradable. Ruthy reportó, «Generalmente, antes, si alguien hubiera implicado que yo era rígida o desagradable, me hubiera aplastado. Ahora yo estaba usando este incidente para aprender a no ser una esponja y absorber la negatividad de otras personas. Y debido a que estaba trabajando en mi crecimiento, fui capaz de enfrentarla de una manera muy madura y asertiva hasta el punto que ella estuvo de acuerdo conmigo».
Nuestro día está lleno de cientos de irritaciones y desafíos menores. El truco es no habitar en el dolor sino en lo que puedes ganar espiritualmente. Cuando dices «cambiar», enfócate en lo que puedes hacer para mejorar en ese momento.
Más Situaciones Difíciles
De acuerdo, ya sé lo que están pensando, que es muy fácil cambiar canales cuando todo lo que sucede es un tráfico o un niño un poco infeliz. Pero, ¿qué pasa con las cosas grandes? ¿Qué pasa si necesitas desesperadamente un préstamo y ese pariente rico no te va a dar ni un centavo? ¿Qué con ese cónyuge que es una fuente de irritación y desilusión constante? ¿Qué con niños que son insolentes o que fracasan en la escuela? ¿Qué si tú o alguien que amas tiene una enfermedad seria?
Puedo asegurarte que después de años de practicar la «técnica click…cambia» para evitar respuestas negativas a eventos menores, pronto vas enfrentar las dificultades más serias con mucho mayor emuná y bitajón.
Así, la siguiente vez que se derrame el jugo o alguien te insulte, contén el impulso de contraatacar con enojo. En lugar de ello, piensa, «¿Cómo puedo usar este suceso para mi crecimiento?» Click…cambia… y vas a estar en un marco mental totalmente nuevo.
Miriam Adahan