Behaalotjá (2)
10
La función de las trompetas
1 El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo:
2 «Hazte dos trompetas de plata, hazlas labradas y serán tuyas para convocar a la asamblea y para que los campamentos se desplacen.
3 Cuando toquen un sonido largo con ellas, toda la asamblea se congregará hacia ti, a la entrada de la Tienda de la Reunión.
4 Si tocan un sonido largo con una de ellas, los líderes, las cabezas de los miles de Israel se congregarán hacia ti.
5 Cuando toquen sonidos cortos, los campamentos que descansan hacia el este se desplazarán.
6 Cuando toquen sonidos cortos por segunda vez, los campamentos que descansan hacia el sur se desplazarán; sonidos cortos tocarán para sus desplazamientos.
7 Cuando reúnas a la congregación, tocarán un sonido largo, mas no un sonido corto.
8 Los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas y será para vosotros un decreto eterno para vuestras generaciones.
9 Cuando salgáis a librar guerra en vuestra Tierra contra el enemigo que os oprime, tocaréis con las trompetas sonidos cortos y seréis recordados ante El Eterno, vuestro Dios, y seréis salvados de vuestros enemigos.
10 El día de vuestra alegría y en vuestras fiestas y en vuestras lunas nuevas, tocaréis las trompetas sobre vuestras ofrendas ígneas y sobre vuestras ofrendas festivas de paz; y serán un recordatorio para vosotros ante vuestro Dios; Yo soy El Eterno, vuestro Dios».
Desplazamiento desde el Desierto del Sinaí
11 Y ocurrió en el segundo año, en el mes segundo, en el veinte del mes, que la nube se elevó por encima del Tabernáculo del Testimonio.
12 Los Hijos de Israel se desplazaron en sus viajes desde el Desierto del Sinaí y la nube se posó en el Desierto de Parán.
13 Se desplazaron por primera vez ante la orden de El Eterno, a través de Moshé (Moisés).
Los desplazamientos de los Hijos de Israel
14 La bandera del campamento de los hijos de Iehuda (Judá) se desplazaba primera, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Najshon, hijo de Aminadav;
15 sobre la legión de los hijos de Isajar (Isacar) estaba Netanel, hijo de Tzuar;
16 y sobre la legión de la tribu de Zebulun (Zabulón) estaba Eliav, hijo de Jelon.
17 El Tabernáculo era desmontado, luego se desplazaban los hijos de Gershon y los hijos de Merari, los portadores del Tabernáculo.
18 Luego se desplazaba la bandera del campamento de Reuben (Rubén), de acuerdo con sus legiones; y sobre su legión se hallaba Elitzur, hijo de Shedeur;
19 sobre la legión de la tribu de los hijos de Shimon (Simeón) estaba Shelumiel, hijo de Tzurishadai; 20 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf, hijo de Deuel.
21 Luego se desplazaban los kehatitas, portadores del Santuario; y erigían el Tabernáculo antes de su arribo.
22 Luego se desplazaba la bandera del campamento de Efraim, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Elishama, hijo de Amihud;
23 sobre la legión de la tribu de los hijos de Menashe estaba Gamliel, hijo de Pedatzur;
24 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Biniamin (Benjamín) estaba Avidan, hijo de Gideoni.
25 Luego se desplazaba la bandera del campamento de los hijos de Dan, la retaguardia de todos los campamentos, de acuerdo con sus legiones, y sobre su legión se hallaba Ajiezer, hijo de Amishadai;
26 sobre la legión de la tribu de los hijos de Asher estaba Paguiel, hijo de Ojran;
27 y sobre la legión de la tribu de los hijos de Naftali (Neftalí) estaba Ajira, hijo de Enan.
28 Éstos eran los desplazamientos de los Hijos de Israel de acuerdo con sus legiones, y se desplazaron.
Moisés invita a su suegro
29 Moshé (Moisés) le dijo a Jovav, hijo de Reuel el midianita, suegro de Moshé (Moisés): «nos trasladamos al lugar acerca del cual El Eterno ha dicho “os lo daré a vosotros”. Ven con nosotros y te beneficiaremos, pues El Eterno ha hablado bien sobre Israel».
30 Él le dijo «No iré; solamente a mi tierra y a mi familia iré».
31 Él dijo: «Por favor, no nos abandones, por cuanto conoces nuestros acampamientos en el Desierto y has sido como ojos para nosotros. 32 Y ocurrirá que si vienes con nosotros, la bondad con que El Eterno nos beneficie, la haremos contigo».
Continúa el desplazamiento
33 Se desplazaron desde la Montaña de El Eterno una distancia de tres días, y el Arca del pacto de El Eterno se desplazó delante de ellos una distancia de tres días, para buscarles un lugar de descanso.
34 Cuando partieron del campamento la nube de El Eterno estaba sobre ellos de día.
35 Cuando el Arca era trasladada, Moshé (Moisés) dijo: «Levántate El Eterno, y que Tus enemigos se dispersen, que aquellos que Te odian huyan de ante Ti».
36 Y cuando se posaba, decía: «Reside tranquilamente, oh El Eterno, entre las miríadas de millares de Israel».
11
El pueblo se queja en Taverá
1 El pueblo empezó a quejarse; y eso era malo a los oídos de El Eterno y El Eterno oyó, y Su ira se encendió y un fuego de El Eterno ardió contra ellos y consumió en el extremo del campamento.
2 El pueblo clamó ante Moshé (Moisés); Moshé (Moisés) le rezó a El Eterno y el fuego se extinguió.
3 Él llamó a aquel lugar Taverá, pues el fuego de El Eterno había ardido contra ellos.
Israel añora la comida de Egipto
4 La multitud mezclada que había entre ellos empezó a sentir un antojo y los Hijos de Israel volvieron y lloraron una vez más, diciendo: «¿Quién nos dará de comer carne?
5 Recordamos el pescado que comimos en Egipto sin pagar nada, y los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajo,
6 pero ahora nuestra alma está reseca, no hay nada; no tenemos nada por delante salvo el maná».
7 El maná era como semillas de cilantro y su color era como el color del cristal.
8 La gente iba de caminata y lo recogía, y lo molía en un molino o lo aplastaba en un mortero, y lo cocía en una olla o hacía tortas, y tenía el sabor de masa preparada con aceite.
9 Cuando por la noche el rocío descendía sobre el campamento, el maná descendía sobre él.
10 Moshé (Moisés) oyó que el pueblo lloraba en sus grupos de familia, cada uno en la entrada de su tienda, y la ira de El Eterno ardió enormemente; y a los ojos de Moshé (Moisés) eso fue malo.
11 Moshé (Moisés) le dijo a El Eterno: «¿Por qué has hecho mal a Tu servidor; por qué no hallé gracia en Tus ojos que has colocado la carga de todo este pueblo sobre mí?
12 ¿Acaso yo concebí a todo este pueblo o lo di a luz, que Tú me dices: “Llévalo en tu regazo como la nodriza lleva al lactante” a la Tierra que juraste a sus antepasados?
13 ¿Dónde conseguiré carne para darle a todo este pueblo cuando me lloran, diciendo: “Danos carne para que comamos”?
14 Yo solo no puedo cargar a toda esta nación, porque es demasiado pesada para mí
15 Y si así es como Te conduces conmigo, !entonces mátame por favor si he hallado gracia en tus ojos, y que yo no vea mi mal!.
16 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel, de quienes sabes que son los ancianos del pueblo y sus policías; llévalos a la Tienda de la Reunión y que se queden allí contigo.
17 Yo descenderé y hablaré contigo allí, y aumentaré un poco del espíritu que hay sobre ti y lo colocaré sobre ellos, y ellos soportarán la carga del pueblo contigo y no la soportarás tú solo.
18 Al pueblo le dirás: «Preparaos para mañana y comeréis carne, pues habéis llorado a los oídos de El Eterno, diciendo: ¿Quién nos dará de comer carne? ¡Estábamos mejor en Egipto! Por eso El Eterno os dará carne y comeréis.
19 No un día comeréis, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días.
20 Hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices y os cause repugnancia, pues habéis rechazado a El Eterno, Quien está en medio de vosotros, y habéis llorado ante El, diciendo: ¿Por qué nos fuimos de Egipto?».
21 Moshé (Moisés) dijo: «Seiscientos mil hombres de a pie son el pueblo en medio del cual estoy, pero Tú dices que les daré carne y comerán durante un mes.
22 ¿Se pueden sacrificar ovejas y vacas para ellos y que les basten? O si todos los peces del mar se reunieren para ellos, ¿les bastaría?».
23 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «¿Acaso la mano de El Eterno está limitada? Ahora verás si Mi palabra se cumple o no se cumple».
24 Moshé (Moisés) se alejó y habló las palabras de El Eterno ante el pueblo; y reunió setenta hombres de entre los ancianos del pueblo e hizo que se ubicaran alrededor de la Tienda.
25 El Eterno descendió en una nube y le habló, y aumentó un poco del espíritu que había sobre él y se lo dio a los setenta hombres, los ancianos; cuando el espíritu se posó sobre ellos profetizaron, pero ya no volvieron a hacerlo.
26 Dos hombres se quedaron en el campamento, el nombre de uno era Eldad y el nombre del segundo era Meidad, y el espíritu se posó sobre ellos; habían estado entre los contados, pero no habían ido al Tabernáculo y profetizaron en el campamento.
27 El joven fue corriendo a contarle a Moshé (Moisés), y él dijo: «Eldad y Meidad están profetizando en el campamento».
28 Iehoshúa (Josué), hijo de Nun, el servidor de Moshé (Moisés) desde su juventud, respondió y dijo: «Mi amo, Moshé (Moisés), encarcélalos».
29 Moshé (Moisés) le dijo: «¿Tienes celos por mí? Quién diera que todo los del pueblo de El Eterno fueran profetas, si El Eterno solamente pusiera Su espíritu sobre ellos».
Las codornices llegan del mar
30 Moshé (Moisés) volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
31 Un viento salió de El Eterno y sopló codornices desde el mar, y las extendió sobre el campamento, como un camino de un día de este lado y como un camino de un día de ese lado, en el contorno del campamento, y como dos codos por encima de la faz de la tierra.
32 El pueblo estuvo levantado todo ese día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogió las codornices; el que menos recogió la medida de diez jomer; y las extendieron alrededor del campamento. 33 La carne aún estaba entre sus dientes, sin haberse masticado, cuando la ira de El Eterno se encendió contra el pueblo y El Eterno asestó un golpe muy poderoso contra el pueblo.
34 Y llamó al nombre de ese lugar Kivrot Hataavá, porque allí enterraron a las personas que habían tenido el antojo.
35 De Kivrot Hataavá el pueblo se trasladó a Jatzerot, y permaneció en Jatzerot.
12
Miriam y Aarón hablan sobre Moisés
1 Miriam y Aarón hablaron sobre Moshé (Moisés) en lo relativo a la mujer kushita con la que se había casado, pues se había casado con una mujer kushita.
2 Dijeron: «¿Fue únicamente a Moshé (Moisés) que habló El Eterno? ¿Acaso no habló también con nosotros?». Y El Eterno oyó.
3 Y el hombre Moshé (Moisés) era muy humilde, más humilde que cualquier otra persona sobre la faz de la tierra.
4 El Eterno le dijo de pronto a Moshé (Moisés), a Aarón y a Miriam: «Vosotros tres salid a la Tienda de la Reunión». Y los tres salieron.
5 El Eterno descendió en una columna de nube y se paró en la entrada de la Tienda, y Él convocó a Aarón y a Miriam; los dos salieron.
6 Él dijo: «Oíd ahora Mis palabras. Si hubiere profetas entre vosotros, en una visión, Yo, El Eterno, Me haré conocer ante él; en un sueño le hablaré.
7 Pero no es así con Mi servidor Moshé (Moisés); en toda Mi casa él es el fiel.
8 Boca a boca hablo Yo con él, en una visión clara y no con acertijos; la imagen de El Eterno contempla él. ¿Por qué no temisteis hablar sobre Mi servidor, Moshé (Moisés)?».
9 La ira de El Eterno se encendió contra ellos y Se alejó.
10 La nube se había alejado de encima de la Tienda, y he aquí que Miriam fue afectada de una tzaraat como la nieve. Aarón se dirigió a Miriam y he aquí que ella estaba afectada de tzaraat.
11 Aarón le dijo a Moshé (Moisés): «Te ruego, mi señor, no pongáis sobre nosotros un pecado, pues hemos sido tontos y hemos pecado.
12 Que no sea ella, por favor, como una persona muerta, como quien sale del vientre de su madre con la mitad de la carne consumida».
13 Moshé (Moisés) clamó ante El Eterno, diciendo: «Te ruego, Dios, cúrala por favor».
14 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Si su padre le escupiera en el rostro, ¿acaso no sería humillada durante siete días? Que esté aislada fuera del campamento durante siete días, y luego podrá ingresar».
15 Miriam estuvo aislada fuera del campamento durante siete días y el pueblo no se desplazó hasta que Miriam fue llevada adentro.
16 Entonces el pueblo se desplazó de Jatzerot, y acamparon en el Desierto de Parán.