Yosef, los riesgos de la belleza
Extraído de Pautas en el Tiempo: Janucá. Autor: R. Matis Weinberg Traducción: Aryeh Coffman
Y Yosef era hermoso de forma y hermoso de aspecto.
Bereshit 39:6
Todo aquel que observaba a Yosef descubría que s corazón se enamoraba [de él]…
Zóhar, Shemot 74a
Yosef solía actuar como un niño, se tocaba los ojos, giraba el talón, se arreglaba el cabello…
Bereshit Rabá 48:7
La presencia de Yosef es esencial para la historia del Galut y la Gueulá. Fue él quien actuó como catalizador para el descenso de la familia de Yaacob a Egipto, el que preparó lo necesario para su supervivencia ahí y el que proporcionó la clave para la redención de entonces: pakod yifkod. Y es también Yosef el que ocupará un papel central en la redención final:
Esav sólo caerá bajo la mano de los descendientes de Yosef.
Babá Batrá 123b
Yosef, cuyo ataúd dividió el Mar de Suf [Mar Rojo], que sentó las bases para la llegada de los judíos a Egipto, que trajo las riquezas del mundo a Israel; Yosef el Tzadik, fuente de toda bendición; Yosef, el fundamento mismo del mundo. Sin embargo, la Torá introduce a este mismo Yosef como alguien involucrado en su aspecto y belleza personales. Pero no simplemente involucrado en la belleza, sino definido por la belleza. Yaacob expresa el sentido de Yosef en la obertura misma de la bendición que le dio:
Hijo fructífero es Yosef, hijo fructífero junto a una fuente… las niñas pasean por el muro.
Bereshit 49:22
hijo fructífero junto a una fuente….
– su gracia atraía al ojo que lo observaba;
las niñas pasean por el muro…
– las hijas de Mitzráim [Egipto] solían subir al muro para contemplar su belleza.
Rashí
Todos los acontecimientos decisivos en la vida de Yosef giran en torno a la belleza: los celos de sus hermanos y el proceso de Galut Mitzráim, el Exilio en Egipto, comenzaron cuando recibió de su padre un bello manto; fue comprado como esclavo por Potifar debido a su belleza; y su hermosura le dio la capacidad para convertirse en el símbolo mismo de Egipto, la yefefiyá, la «becerra hermosa» (Yirmeyahu 46:20) que lo condujo a la fama y al éxito. El momento de la verdad que culminó en la creación del Tzadik eterno fue resultado del deseo de su belleza que sintió la esposa de su amo, así como su propio renovado involucramiento en la belleza:
El Santo dijo: «Tu padre hace duelo por ti, ¡y tú estás ocupado en rizar tu cabello! Enviaré al oso contra ti…»
Rashí, Bereshit 39:6
Nos sorprende descubrir que Grecia e Israel están ligados entre sí no sólo en la dimensión espiritual de la jojmá [sabiduría] y la filosofía, sino también en la belleza, la cual constituye el signo distintivo de Grecia. Más sorprendente todavía es comprobar que el concepto mismo de Tzadik está tan entrelazado con el de l belleza; ver que Yosef – el Tzadik arquetípico-se expresa en forma tan dramática a través de la belleza.
Tanto Grecia como Yosef comparten una relación singular con la belleza. Esto implica que el Yosef que juega un rol esencial en el exilio y en la liberación del poder de Mitzráim y de Edom [Esav] posee un significado especial dentro del Galut Yaván. La cualidad de Yosef de ser yafé toar, «hermoso de forma», es la clave de la victoria sobre la yafiyutó shel Yéfet, la «hermosura de Yéfet».
[En hebreo,] el nombre «Yosef» y el nombre «Antíocos» del rey griego [de la historia de Janucá] tienen el mismo valor numérico [guematriá]: 156.
Bené Isajar
En la relación que existe entre Yaván y Tzión, Yosef el Tzadik proporciona el ingrediente esencial de «Tzadik» para formar Tzión a partir de Yaván:1 [Tzión] = [Yaván] + [Tzadik] En cierto sentido, Yosef en realidad es Tzión, ya que: Todo lo que ocurrió a Yosef ocurrió a Tzión…* A Yosef: Y sus hermanos estaban celosos…
A Tzión: Estoy celoso por Tzión con gran celo…
A Yosef: Y le despojaron de su túnica…
A Tzión: Te despojarán de tus vestiduras…
A Yosef: Y lo arrojaron al foso…
A Tzión: Mi vida está abatida en el foso…
A Yosef: Y los midianitas lo vendieron a Egipto…
A Tzión: Tú vendiste los hijos… a los hijos de Yaván…
A Yosef: Y Yosef era hermoso de forma y hermoso de aspecto…
A Tzión: Tzión, hermosa de vista, el gozo de toda la tierra…**
Midrash Tanjumá, Vayigash 10
*Para tener una idea del alcance de esta comparación, léase el texto completo de este midrash, que se halla al final del capítulo.
**Hermosa de vista , yefé nof – esto significa como una novia, ya que en griego una «ninfa» es una novia. Shemot Rabá 36:1
Incluso el valor numérico de Yosef y de Tzión es el mismo: 156.
Tzión representa una bella contraparte respecto a Grecia. Grecia es la nación dedicada a la forma y la belleza externa que mantiene sólo un vínculo superficial con la kedushá, la santidad, que es un «brillo alrededor». En Israel, sin embargo, el nexo con la kedushá y la emuná [confianza en Dios] es total. Esta es la belleza del Tzadik, de Yosef y de Tzión… el alma más profunda de la Nación Santa. Pero hay peligros en las similitudes de las contrapartes, peligros que despiertan la antipatía hacia Yosef entre sus hermanos.
RIESGOS DE LA BELLEZA
…[Aharón] tomó la tablilla en la que Moshé había escrito: «¡Levántate, toro!» para hacer que el ataúd de Yosef se remontara hasta la superficie [del Nilo], lo arrojó dentro del horno, entre los aretes, y entonces surgió el Becerro de Oro, mugiendo…
Midrash Tanjumá, Ki Tisá 19
La misma tablilla que Moshé había utilizado para extraer el ataúd de Yosef de las profundidades del Nilo fue usada para sacar el éguel hazahab, el Becerro de Oro, del fuego. Esa tablilla puede referirse a Yosef como shor (toro), simbolizando que es la fuente de fertilidad y bendición para todo el mundo. Pero también simboliza el peligro de Yosef como naar, «adolescente», en el que la fertilidad puede degenerar en deseo, la espontaneidad en pecado y la relación con las demás naciones en asimilarse con el éreb rab, la «muchedumbre abigarrada».* Esa misma jen, gracia, y esa misma belleza arrolladora que Yaacob había reconocido y bendecido [en Yosef] tiene el potencial para convertirse en algo falso y vano:
Falsa es la gracia [jen], vana es la belleza.
Mishlé 31:30
Falsa es la gracia… – esto se refiere a Yosef.
Sanhedrín 20a
Las cualidades de Yosef son benditas cuando están enraizadas en la completa integridad, confiabilidad, disciplina y emuná del Tzadik. La tragedia del Becerro de Oro es el resultado de sueños divorciados de la integridad moral, sueños que se vuelven ilusiones. La mezcla de joyas, oro perpetuo y pasiones crudas, aunada a las representaciones oníricas asociadas con la juventud de Yosef, desemboca en la creación de dioses a nuestra imagen y semejanza. Si a esa mezcla se incorpora el deseo de libertinaje, el resultado será el Becerro de Oro, cuyos ojos ávidamente abiertos expresan la pulsión de deseos no razonados y cuyas letras mismas aluden a su característica más distintiva:
…ojos grandes como los del Becerro [de Oro]…
Bejorot 44a
Fue precisamente el riesgo, latente en Yosef, de sutilmente deformar la individualidad en egoísmo, la relación interpersonal en lujuria, los sueños en manipulación, la apertura intelectual en emulación insípida, lo que preocupó a sus hermanos. Con l sensibilidad de rúaj hakódesh, inspiración divina, los hermanos de Yosef detectaron los riesgos que se escondían tras los sueños juveniles de Yosef:
Y se dijeron uno al otro: «Aquí viene el Báal Hajalomot [soñador]…»
Bereshit 37:19
Ellos se dijeron: «éste nos llevará a todos [a adorar] al Báal».
Bereshit Rabá 84:14
Juzgando la historia retrospectivamente, es fácil comprobar qué tan trágicamente acertados estaban. Por medio de la descendencia de Yosef se condujo al pueblo de Israel a la fabricación de becerros de oro, a rendir culto al Báal y a otras formas de idolatría, y a degenerar en una nación alejada de su visión, un pueblo perdido de su tierra. Fue justamente Yerobam ben Nebat, primer rey del Reino de Israel, ilustre vástago de Yosef, el que trajo de vuelta el culto al Becerro de Oro:
Cuando Yerobam era joven era Tzadik… libre de pecado. Y los malajé hasharet [ángeles Ministeriales] dijeron [a Dios]: «Déjalo vivir. La grandeza de Tu Nombre se debe a él; él es un Tzadik y sustenta a todos». Entonces Dios les dijo: «Si ustedes quieren, lo dejaré vivir…» Y luego construyó los becerros de oro e hizo que todo Israel pecara.
Zóhar Jadash, Ajaré Mot 40:8
Esos becerros de oro constituían una extensión del Becerro original fabricado con el nombre de Yosef:
Hasta Yerobam, el pueblo de Israel sólo se nutrió de un becerro; a partir de entonces, de dos o tres.
Sanhedrín 102a
Esos becerros de oro culminaron en la edificación de Yaván:
El mismo día en que Yerobam trajo sus becerros de oro a Bet El y Dan, una choza pequeña fue construida, la cual [a
través de los siglos] se desarrolló hasta llegar a ser Italia de Yaván.
Shabat 56b
Tiempo después, Ajab y otros descendientes más de Yosef ampliaron su idolatría al Báal y otros ídolos. No es de sorprender, entonces, que a pesar de la grandeza en Torá que él poseía, los hermanos de Yosef consideraran que era susceptible de introducir un potencial de pecado sin precedentes en el pueblo de Israel. Efráim [Israel] es un becerro indomable que ama seguir sus propios deseos.
Targum Yonatán a Hoshea 10:11
Los hermanos, en cambio, aspiraban a crear una sociedad que se rigiera por parámetros estrictos y mantuviera un aislamiento completo respecto de los que preconizan un individualismo sin restricciones. ¿Qué mejor disuasivo frente a la futura relación con los gentiles que el desenlace de lo que ellos consideraron como traición en Shejem? Shimón y Leví, los mismos hermanos que habían atacado a Shejem , fueron los que encabezaron el ataque a Yosef.
Constituyó un acto de fina justicia poética utilizar la milá, la circuncisión – símbolo máximo de control moral- , para exterminar a los perpetradores de pecado carnal, para expresar las eternas diferencias que separan a Israel de la sociedad gentil y asegurarse de que Israel siempre quedara fuera de toda sociedad con los gentiles. Sin embargo, ¡qué radicalmente diferente era ese enfoque comparado con el de Yosef, quien concretamente introdujo la milá en Egipto y sustentó a todas las naciones con el poder mismo de su propio cuidado por la milá, haciendo uso de sí mismo como fuente de fertilidad en la Tierra y de las aguas de bendición!
En la vida del pueblo de Israel se escucha constantemente el eco de esta marcada diferencia de enfoque, hasta este mismo día y quizás ahora más que nunca. Los riesgos que implica pueden ser observados ahora en el doloroso espectáculo de una nación de Israel en guerra consigo misma y sin dirección fija. Esta división profunda y primordial en Israel no puede ser el producto de un accidente histórico; tiene que ser un reflejo de un dualismo innato y esencial en el alma misma de Israel. De hecho, hubo un individuo que fue el origen de ambos aspectos y simultáneamente encarnó a la totalidad del alma de Israel: el Patriarca Yaacob.
Este es el texto completo del midrash citado en el apartado 4.2:
De Yosef está escrito: Israel amó a Yosef.
De Tzión está escrito: Dios amó los portales de Tzión.
De Yosef: Y le odiaron.
De Tzión: …por eso, la he odiado.
De Yosef: Estábamos haciendo gavillas.
De Tzión: Viene gozosamente portando sus gavillas.
De Yosef: ¿Acaso serás rey sobre nosotros?
De Tzión: Digan a Tzión: Tu Señor es Rey.
De Yosef: Y Yosef tuvo un sueño.
De Tzión: …éramos como soñadores.
De Yosef: …para postrarse ante ti…
De Tzión: Con el rostro a tierra se postrarán ante ti.
De Yosef: Y sus hermanos estaban celosos…
De Tzión: Estoy celoso por Tzión con gran celo…
De Yosef: Inquiere por el bienestar de tus hermanos.
De Tzión: Procura el bienestar de la ciudad…
De Yosef: Lo vieron desde lejos…
De Tzión: Recuerda desde lejos.
De Yosef: Conspiraron contra él.
De Tzión: Conspiran contra Tu pueblo.
De Yosef: Y le despojaron de su túnica…
De Tzión: Te despojarán de tus vestiduras…
De Yosef: Y lo arrojaron al foso…
De Tzión: Mi vida está abatida en el foso…
De Yosef: El foso estaba vacío, no había agua en él…
De Tzión: En el foso no había agua…
De Yosef: Se sentaron a comer…
De Tzión: Asiria, para disfrutar su comida…
De Yosef: Sacaron a Yosef del foso…
De Tzión: Y lo sacaron del foso…
De Yosef: Yaacob desgarró sus vestimentas.
De Tzión: …para lamento y endecha…
De Yosef: Y se negó a ser consolado…
De Tzión: No presiones para consolarme…
De Yosef: Sacaron a Yosef del foso…
De Tzión: Y lo sacaron del foso…
De Yosef: Y los midianitas lo vendieron a Egipto…
De Tzión: Tú vendiste los hijos… a los hijos de Yaván…
De Yosef: Y Yosef era hermoso de forma
y hermoso de aspecto…
De Tzión: Tzión, hermosa de vista, el gozo de toda la tierra…
De Yosef: Nadie es más grande que yo en esta casa.
De Tzión: Grande será el honor de esta casa.
De Yosef: Y Dios estaba con Yosef.
De Tzión: Mis ojos y mi corazón siempre estarán ahí.
De Yosef: …y le concedió bondad…
De Tzión: Yo recordaré la bondad.
De Yosef: él se afeitó y cambió sus vestimentas.
De Tzión: Si Dios hubiera lavado la inmundicia
de las hijas de Tzión.
De Yosef: Sólo en el trono estaré arriba de ti.
De Tzión: …será llamado el trono de Dios.
De Yosef: Y lo vistieron con ropas finas de lino…
De Tzión: Tzión, viste tus ropas gloriosas…
De Yosef: Y envió a Yehudá delante de Yosef.
De Tzión: Yo enviaré a mi emisario…
Midrash Tanjumá, Vayigash 10
R. Matis Weinberg