Viviendo con Emuná
Si tienes fe, tu vida es una verdadera vida.
Cuando tienes fe, cada día está pleno de bien. Cuando las cosas van bien, de hecho es bueno. Pero cuando tienes problemas, también eso es bueno. Pues tú sabes que HaShem tendrá piedad y al final todo será para bien (Deuteronomio 8:16). Todo debe ser bueno, ya que todo proviene de HaShem.
Un hombre sin fe no vive realmente. Cuando el mal le sobreviene, pierde toda esperanza. No hay nada que lo alegre ni reconforte, pues no tiene fe. Se encuentra fuera de la providencia de HaShem y no posee bien alguno.
Pero si tienes fe, tu vida será buena y agradable.
Sijot HaRan 53
Qué significa tener fe
En la sija anterior, Rabeinu zal demostró que la emuná es la clave para que la persona pueda acercarse a HaShem, cumpliendo con su misión en la vida y ganando una vida eterna en el Olam HaBa, el “Mundo que Viene”. En esta sija, Rabeinu zal demuestra las ventajas de la emuná [mientras uno aún se encuentra] en el Olam HaZe, en “este mundo”.
Si pensamos en ello, ¿qué significa emuná? Significa que cuando la persona vive con emuná, puede estar segura de tener el Olam HaBa, lo que significa el mundo futuro en el Gan Edén. Ahora bien, hay muchos cínicos y escépticos que dicen que la fe es muy buena, pero ¿cómo alimentas a tus hijos sólo con la fe? ¿Cómo, solamente con fe, tienes suficiente leche para un niño hambriento? ¿Cómo compras ropas con fe?
La persona puede tener una fe perfecta, pero también tiene que vivir. Tiene que comer, tiene que tener una casa, debe proveer para su familia. ¿Cómo puede hacerlo solamente con fe? No puede decirle a su jefe, “Debo salir porque es Erev Shabat”, y no preocuparse por su trabajo pues tiene fe. El jefe le dirá, “Muy bien, puedes tomar tu fe, pasar por ventanilla a cobrar tu salario final y luego ir a tu casa a disfrutarlo”.
Viviendo con fe
Así, ¿cómo hace la persona para vivir con fe en este mundo? No puedes saltearte este mundo. No puedes decir, “Pasaré inmediatamente al Olam HaBa y me olvidaré de todo el resto aquí”. Dice la Mishná (Avot 4:22), “Veal korjaja ata jai” (‘Contra tu voluntad has nacido’), estás forzado a atravesar la experiencia de vivir en este mundo antes de llegar allí. No puedes escapar de la tumba. No es un refugio de escape, no es una ciudad de refugio. Pero dado que tienes que vivir y tienes que comer cada día, ¿cómo es que la fe te da el alimento o cubre las necesidades de la vida?
Dice Rabeinu zal: La persona debe meditar profundamente y comprender que el verdadero vivir es sólo a través de la fe. Esto es verdad incluso en este mundo. La persona que está muy enferma, la persona que tiene un profundo dolor, jas veshalom, realmente no está viviendo. Está existiendo en circunstancias muy difíciles.
¿Cuál es la consecuencia de tener fe? Casi toda la gente come todos los días. Existen numerosos y remotos confines de la tierra en donde es posible encontrar pobreza en el nivel de hambruna, pero hoy en día y en esta época, la persona promedio no sufre de inanición.
Tenemos riqueza y tenemos pobreza. Tenemos salud y tenemos enfermedad. Así sea muy rica o muy pobre, la persona no puede evitar la enfermedad. Es posible encontrar entre las personas más ricas del mundo el peor tipo de enfermedades. Los individuos más notables de la sociedad… entre los políticos y en el mundo del espectáculo, son afligidos por diferentes clases de enfermedades. Muchas veces, se encuentran casos de suicidio entre las personalidades muy famosas, que no pueden soportar éste así llamado sufrimiento. A veces, la gente de este nivel llega a estar “mortalmente aburrida”.
De modo que, ¿cuál es la clave para la enfermedad, para la pobreza o para cualquier tipo de sufrimiento? ¿O para aquel afligido con hijos que se han extraviado, que se han salido del sendero? ¿Cual es la clave para esto?
La clave para todo
La respuesta es: Realmente no hay respuesta, sólo hay esperanza. Para aquellos que no son religiosos, hay esperanza. Para aquellos que son religiosos, hay tefilá. Pero la clave es emuná.
Emuná significa que la persona tiene fe. Cuando se presentan dificultades en la vida de esta persona, cuando llega al punto en que sus negocios han caído en la bancarrota y que su salud tampoco se encuentra de lo mejor, esta persona aún dice que está besimja, “alegre”. “Aún estoy contento porque éste es un acto de HaShem. Si el Creador quiere que esto sea así, lo acepto de buen grado, pues al aceptarlo estoy sirviendo a HaShem. Tengo fe en HaShem y HaShem oye la tefilá. Si hoy estoy sufriendo, no me preocupo pues HaShem me ayudará, y mañana, este sufrimiento habrá pasado”.
La persona que está muy enferma, que se está por someter a una operación, puede decir, “No estoy preocupado pues tengo confianza. Tengo emuná en HaShem, que HaShem me curará. Mi médico es HaShem y tengo plena emuná en HaShem, Quien es un rofé jolim, ‘quien cura a los enfermos’. HaShem cura al enfermo, HaShem tiene el poder de curar. Pongo mi fe en HaShem y voy a esta cirugía con alegría, con fe.
“Si algo llega a suceder, si en el peor de los casos el resultado es fatal, aún estoy contento porque tengo fe en HaShem, que HaShem seguirá cuidándome luego. Lo peor que puede pasar es la muerte. No es tan malo, pues tengo fe en el hecho de que después existe la vida eterna, la vida eterna con una medida de alegría mucho más grande que la que tenemos aquí”. Éste es el caso de quien tiene emuná.
Viviendo sin fe
Ahora bien, tomemos el caso de aquel que no tiene emuná. Cuando las cosas le van bien, cuando los negocios funcionan y el gráfico demuestra una línea ascendente, está contento. Pero un día, los negocios comienzan a decaer. Siente un sospechoso dolor en la parte superior de su intestino, o en su cabeza, y teme ir a ver al médico y enterarse de qué se trata. Ese dolor lo carcome y finalmente se le dice que debe someterse a una cirugía. Comienza a preocuparse.
¿De qué le sirve ahora su cuenta bancaria? ¿Qué puede hacer ahora para consolarse? ¿Qué puede esperar? Está por poner su vida en las manos de esos médicos muy capaces, o carniceros, de supuestos sabelotodo que son muy eficientes y trabajan mano a mano con los sepultureros. ¿Qué puede apaciguar su preocupación? En el peor de los casos, si la cirugía es fatal, puede esperar el transformarse en un bocado, en un plato para los gusanos en la tumba. ¿Qué puede esperar para después?
El resultado es que, sin emuná, todo lo que tiene es preocupaciones, temor y angustia. No hay nada que pueda apaciguarlo entonces. Esto es así durante toda su vida. Ante la mínima dificultad en la vida, así sea en temas de fracaso financiero, de salud o problemas de familia, lo que fuere, si no hay fe, realmente no hay hacia dónde ir.
Rabeinu zal dice que la persona con fe tiene una vida que es buena. Sin emuná, no hay vida. Incluso en esta vida temporal, ello no es considerado vivir. Es una existencia muy pobre. La emuná es la base para una buena vida aquí. Aquel que tiene emuná en el momento que sufre, está más contento y más satisfecho que aquél sin emuná cuando no está sufriendo, y ello es sólo en esta etapa temporal. En última instancia, imaginen la diferencia en la vida eterna.
Rab Shlomo Katz