Vaieshev (2)
39
1 Y Iosef (José) fue descendido a Egipto. Potifar, oficial del Faraón, Jefe de Carniceros, hombre egipcio, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían bajado allí.
2 El Eterno estuvo con Iosef (José) y él se transformó en un hombre próspero; y permaneció en la casa de su señor egipcio.
3 Su señor percibió que El Eterno estaba con él, y todo lo que hacía, El Eterno lo hacía próspero en su mano.
4 Iosef (José) halló gracia en sus ojos y lo asistió; él lo puso a cargo de su casa, y todo lo que poseía lo colocó en su mano bajo su custodia.
5 Y sucedió que a partir del momento en que lo puso a cargo de su casa y de todo lo que poseía, El Eterno bendijo a la casa del egipcio a causa de Iosef (José) y la bendición de El Eterno estaba en todo lo que poseía, en la casa, y en el campo.
6 Dejó todo lo que poseía en manos de Iosef (José), y no sabía, estando él, Iosef, de nada salvo del pan que comía, su mujer. Iosef (José) era agradable de forma y agradable de aspecto.
7 Y acontenció luego de estas cosas, la mujer de su señor puso sus ojos en Iosef (José), y dijo: «Acuéstate conmigo».
8 Mas él se negó; le dijo a la mujer de su amo: «He aquí, estando yo aquí, mi señor no se ocupa de nada de la casa y ha puesto bajo mi mano todo lo que posee.
9 No hay nadie más grande en toda la casa que yo y nada me ha negado, excepto a ti, pues tú eres su mujer; ¿cómo podría yo perpetrar tan gran mal y pecar contra Dios?».
10 Y acontecía que cuando ella lo instaba día tras día, él no escuchaba su ruego de acostarse con ella, de estar con ella.
11 Entonces, un día en que Iosef (José) entró a la casa a cumplir sus tareas y no había ningún hombre del servicio en la casa,
12 ella lo tomó de su ropa, diciendo: «¡Acuéstate conmigo!». Mas él dejó su ropa en la mano de ella y huyó, y salió afuera.
13 Cuando ella vio que él había dejado su ropa en su mano y había huido hacia afuera,
14 llamó a los hombres de su casa y les habló diciendo: «¡Mirad! ¡Nos trajo un hebreo para que se ría de nosotros! Él vino a acostarse conmigo, pero yo grité fuerte.
15 Y cuando oyó que yo alcé la voz y grité, dejó su ropa conmigo, huyó y salió afuera».
16 Ella guardó la ropa de él hasta que llegó a casa su señor.
17 Le contó un relato similar, diciendo: «El esclavo hebreo que nos trajiste vino a reirse de mi.
18 Mas ocurrió que cuando alcé la voz y grité, él abandonó su ropa junto a mí y se escapó afuera».
19 Y sucedió que cuando su señor oyó las palabras de su mujer, que ella le dijo, diciendo: «Tu esclavo hizo estas cosas conmigo», se despertó su ira.
20 Entonces el amo de Iosef (José) lo tomó y lo puso en prisión, en el lugar donde estaban confinados los prisioneros del rey y allí permaneció en la cárcel.
21 El Eterno estuvo con Iosef (José), y lo dotó de carisma e hizo que hallara gracia a los ojos del guardián de la prisión.
22 El guardián de la prisión colocó todos los presos bajo su custodia y el hacía y ordenaba todo lo que allí se hacía. 23 El guardián de la prisión no controlaba nada de lo que estaba a su cargo, por cuanto El Eterno estaba con él; y en lo que hacía, El Eterno lo hacía prosperar.
40
1 Y sucedió tras estas cosas que el copero del rey de Egipto y el panadero pecaron en contra de su señor, el rey de Egipto.
2 El Faraón se encolerizó con sus dos cortesanos, el Jefe de Coperos y el Jefe de Panaderos.
3 Y los colocó bajo custodia en la casa del Jefe de Carniceros, en la cárcel, lugar donde se hallaba confinado Iosef (José).
4 El Jefe de Carniceros designó a Iosef (José) para que estuviera con ellos y los asistiera, y ellos permanecieron por días en custodia.
5 Los dos tuvieron un sueño, cada uno tuvo su sueño una misma noche, cada uno según la interpretación de su sueño; el copero y el panadero del rey de Egipto que estaban confinados en prisión.
6 Iosef (José) llegó a ellos a la mañana. Los vio y he aquí que se hallaban perturbados.
7 E interrogó a los oficiales del Faraón que se hallaban con él bajo custodia en la casa de su señor, diciendo: «¿Por qué tenéis mala cara hoy?».
8 Y ellos le dijeron: «Tuvimos un sueño, pero no hay nadie que lo interprete». Entonces Iosef (José) les dijo: «¿Acaso las interpretaciones no Le pertenecen a Dios? Narrádmelo, por favor».
9 El Jefe de Coperos le narró su sueño a Iosef (José) y le dijo: «En mi sueño, he aquí que había una vid enfrente de mí.
10 En la vid había tres zarcillos; y parecía que florecía: sus brotes florecían y sus racimos daban uvas.
11 Y la copa del Faraón estaba en mi mano y yo tomé las uvas, las exprimí en la copa del Faraón y coloqué la copa en la palma del Faraón».
12 Iosef (José) le dijo: «Ésta es su interpretación: los tres zarcillos son tres días.
13 Dentro de tres días el Faraón levantará tu cabeza y te retornará a tu puesto, y colocarás la copa del Faraón en su mano como solías hacer cuando eras su copero.
14 Acuérdate de mí cuando él te favorezca, y haz por favor conmigo merced y mencióname ante el Faraón para que me saque de esta casa.
15 Puesto que fui robado de la tierra de los hebreos e incluso aquí no hice nada para que me pusieran en el pozo».
16 El Jefe de Panaderos vio que había interpretado bien y le dijo a Iosef (José): «Yo también, en mi sueño he aquí que vi tres canastos agujereados sobre mi cabeza.
17 Y en el canasto superior había todo tipo de alimentos horneados del Faraón, y los pájaros los comían del canasto que tenía sobre mi cabeza».
18 Iosef (José) le respondió y dijo: «Ésta es su interpretación: los tres canastos son tres días.
19 Dentro de tres días, el Faraón levantará tu cabeza y te colgará de un árbol; los pájaros se comerán tu carne».
20 Y al cabo de tres días, el día del cumpleaños del Faraón, éste hizo un banquete para todos sus sirvientes y contó al Jefe de Coperos y al Jefe de Panaderos entre sus sirvientes.
21 Restituyó al Jefe de Coperos a su puesto, y éste colocó la copa sobre la palma del Faraón.
22 Mas al Jefe de Panaderos colgó, tal como Iosef (José) les había interpretado.
23 Sin embargo, el Jefe de Coperos no se acordó de Iosef (José), sino que se olvidó de él.