Una nueva generacion

Mujeres que regrean al judaísmo.
Hace más de treinta años, comenzaron a hacerse evidentes los primeros indicios del fenómeno de refloreciento judío cuando aquéllos de familias asimiladas, de familias alienadas de toda afiliación judía, volvieron a descubrir su judaísmo y se sintieron atraídos hacia una vida de Torá. En los años sesenta, el fenómeno cobró tremendo ímpetu ascendente al tiempo que muchos judíos encontraban invariablemente significado, dirección y propósito en la Torá.
El fenómeno continúa hoy, con mujeres y hombres de todas las edades reencontrándose con su identidad judía con frecuencia tras una difícil y atormentadora búsqueda. En el proceso de disipar capa tras capa de preconceptos acerca del judaísmo y la vida judía, y explorar el regocijo y la profundidad de la Torá, las vidas son cambiadas, y eslabones separados de la cadena de nuestro patrimonio vuelven a reconectarse.
¿Qué sucede con la mujer de los años noventa? Wellsprings, una publicación norteamericana, visitó el Bais Chana Women’s Institute for Judaic Studies (Instituto Beit Janá de Estudios Judaicos), en St. Paul, Minnesota. Fundado en 1969, Beit Janá ofrece a la mujer un intensivo programa de estudio judío. Bajo la dirección de Rabí Moshé Feller, fue el primero de su género diseñado específicamente para aquellas mujeres a quienes Judaísmo era algo nuevo. A través de debates informales y clases de filosofía jasídica con Rabí Manis Friedman, las mujeres tienen oportunidad de aprender Torá y experimentar la vida judía. Wellsprings conversó con algunas de las que, habiendo probado las aguas del judaísmo, decidieron proseguir estudiándolo. Lo que encontró fue todavía un ejemplo más del infinito de la Torá. Esto es lo que ellas encontraron:
Anne Goldberg, 23, está completando sus estudios en Literatura Inglesa en la Universidad Concordia de Montreal, Canadá. Vive en Laval, Quebec.
«Mi interés estaba dirigido al campo de la educación, pero recientemente la pregunta de `¿qué voy a enseñar?’ ha estado perturbándome.
«Antes de descubrir la filosofía jasídica, y hasta no haber experimentado la paz y tranquilidad del Shabat, estados estos que había intentado lograr por medio de la meditación, me consideraba una `judía cultural’, y no una judía religiosa.
«Al intentar poner orden en este mundo caótico, siempre tratamos de controlar todo lo demás. En el judaísmo, comenzamos con el control de nosotros mismos y la responsabilidad que debemos asumir sobre nuestras propias vidas».
Según los planes originales de Anne, debería haber estado partiendo hacia algún lugar del Africa el pasado mes de septiembre.
«En lugar de viajar a otros países», dice sonriente, «viajaré al judaísmo. Ahora tendré el saber del judaísmo, para poder transmitirlo».
Linda Naim, 28, de Boston. Recibió su B.A. en psicología de la Escuela Johns Hopkins.
«Observando con sincero detenimiento mi vida, sentí esa cosquilleante toma de conciencia de que en el mundo secular no había moralidad y que si deseaba disfrutar de un matrimonio que tuviera significando, si quería educar niños en un mundo como éste, tendría que encaminar mis pasos de regreso a un estilo de vida más tradicional, donde existen reglas y orientación acerca de cómo tomar decisiones felices.
«Comencé yendo a las clases del Beit Jabad local. La sensibilidad judía y el sentido del humor con que me encontré allí me resultaron muy atractivos. Hasta entonces, la religión me había parecido algo en exceso serio y melancólico. Aquí descubrí lo que es el verdadero regocijo y la felicidad del judaísmo.
«Los Discursos Jasídicos —Maamarím–, particularmente los de Rabí Shneur Zalman de Liadí, el fundador de Jabad, ejercieron en mí una profunda influencia. El jasidut de Jabad te conduce mucho más allá de la noción cristiana de recompensa y castigo, y te lleva a un nivel mucho más profundo. La realización de que estudiamos Torá para llegar a ser mejores judíos me atrajo a la observancia de las mitzvot«.
Teena Schuster, 44, de Skokie, Illinois, es una educadora corporal, danzante creativa y madre de cuatro hijos.
«En mis clases de baile me encontré con madres de 8 o 9 niños que tenían una esencia de felicidad, paz y satisfacción. Estas mujeres parecían tener sus vidas armonizadas de una manera que yo no había encontrado en las mujeres seculares».
Habiéndose casado hacía diez años por Humanistas Eticos, Teena y su esposo están realizando ahora una boda judía. «Luego de traer a Di-s dentro de mi matrimonio, ahora me doy cuenta qué significa haber vivido una vida sin Torá».
Meryl Cook, 24, de Suffern, Nueva York, recibió su B.A. en Estudios Germanos del Grinnell College de Iowa.
«Mi interés por el judaísmo sobrevino desde una perspectiva apologética. Pensaba que si los alemanes hubieran conocido más acerca de los judíos, hubiera habido menos odio. Yo había integrado dentro de mi ser muchas ideas sobre el antisemitismo y no quería ser nada de todo aquello que creía había sido el motivo de que la gente odiara a los judíos. Finalmente, mediante el estudio del judaísmo, tomé conciencia de que no preciso disculparme por ser judía. Debo concentrarme en ser judía.
«Por fin he hecho las paces con mi judaísmo. Jabad me ha dado una maravillosa óptica del mismo. Aprender sobre el judaísmo me ha hecho increíblemente orgullosa de mi judeidad. Me apena ver que tantas de mis amigas no tengan una genuina concepción de qué es realmente el judaísmo, por lo que no pueden experimentar el orgullo que se produce con sus vivencias».
Edith Altman, 59, de Chicago, es artista de multimedios, y su exposición, «Reclamando el Símbolo: El Arte de la Memoria», fue premiado con un subsidio de la Fundación Nacional Para las Artes. Nació en Alemania. Es hija de un superviviente del Holocausto.
«A través de debates sobre misticismo con mi padre, comenzamos a hablar de judaísmo. Siempre he tenido que lidiar con el tema del Holocausto y con cuestionamientos acerca de Di-s en ese contexto. Jabad me ha ayudado realmente a tratar esta cuestión de una manera única.
«Al volverme al judaísmo, creí que tendría que elegir entre dos mundos. Pero he recibido mucho aliento para proseguir con mi trabajo y me siento muy bien al saber que puedo integrarlos a ambos en una existencia común y armónica con mi ser interior.
«Mis dos semanas en el Instituto fueron una experiencia curadora. Salgo revitalizada con grandes esperanzas para los judíos y todo el mundo».
Sharon Shaffer, 48, de Detroit, es madre y también secretaria de la Junta de Directores de la Eyeglass Factory. Tiene un B.S. de la Drake University.
La tragedia personal fue la fuerza movilizadora en el giro de Sharon hacia el judaísmo. «Comencé estudiando la filosofía jasídica y me encontré con que levanta sensible y espiritualmente a la persona. No se trata simplemente de los `haz’ y `no hagas’.
«Me siento mucho más cómoda conmigo misma y con el resto del mundo ahora que Di-s ocupa una parte tan grande en mi vida. Saber que hay algo más que simplemente `existir’ es muy reconfortante».
Toni Kassover, 26, de Nueva York, estudió Ciencias Políticas y Estudios Femeninos en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts.
«Fui atraída por la profundidad del enfoque de Jabad, especialmente por el Ahavat Israel –el amor al semejante judío–, y la alegría de cumplir mitzvot. Yo necesito y deseo esa perspectiva en mi vida. Di este vuelco en mi vida a fin de poder estar más cerca de Di-s. Con cada mitzvá que asumo cumplir, confío en que es tanto por mi bien como por el bien del mundo. Regresando al judaísmo, siento que tengo una gema preciosa y me siento muy agradecida por ello.
Pam Sokolow, 27, de Boston, se especializó en periodismo en medios de comunicación en la Universidad de Syracuse. Ahora es editora auxiliar del The Jewish Journal de Greater Boston. Pam fue productora auxiliar de «Hola Jerusalén», un programa de noticias en televisión por cable con base en Israel. También fue gerente de producción de películas producidas por el Ministerio del Exterior Israelí.
«Estaba muy insatisfecha con lo que el mundo judío tenía para ofrecer. El judaísmo que yo había explorado era muy vacío. Desde que estoy aquí, en el Instituto, he descubierto la profundidad del judaísmo en la mente y el corazón, especialmente mediante el estudio de Tania.
«Ahora comienza el viaje. Vivir esa profundidad es el verdadero desafío. Estando aquí, he aprendido que puedo asumir una mitzvá por vez, de una manera cómoda».
(extraído de Jabad Magazine, www.jabad.org.ar).
B. Davids