Una muestra de luz
(Selección extraída del libro «Shabat – Día de la Eternidad», por Rab Aryeh Kaplan, © Editorial Jerusalem de México)
Imagine usted, que está a punto de viajar a otro mundo. Se está preparando para la más excitante experiencia. Será un lugar totalmente diferente, y usted está esperando ver cosas que nunca vió o experimentó antes.
Sin embargo esto es diferente y usted tendrá que adaptarse a ello. Sus experiencias anteriores serán de poco uso, una vez que usted haya llegado.
Se le da un manual de instrucciones que le indica cómo vivir en este nuevo mundo. Es un libro grueso, lleno de listas detalladas y diagramas. Usted lo lee y queda muy confuso y angustiado. ¿Cómo puede uno entender este nuevo mundo? ¿Cómo es posible poder adaptarse a todas estas condiciones y reglas complejas? Antes de empezar, usted está casi listo para abandonar el viaje completamente.
Sin embargo usted lo piensa y decide llevar a cabo el viaje. Usted llega ahí, y como usted lo esperó, encuentra muy dificil la adaptación, pero entonces los días pasan y usted se acostumbra a este nuevo mundo. Después de un tiempo, todas sus preguntas y temores se han esfumado.
Un poco más tarde, usted revisa nuevamente su manual de instrucciones. Esta vez, lo lee bajo una nueva luz. Una gran parte de éste le parece ahora muy obvio. Las cosas se ven muy diferentes ahora que usted las ha experimentado.
Para muchos de nosotros, el Shabat es un nuevo mundo.
Tenemos dificultad en poder entender y realmente sentir su significado. El leer un libro como éste, sólo parece complicarlo todo. Es como hablar de un mundo que parece extraño. Leemos, pero de algún modo no entendemos.
Al verlo por escrito, el cuidar el Shabat parece una tarea imposible. ¿Cómo puede uno recordar todas las reglas y llevarlas a cabo? ¿Cómo puede uno guardar el Shabat en esta época moderna?
No es tan difícil como parece. Cientos de miles de judíos alrededor del mundo respetan el Shabat, y el número va aumentando cada año. Y, para la mayoría de ellos, el observarlo es una de las cosas más fáciles y agradables posibles.
Pero realmente solo hay un camino para aprender sobre el Shabat.
Esto es, experimentándolo.
Usted probablemente tendría que luchar durante algunas semanas. Sin embargo, sería mucho más fácil pasar algunos Shabatot con una familia observante y aprender cómo sentirlo. Gradualmente, aprenderá el sentimiento de Shabat, y una vez que realmente lo sienta, nunca lo olvidará.
Muchas cosas en este libro ahora le parecerán extrañas; pero una vez que usted haya sentido el Shabat, éstas le serán muy obvias. Será como leer una guía de su propio país. Una vez que usted vive ahí, ya no parece extraño.
Sin embargo el Shabat también debe ser un proyecto que usted debe hacer. De manera que para sentir realmente el Shabat, usted no puede esperar que éste venga a usted, usted debe de entrar en él. La Torá nos dice (Ex. 31:16) «para hacer el Shabat»; cada persona debe de hacer su propio Shabat. Usted debe prepararse emocionalmente y sólamente así podrá estar listo para sentir su verdadero significado, ya que el Shabat no es un ejercicio intelectual. Si lo fuera, meditando sobre él sería suficiente. Nosotros podríamos dar explicaciones, pero el verdadero entendimiento solo viene de hacer y sentir.
De cierta manera, el Shabat es como el amor. Usted puede hablar del amor por el resto de su vida, pero si nunca lo ha experimentado, nunca lo entenderá. Pero una vez que usted ha estado enamorado, ningún argumento adicional es necesario.
El Shabat es un lazo de amor entre nosotros y Dios.
Hágalo Usted Mismo
El ambiente del Shabat empieza con su preparación. Los mandamientos nos dicen: «Recuerda el día Sábado para hacerlo sagrado», nuestros sabios nos enseñan que para guardarlo verdaderamente sagrado debemos recordarlo toda la semana y prepararnos para él. Si usted ve algo que gozaría en Shabat, por todos los medios sepárelo para usarlo en Shabat.
Los preparativos para el Shabat culminan la tarde del viernes. Entonces usted dirigirá la mayor parte de sus actividades hacia el Shabat. Recuerde la lección de nuestros sabios, «Aquel que prepara el viernes, comerá en Shabat». Anticípelo como usted lo haría para una visita importante; después de todo, el Shabat es la Reina de toda la Creación.
Coma ligero la tarde del viernes. Guarde su apetito para la cena del Shabat. Asegúrese usted que tendrá la comida más suculenta para el Shabat. Si es posible, ayude en la preparación de la comida.
Limpie su cuarto y arregle sus pertenencias. Ponga aparte todas las cosas que ocupa durante la semana. Prepare sus alrededores para que refleje el ambiente del Shabat.
Tome un baño y vístase con su mejor ropa; como si fuera para una ocasion importante. Si es posible, separe ropa especial para el Shabat.
Muchos de nuestros Tzadikím (piadosos) tienen la costumbre de leer el Shir- Hashirin (Cantar de los Cantares) justo antes del Shabat. Es el poema de amor más bello jamás escrito, ya que cuenta del amor entre Dios y Su pueblo. Léalo si tiene tiempo, y trate de sentir este amor.
Prepare la mesa para la comida del Shabat y cúbrala con un fino mantel blanco. Arréglela con su mejor vajilla y con cubiertos de plata en honor de la Reina.
Aparte dos Jalot, el Pan Doble del Shabat, y cúbralas con una servilleta limpia o un mantelito especial. Prepare el vino para el Kiddush así como una copa que será exclusivamente para el Kiddush. De ser posible, trate de tener una de plata. Esté seguro que las velas se prendan en el cuarto donde usted comerá. Si no hay nadie más para prenderlas, hágalo usted mismo. Préndalas de 18 a 20 minutos antes de la bajada del sol y mírelas brillar por algunos momentos. Sienta como irradian la luz del Shabat.
Ahora es el momento de reunirse y rezar. Si tiene una Sinagoga cerca, únase al servicio del Shabat. Por ningún motivo destruya el espíritu del Shabat viajando en automóvil, ya que violaría tanto la ley como la esencia del Shabat. Si no hay una Sinagoga convenientemente cerca, encuentre una tranquila esquina dentro de la casa y rece usted solo.
Si usted puede leer el hebreo, siga el servicio en nuestra antigua y sagrada lengua. Aún cuando usted no entienda las palabras, escuche su sonido y siéntalas en su lengua. Imagine estos mismos sonidos hablados por Abraham, Moisés, Isaías y David. Deje que su mente se relaje y permita que las palabras se vuelvan parte de usted. Permita que el lenguaje y el día sagrados se entrelacen y lo envuelvan con su luz. Un siddur con una traducción precisa y moderna lo ayudará a que las palabras tengan mayor significado.
Si no sabe leer hebreo, diga las oraciones en español. Medite su significado y permítales penetrar en usted. Cuando usted dice «Bendito eres Tú», no está diciendo sólo palabras. Piense un momento sobre este «Tú». No diga sólo las oraciones, diríjalas a Dios.
Camine tranquilamente de la Sinagoga a la casa. Usted podrá mirar las estrellas y recordar las palabras de los Salmos (SaL 8:4), «Cuando veo Tus Cielos, el trabajo de Tus Dedos, la luna y las estrellas que Tú has creado… ¿Qué es el hombre, que Tú piensas en él; o el hijo del hombre, que Tú lo
recuerdas?». No olvide la respuesta… Dios realmente se acuerda.
Entre a la casa con un saludo de Shabat-«Un Shabat de Paz (Shabat Shalom)», o «Un Shabat Bueno (Gut Shabbes)».
Cante Shalom Aleichem y el Kidush. Conforme dice las palabras, permita al Shabat entrar en usted. Tome del vino del Kiddush y deje que lo arrulle con la serenidad del Shabat.
Lave sus manos con una bendición, y permanezca en silencio hasta que la bendición sobre las Jalot sea dicha.
Sumerja el Pan en sal y mastique el pedazo despacio, gozando cada bocado. Recuerde que usted lo está comiendo como una ofrenda a Dios.
Tómese un momento y disfrute la comida de Shabat. Tal vez pueda saborear el sabor del «condimento especial» que Shabat añade a la comida»
Permita que su humor sea tan alegre como pensativo. Si puede, cante las Zemirot (himnos de mesa) de un libro de oraciones, o cualquier canción judía.
Termine la comida con el Birkat Hamazon (Bendición de Gracias después de la Comida). Agradezca a Dios por darle su alimento y por la bendición especial que viene con este día
Después de la comida es tiempo de descansar. Use este tiempo para estudiar sobre Dios y Sus enseñanzas. Lea la porción de la Torá que será leída esa semana en particular. Dé un paseo tranquilo.
Ahora es el momento de reflexionar. Pregúntese a sí mismo: ¿Qué estoy haciendo y hacia dónde voy? ¿Qué significa la vida para mí? ¿Qué estoy haciendo mal, y cómo puedo mejorarme? Pídale a Dios que le ayude a encontrar las respuestas.
Alégrese de estar vivo.
Shabat también es un tiempo para reunirse. Si conoce a otras personas que cuidan el Shabat, reúnase con ellas. Use las largas noches de viernes en el invierno y las tardes de Sábado en el verano como un tiempo de compañerismo. Regocíjese cantando, y contando historias. Uselo como un momento para aprender juntos. Fortalezca sus lazos de amistad.
Mientras la noche se acerca: permita que la serenidad del Shabat lo inunde. «El dormir en Shabat es una delicia». En la noche, diga el Shema y pongase en las manos de Dios.
Empiece la mañana del Shabat con buen humor. Salte de la cama, y haga que el rezo sea su primera orden del día. Deje que el servicio de la mañana lo despierte física y espiritualmente. Haga de la segunda comida del Shabat (a mediodía) un banquete como de la primera, la noche pasada. Pase el día con una profunda conciencia del Shabat. Deje que el estudio y la amistad le ayuden a conservar su buen humor.
Cuando el sol comienza a ponerse, usted deberá sentir un cambio. La Reina se está preparando para irse. La tercera comida del Shabat es un momento de dulce añoranza por un día que está a punto de concluir.
Cuando los cielos están obscuros y las estrellas aparecen, el Shabat ha terminado. Es tiempo para la Havdalah, la plegaria que introduce a una nueva semana. Inhale las especias y disfrute de su último bocado de este Paraíso. Contemple las velas entrelazadas, y -medite sobre como este día alumbrará la semana siguiente.
Haga todo esto, y comenzará a sentir el espíritu de Shabat. Usted podrá no sentirlo todo la primera vez, pero no se descorazone. Si verdaderamente lo busca, eventualmente será suyo. La tarea no es difícil, pero usted debe perseverar. Usted está en la búsqueda de la Eternidad. Eventualmente la encontrará.
Nosotros tenemos una promesa que Dios mismo dijo a su profeta (Isa. 58-13f).:
«Si tú no pisoteas el Shabat y no haces negocios en Mi Día Sagrado:
Llamas al Shabat, una delicia, y honras el día Sagrado para Dios:
Si tú te abstienes de las tareas diarias,de los intereses de la semana,
hablando solamente palabras, Entonces encontrarás alegría en dios,
te elevarás de las alturas de la Tierra, y tomarás la herencia de Yaacov-
Dios mismo lo ha dicho.»
Rab Aryeh Kaplan