Un diálogo entre el Alma y el Intelecto V
Extraído y adaptado de «La Sabiduría del alma. Un diálogo entre el Alma y el Intelecto» (Daat Tevunot) Rabí Moshé Jaim Luzzatto
En camino a la perfeccion
«….Y de esto se trata el exilio, en que Dios oculta Su presencia más y más, y el mal logra una fuerza increíble. Tal como dijeron nuestros Sabios (Sotá 49a): «No hay un día cuya bendición – eufemismo de «maldición» – no sea mayor que la del día anterior». Y al final, repentinamente, Dios regresará a Su Santuario, Su Gloria se revelará y todos los seres contemplarán Su unidad.
Y ahora, debido a la magnitud del ocultamiento de Su presencia, se ha deteriorado el conocimiento y todas las acciones son defectuosas ya que las propias creaciones se han deteriorado y degradado, tal como se dice (Sotá 48a): «Se perdió el sabor de las frutas…», junto con todos los demás hechos lamentables de que hablaron nuestros Sabios, y que nosotros comprobamos con nuestros propios ojos. La tierra esta vacía y desolada. Tal como dijeron los Sabios (Sotá 49b): «Prevalecerá el descaro y se encumbrará la carestía…». Se trata de distintos aspectos de la intensificación de este enorme mal. Pero cuando la Gloria de Dios se revele, todas las mentes retornarán al buen camino, todas las acciones se perfeccionarán como en el comienzo y los hombres se aferrarán a su Creador, tal como está escrito (Joel 3:1): «Volcaré Mi espíritu sobre todo lo viviente…» y (Jeremías 31:33): «Y el hombre ya no le enseñará a su vecino… diciendo `Conoce al Eterno´, pues todos Me conocerán, grandes y pequeños». Y la aspiración universal será santificarse en la santidad de Dios, tal como está escrito (Isaías 2:3): «Y vendrán muchos pueblos que dirán `Venid, y subamos a la montaña del Eterno, y El nos enseñará Sus caminos, y andaremos en Sus senderos». Y esto dará origen al mejoramiento de toda la naturaleza, tal como está escrito (Salmos 72:16): «Como un rico trigal en el campo sobre las montañas» y (Isaías 11:6): «Y el lobo vivirá junto al cordero…»
En suma, cuando la Voluntad Suprema eligió este camino, dejó espacio para que se llevara a cabo todo lo que fuera necesario para la verdadera perfección de Sus criaturas. Al ocultar Su presencia, Dios dejó lugar a la imperfección y, de este modo, dejó lugar al servicio Divino que eventualmente traería la necesaria perfección. Y como el propósito de este ocultamiento es solamente la revelación final, esto permite el perfeccionamiento de estos defectos por medio de la fuerza de la revelación de la perfección. Y como el ocultamiento tiene como destino la revelación en cualquier caso, se puso un fin a la cantidad de días de libre albedrío. Porque finalmente todo el universo alcanzará la perfección total, a la que seguirá un período de recompensa por el servicio Divino que le precedió, tal como afirman nuestros Sabios (Eruvín 22a): «Hoy para realizarlos – a los preceptos – y mañana para recibir su recompensa».
ALMA: Por favor, haz una síntesis de lo que me has explicado hasta ahora, porque ya has dicho mucho.
INTELECTO: El principio es breve y de fácil aceptación. La Voluntad Suprema quiso revelar y hacer manifiesta la verdad de Su unidad: que no existe ningún otro poder en absoluto contrario al de El. Y es sobre esta base que El construyó Su mundo con todas sus leyes. El propósito del ocultamiento de Su presencia y de que El permitiera la existencia del mal es la revelación última de Su unidad, la erradicación del mal y la manifestación de la unidad de Su reino. En el interín, se permitió el servicio Divino del hombre todo el tiempo que exista la imperfección y la perfección aguarde la revelación. Y luego de esta revelación, vendrá un período de recompensa por el servicio Divino que lo precedió.