Un alma perdida encuentra su hogar
לעלוי נשמת
אמי מורתי
רחל דליא בת חנה ופנחס ע»ה
תהא נשמתה צרורה בצרור החיים
Dedicado a Rajel Delia bat Janá vePinjás
Sea la Voluntad del Todopoderoso de elevar su alma en Gan Eden
Un libro que escribí acerca del uso de la visualización estaba agotado hace varios años cuando me escribió una mujer, a quien llamaremos Perla:
“¿Sabe usted que su libro Empowered to Heal se vende en Amazon por cientos de dólares porque está agotado?”
No lo sabía y en verdad es debido a ella que comencé el proceso de volver a editar el libro.
Cuando Perla expresó un intenso deseo de aprender a visualizar del modo que mi libro trasmitía, según el método de Colette Aboulker-Muscat, la invité a participar en un grupo de visualización que dirigía usando Zoom. El grupo había comenzado hacía meses, al principio del calendario judío, pero Perla aún podría beneficiarse si se uniera a nosotras en ese momento. Yo leía las visualizaciones del libro, y después de cada una, cada participante tenía que decir qué vio en su imagen. Cuando le llegó el turno a Perla, dijo:
Me veo abrazando a mi marido y nos convertimos en un solo ser.[1] Mis hijos están cerca de mí. No obstante, también hay una larga filera de otros niños que vienen de mí.
¿Qué significa?
De acuerdo con la costumbre de Colette de no interpretar las visualizaciones de sus alumnos, le sugerí a Perla que aceptara lo que vio y que siguiera adelante.
Sin embargo, horas después, en las santas horas después de medianoche, recordé la imagen de Perla e inmediatamente supe su significado: esos eran todos hijos espirituales que procedían de Perla, de las diferentes relaciones que había tenido hasta entonces. A la mayoría de nosotros no nos permiten percibir a los hijos espirituales, pero Perla parecía tener una sensibilidad espiritual a la dimensión espiritual, quizás debido a su niñez: nació desprovista de sistema inmunológico y debido a ello creció en una cámara de oxígeno. Cuando tuvo una muerte clínica a la edad de siete años debido a una dosis inadecuada de adrenalina, los doctores lograron revivirla pero se quedó en un estado comatoso. Durante este tiempo, tuvo visiones espirituales que aún recuerda.
Esta historia me recordó la infancia de Colette. Como de niña, Colette tenía un problema en sus cuerdas vocales, cuando tenía cuatro años, su padre, que era médico, tuvo que ir a la guerra, y pidió que le vendaran la boca como método terapéutico para que pudieran sanar sus cuerdas vocales. Los años que pasó Colette sin poder hablar desarrollaron su “músculo de visualización”, y esto dio lugar al tesoro de visualización que legó al mundo.
Comencé a corresponder con Perla con la intención de ayudar a las almas que estaban apegadas a ella a que pudieran proseguir su proceso de desarrollo espiritual, y con su permiso, comparto su historia.
Perla venía de México. Su bisabuelo, quien era kabalista, había sido asesinado ante los ojos de su bisabuela y de su abuela, cuando esta última tenía cinco años. Bajo el efecto del choque y el temor al futuro que resultaron, la viuda temía que los asesinos persiguieran a sus hijas que habían presenciado el crimen y para proteger a sus cinco hijas, las puso en orfelinatos y familias adoptivas, cada hija en una ciudad distinta para que no hubiese contacto entre ellas. Por resultado, la abuela de Perla, Isabel, creció distanciada de toda religión y eventualmente se casó con un no judío. La hija de Isabel, Estrella, también se casó con un no judío y lo único que quedó de su contacto con el judaísmo es que las mujeres seguían prendiendo las velas de Shabat y constantemente leían la Torá (Tanaj). Estrella fue violada por un vecino cuando tenía catorce años y quedó en estado.
“Déjame que te ayude a abortar el embarazo”, ofreció su madre Isabel. En esos días se juzgaba con mucha severidad a una mujer sola embarazada y los padres de Estrella no querían que esto afectara el futuro de su hija. Sin embargo, Estrella no quería hacerse un aborto: temiendo de cometer un terrible pecado, la joven conservó el embarazo, leyendo el salmo 51 todos los días hasta que naciera Perla. Isabel sugirió que Estrella trajera su bebé a casa, y crecería el bebé como si fuera hermana de Estrella.
Perla creció pues pensando que su madre era su hermana. Más adelante, aprendió la verdad al tratar de comprender por qué era Estrella tan cruel con ella. Eventualmente aceptó su pasado, pero se refugió en la relación con su abuela Isabel. La joven había crecido sin saber que era judía. Aunque le era prohibido hablar de religión, había adoptado la costumbre de las mujeres de su familia de encender las velas de Shabat y de leer la Torá, cosa que hacía constantemente. Su abuela vivía en Los Ángeles, y Perla, quien estudiaba leyes en la universidad de Guadalajara, seguía en contacto constante con Isabel. En 2001, Perla fue de vacaciones por una semana a Cancún, México.
En medio de sus vacaciones sucedió el trágico ataque del 9/11. Perla temió por su abuela y de inmediato cogió un avión para regresar a Los Ángeles. El pandemonio en el aeropuerto era avasallador y no había comunicaciones; no había manera de viajar a casa. Un hombre a quien conoció en el aeropuerto se acercó a ella con intenciones de ayudarla y la llevó a la casa de sus padres. El hombre era mucho mayor que Perla pero nunca se había casado. Su madre, con quien él vivía, practicaba la brujería. Perla cree que la mujer hizo algo para causar que ella se casara con su hijo, ya que ni ella ni su exmarido se acuerdan de cómo sucedió que se casaran. Lo único que recuerda es que le dijeron que para casarse con él tenía que convertirse al catolicismo, cosa que hizo. Aunque ella también se había casado con un no judío, comenzó a practicar el judaísmo sin saber que lo que hacía formara parte del judaísmo, y con lo poco que sabía seguía buscando esa conexión espiritual que había tenido en su adolescencia. Su marido la trataba con suma crueldad y brutalidad, y después de seis años se divorció de él.
Cuando su abuela estaba por morir de cáncer en 2004, hizo una grabación de la historia de familia y se la dio a Perla, diciéndole: “Si alguna vez necesitas ayuda, busca una comunidad judía; ellos te ayudarán”. Ahora Perla sabía la verdad acerca del origen de su alma y comprendía sus anhelos del pasado, a pesar de que entonces ignoraba la conexión de su alma. Siguió buscando hasta que encontró en el Internet mi libro Empowered to Heal. Había estado buscando este libro sin saber que de hecho existía, porque había recibido una visión en la que había visto el nombre del libro, con el mensaje que oculto en el libro estaba la cura para la pandemia de Corona (Covid-19). Por lo tanto había gastado tiempo y esfuerzo buscado el libro en todas las bibliotecas públicas en los Estados Unidos, hasta que aprendió que la universidad de Harvard tenía el único ejemplar disponible. Aunque no se lo podían prestar debido a la pandemia, le dieron mi dirección electrónica.
La verdad es que la causa de la pandemia es todos los hijos espirituales que vio en su visión – los suyos y los de todo el pueblo de Israel cuyos actos les causaron tener tales hijos. Perla no es culpable de un comportamiento censurable ya que es una víctima de su pasado. No obstante, la expresión “injusto” no existe en el mundo celestial.
Y aquí me tomo la libertad de añadir una anécdota auténtica pero sin relación a la historia de Perla, para ilustrar nuestra perspectiva humana acerca de qué significa la justicia.
Mi madre creció en una casa en la que también vivían su madre y el hermano de ésta, a quien llamaremos Arie. Mi madre quería mucho a su madre, Gracia, quien había tenido una vida difícil, con varias tragedias personales. Arie era ya mayor, y era preso a un mal humor que ni siquiera trataba de controlar. Trataba muy mal a su hermana Gracia; mi madre a menudo había de consolar a su madre, quien lloraba por la crueldad de su hermano.
Paso el tiempo, y fallecieron ambos, Gracia y Arie. Mi madre utilizó la herencia que le dejó su madre para hacer que le escribieran un Sefer Torá con idea de donarlo a una sinagoga para la elevación del alma de su madre. La familia de Arie se reunió un día y juntos, pidieron a mi madre que permitiera que se incluyera también el nombre de Arie en la dedicación del Sefer Torá, para que él también pudiera elevar su alma.
“¿A cuesta de mi madre, a quién tanto hizo sufrir? ¡Nunca!” exclamó mi madre, indignada. Una y otra vez, se lo pidieron, incluso enviándole emisarios diferentes, y mi madre siempre se negaba rotundamente.
Cuando llegó el momento en que la decisión había de ser definitiva, mi madre tuvo un momento de indecisión — ¿y si no llevaba ella la razón? Dejando a toda la familia reunida en el salón, subió ella a su pieza, y cerrando la puerta, pidió con toda su alma al Todopoderoso que la iluminara. Luego se dirigió a la biblioteca que había en una pieza contigua, y cogiendo el primer libro que le vino a la mano, lo abrió al azar y leyó:
No hagas de juez que decide por sí solo ya que Juez Absoluto no hay más que Uno.[2]
Después de recuperarse del asombro y el temor reverencial que la invadió al recibir una respuesta tan directa e inmediata fue al salón en que estaba la familia esperándola, y les dijo que había cambiado de idea, y que podían añadir el nombre de Arie. Esta escena impresionó profundamente a mi madre, y la ayudó más de una vez en que tenía que decidir si tomar represalias o no hacerlo.
En el mundo espiritual, aceptar lo que parecen injusticias comprendiendo que no tenemos acceso a toda la pantalla y aceptando la Voluntad del Todopoderoso forma parte de nuestro servicio divino. También es un importante elemento del desarrollo de nuestra alma; no me cabe duda de que mi abuela así como mi madre, ambas recibieron recompensa divina de este instante de entrega.
El alma de Perla es probablemente la reencarnación de miembros pasados de su familia que transgredieron gravemente nuestro santo Pacto con el Rey del Mundo y murieron sin rectificar sus errores.
En este sentido, la “cura para la pandemia” no está en Empowered to Heal, sino en el libro La luz de Efráim para la mujer y pareja.[3] El propósito principal de este último libro es de transmitir las instrucciones específicas acerca de cómo se puede ayudar a las almas de los hijos espirituales, liberándolas de los poderes del mal que las encierran. Sin embargo, Perla no recibió un mensaje espiritual equivocado. Para seguir las instrucciones acerca de cómo se liberan estas almas, la persona ha de haber alcanzado un nivel de alma elevado a través de su servicio divino, y cuando una persona es culpable de hacer bajar estas desafortunadas almas, sucede lo opuesto. El libro Empowered to Heal explica – más aún, ilustra – cómo ascender conectándose con la Fuente de la energía sanadora – el Shabat. También explica cómo mantener vibrante la voluntad de ascender y llevarla a cabo cuando la persona puede estar cargando el peso de una enfermedad o de su sufrimiento como nos sucede a muchos en nuestros tiempos. Cuando la persona trepa la escala espiritual a través de su cumplimiento de las leyes de Shabat, y emprende su elevación para Hashem, haciendo más de lo que le pide el cumplimiento estricto de la halajá, ley,[4] recibe de Arriba ratzon, el intenso deseo de mirar hacia atrás con la intención de rectificar sus errores pasados.
A pesar de que Perla es judía de nacimiento, aun así, como no tiene ketubot, contratos matrimoniales ni documento alguno para probar su ascendencia judía, el mundo rabínico probablemente le pida que haga lo que se llama en hebreo guiyur lejumra, una conversión que es en realidad no es más que una formalidad. Perla agradece a la Providencia Divina que la dirigió hacia sus raíces. Cuando complete el proceso, podrá consultar a un kabalista auténtico y preguntarle cómo seguir creciendo en el camino de la Torá.
¿Podrá Perla dejar atrás el mundo espiritual de “luz” incondicional y abrazar un mundo en el que se tiene que hacer espacio en su fuero interior para que penetre la luz? Hemos de purificar nuestra alma, despojándola de todas las fuerzas externas y aprender cómo se cumplen las mitzvot, los preceptos para que el alma se vuelva un lugar de residencia para el Amado, particularmente en el momento que se está sumido en las tres oraciones diarias.
La visualización de Perla tiene suma importancia. Se vio uniéndose a su marido hasta llegar ser uno (a pesar de que por el momento sigue soltera). Esta es la auténtica representación del matrimonio judío: las almas de marido y mujer son escogidas en el Mundo Celestial de acuerdo con la clase de errores que les están bloqueando para que juntos, puedan rectificar su pasado y servir al Amado con el poder de un alma sola, completa.
No existe otra verdad.
Sea la Voluntad del Todopoderoso que Perla pueda continuar su camino hasta recibir un alma judía y encontrar su compañero de alma legítimo. Sea Su Voluntad de que juntos, alcancen la perfección espiritual necesaria para ser un dirá betajtonim, un Santuario en el mundo, digno de ser un lugar de residencia para la Presencia Divina.
——————————————————————————–
[1] Colette enseñaba de no usar el pasado al transmitir su visualización personal.
[2] Ética de nuestros padres; capítulo 4, mishná 10. Mi traducción.
[3] Véase el libro La Luz de Efráim: Reclama tu potencial perdido rectificando tu pasado. México: Jerusalem de México, 2021. El libro La Luz de Efráim para la mujer y la pareja aún no está publicado. No obstante, se lo enviaré con gusto como PDF a quien lo solicite a través de mi correo electrónico: simchahbenyosef@yahoo.com.
[4] La expresión “para Hashem” está explicada en mi libro acerca del Shabat, Ajotí Calá: Mi hermana, mi novia. Cómo intensificar la experiencia de Shabat, a través de una mirada kabalística. Impreso en Argentina, 2017.
Que historia tan bonita por favor me pueden enviar una edición de el libro en pdf