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Todos tenemos Grietas

Extraido de Relatos para Reflexionar

 

Shlomi, que estaba en 6 grado, era consciente de sus limitaciones. Había nacido con dificultades en el habla y con una leve desviación en su cadera que hacía que no pudiera caminar bien. Lógicamente se sentía distinto a los demás, eso era algo que no podíamos evitar en la escuela, pero lo que yo no estaba dispuesto a permitir era que eso lo hiciera sentir menos. Es por eso que cuando Shlomi y su familia debieron tomar la decisión de si continuar en la escuela normal o pasarlo a una escuela de discapacitados, les conté la siguiente historia:

Un cargador de agua tenía dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que había sido creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguatero diciéndole:
—Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguatero apesadumbrado, le dijo compasivamente:
—Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguatero le dijo entonces
—¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas. Tú todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recoger estas flores para regalar cada Shabat a mi esposa. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, ello no hubiera sido posible.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

Finalmente, Shlomi permaneció en la escuela y junto con unos compañeros crearon la cooperadora de ayuda a los alumnos con problemas. Esto ayudó a los demás chicos de la escuela a ser sensibles a los problemas de sus semejantes. La cooperadora funcionó tan bien que el alcalde de la ciudad lo tomó como proyecto modelo.

Shlomi, sigue estudiando y además, en el marco del proyecto modelo, pasea por las distintas escuelas explicando el proyecto y ayudando a los demás colegios a establecer una cooperadora de ayuda.

 

Isaac Sakkal

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