Festejando
El Día de Shabat
Shabat
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Sobre las Plegarias Matutinas

(Selección extraída del libro «Mi Plegaria II», por Nissan Mindel, ©Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana)

Las Plegarias Matutinas de Shabat (y de Iom Tov) son considerablemente más largas que las de los días de semana, por la simple razón (como observa el Levush) que la gente no debe ir a trabajar en Shabat y no hay dificultad alguna en estar más tiempo en la sinagoga. Por este motivo, además del hecho de que el Servicio Matutino de Shabat incluye la lectura de la Torá de toda la Sidrá -Sección – de la semana seguida por la Plegaria de Musaf («adicional«), hay una cierta cantidad de salmos especiales del Tehilím que fueron agregados a Pesukéi dezimrá.
Recitamos los salmos adicionales en Shabat, dice Abudraham, para distinguir al Shabat de los demás días de la semana. Porque el Shabat es una «señal», dice Di-s, «entre Mí y el pueblo judío… pues en seis días hizo Di-s los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y descansó» .
Es bastante comprensible, naturalmente, que deberíamos distinguir entre Shabat y los demás días de la semana en nuestras plegarias, ya que diferenciamos el Shabat en todas sus demás formas: en la ropa que usamos, la comida que comemos, nuestro hablar y caminar. El santo Zohar da una explicación más profunda aún sobre el motivo por el cual las plegarias de Shabat son más largas:

Shabat es un día santo, dedicado al servicio de Di-s con alegría. Cuando el pueblo santo, el pueblo judío, se reune en la Sinagoga para cantar las alabanzas de Di-s, trae regocijo a los cielos y a la tierra. Y llena todo el universo con espíritu de santidad

En otras palabras, nuestras plegarias de Shabat tienen una importancia extraordinaria y Di-s las recibe con placer especial. Es justo, por lo tanto, que «demos más placer a Di-s» en Shabat, recitando plegarias adicionales.
Al respecto el Zohar se pronuncia con duras palabras sobre aquellas personas que no aprecian el extraordinario privilegio de cantar las alabanzas de Di-s en Shabat, o cuya conducta en la Sinagoga no concuerda con la santidad del Shabat, ni con la santidad del lugar de culto. El Zohar observa:

Cuando el pueblo sagrado se reúne en la Sinagoga en Shabat, las personas deben concentrarse totalmente en las plegarias y en la lectura de la Torá, y no hablar ni siquiera de asuntos dignos. Cualquiera que se ocupa de otros asuntos, ni que mencionar asuntos mundanos, es tal como aquel que profana el Shabat y no tiene parte del sacro pueblo judío. En ese día se encomiendan dos ángeles para observar cómo se comporta cada uno en la Sinagoga y ellos colocan sus manos sobre la persona que no se comporta adecuadamente, y dicen, «Pobre de él, que no tiene parte en el Santo, bendito sea El…»

Nissan Mindel

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