Sobre la Culpa
Empieza nuevamente ahora
Una de las maravillas del mundo es que en cualquier momento dado puedes empezar nuevamente. Toda persona ha experimentado desilusión, frustración y fracaso. A veces es tu culpa, a veces está totalmente fuera de tu control. A veces, años de trabajo parecen desaparecer y esfumarse, a veces unas cuantas horas y minutos se desperdiciaron. A veces no estás a la altura de tus estándares o valores, a veces tú sí lo hiciste pero otros no. A veces, los problemas son financieros o académicos, a veces son emocionales o espirituales. En todo lo anterior, tú puedes empezar nuevamente.
En este momento, o en un momento a partir de ahora, empieza nuevamente. En este momento tienes más conocimiento y más experiencia que nunca antes. Las desilusiones, frustraciones y fracasos te han proporcionado un mayor sentido de humildad. Te han enseñado lecciones que de otra manera no hubieras aprendido. Estás más consciente de tu fragilidad como ser humano. Pero al mismo tiempo, puedes elevar tus ojos y sentir un sentido de renovación. Puedes tener contacto con tu fuerza interna y tus recursos internos. Sé abierto para pedirle a la gente ayuda. No tienes que hacerlo solo. Existen personas que están deseosas de compartir su conocimiento, sus capacidades y su sabiduría. Si eres persistente los vas a encontrar.
En este mismo momento comprométete a empezar de nuevo ahora. Respira lentamente unas cuantas veces y repítete a ti mismo, «Estoy comprometido totalmente de empezar nuevamente ahora». Reconoce tu pasado pero no le permitas (ni aun el pasado de hace unos minutos) detenerte de hacer elecciones positivas este mismo instante.
Permítete sentir la fuerza de empezar nuevamente. Percíbete empezando de nuevo. Di a ti mismo los mensajes más estimulantes que puedas pensar. Recuerda los momentos más grandes de tu pasado y ponte en contacto con lo que te enseñaron de ti mismo. Cualquier paso hacia adelante, aun uno muy pequeño, constituye un nuevo empiezo.
Piensa en una persona particular que le importes y que tú encuentres inspiradora. Si no puedes pensar en alguien que ya conoces, crea un amigo imaginario sabio y amistoso que desee tu bien. ¿Cuál sería su mensaje? Repítelo constantemente hasta que lo sientas.
Creer solamente que un nuevo principio es posible, lo hace posible. ¿Qué significa empezar nuevamente? Es la decisión de tomar una acción, decir unas palabras o tener algunos pensamientos. Cualquiera o todos de estos tres están en tu poder en este momento.
Di a ti mismo, «Empieza nuevamente ahora», siempre que quieras experimentar un sentido de renovación. Dícelo a otros para motivarlos.
Con tus objetivos, relaciones, espiritualidad, emociones, hábitos positivos, logros, empieza nuevamente ahora.
Sobre la Culpa
La ansiedad moral es cuando una persona está preocupada acerca de hacer algo moralmente malo. Lo ideal aquí es un balance saludable. Un grado apropiado de preocupación va a permitir que la persona sea cuidadosa de no violar valores éticos y espirituales importantes. Una persona que carece un sentido de ansiedad moral puede ser insensible o apática acerca de dañar a otros o violar valores importantes. En el otro extremo, una persona que tiene ansiedad moral excesiva va a estar continuamente tensa y nerviosa. No va a ser capaz de relajarse y de disfrutar los regalos que el Creador le confiere.
Las personas con ansiedad moral excesiva están constantemente nerviosas porque no están viviendo de acuerdo a estándares morales y espirituales. Están sumamente preocupadas acerca de ser muy egoístas o egocéntricos. Se sienten culpables acerca de lo que han hecho en el pasado y están preocupados acerca de que puedan hacer mal en el futuro. Se preocupan de que no están enfrentándose a sus responsabilidades y de que no hacen suficientes favores a otros. Sienten que aunque hacen bien no hacen suficiente, no lo hacen adecuadamente y sus intenciones no son sinceras.
En resumen, la vida para una persona con ansiedad moral excesiva es una tortura constante. Debe hacer una alta prioridad el experimentar alegría por hacer buenas acciones. Debe juzgarse a sí misma más favorablemente. Es importante para ella aclarar cuáles de sus expectativas son razonables y cuales son sólo producto de nerviosismo obsesivo. Una persona con tendencias obsesivas en esta área deberá consultar a una persona sabia y objetiva para desarrollar un balance racional.
Culpa
Los errores y las faltas necesitan ser corregidos. La culpa es una emoción que te dice cómo mejorarte a ti mismo. Es una señal de que violaste un valor importante.
Sin embargo, la culpa que solamente crea autocompasión y desesperanza es contraproducente. Así también la culpa que te impide hacer acciones buenas en el presente. Puede ser que no seas culpable. Eres imperfecto en algunas áreas y así también lo es con todos los demás en este planeta. Aún así puedes trabajar en tu mejoramiento personal, con alegría.
La culpa positiva es cuando te das cuenta que como un ser humano falible te has equivocado y estás comprometido a rectificar la situación. Incluso podrías permitirte sentir cierto sentimiento positivo de que debido a que tienes buenos valores te sientes culpable.
A veces has herido a alguien y no puedes ya corregir la situación. Si éste es el caso, ¿qué acciones positivas puedes actualmente hacer para ayudar a otras personas? Por supuesto, es mejor rectificar a la persona que dañaste, pero cuando esto no es posible, por lo menos puedes tomar acciones positivas en su honor.
Culpar
«Cuando una persona sabia se equivoca, se culpa a sí misma, Cuando un tonto se equivoca, culpa a otros».
Muchas personas tienen la tendencia de culpar a otros por sus errores, pero toman el crédito por sus propias virtudes. Es mucho más beneficioso dar crédito a otros por sus virtudes para que no se vuelvan arrogantes y tomar responsabilidad personal por sus propias faltas para tratar de corregirlas. (ver Gateway to Self-knowledge, p.81)
Absténte de culpar a otros por cualquiera de tus faltas. Algunas personas dicen, «Mis padres son así, y es su culpa que yo…» O, «Mis maestros son culpables». O «Mi ambiente ocasionó que yo tuviera estos rasgos negativos». Depende de ti decidir cómo te vas a conducir en cualquier situación dada y es deshonesto justificar tu conducta culpando a otros.
Si alguien te sugirió hacer algo inadecuado y lo escuchaste, es tu culpa haber hecho esa acción. Podías haber evitado la presión y no haber tenido ese comportamiento. No culpes a otros. Toma la responsabilidad de tus propias acciones.
Algunas personas tienden a culpar a otras cuando algo va mal. A veces nadie tiene la culpa de lo que pasó, y otras veces la persona misma es culpable. Culpar a otros los libera un poco de sus frustraciones, pero el precio es causarle dolor innecesario a alguien más.
Aun cuando otra persona haya hecho algo mal, toma en cuenta circunstancias atenuantes, y cuídate de la forma en que le expresas la culpa. Los juicios duros, recurrir al desprecio, solamente causan dolor sin lograr nada positivo. Especialmente cuando una persona ya se siente apenada por haber hecho algo mal, no hay ningún beneficio en hacerle una larga crítica. Sé compasivo. Recuerda hablar de la manera más suave posible y enfócate en encontrar soluciones.
No
Algunas personas tienden a empezar diciendo «No». Aunque están básicamente de acuerdo con lo que alguien dice, empiezan con la palabra «No». Éste puede ser un hábito tan automático que no están conscientes de él.
Siempre que sea apropiado empieza diciendo «Sí».
«Sí. Tú punto es válido en algunas situaciones. Lo que yo digo se aplica en otras situaciones».
Cuando tienes razones válidas para decir no a la petición de alguien, acepta que tienes el derecho a decir no. Todos tenemos una cantidad limitada de recursos: tiempo, energía, dinero. Nunca vamos a ser capaces de hacer todos los favores para todas las personas que podrían usar nuestra ayuda. No siempre vamos a ser capaces de aceptar las invitaciones de otras personas. A veces las personas nos pueden pedir hacer cosas que nos van a incomodar tanto a nosotros y otras personas que son dependientes de nosotros que definitivamente tenemos que decir no. Otras veces, la petición que alguien nos hace está claramente más allá de lo que se considera razonable pedirle a alguien. Cuando te das cuenta que tienes el derecho a decir no, vas a ver que es más fácil decirlo. Sé tan amable como te sea posible al rehusar las peticiones de otros. Si es muy difícil para ti decir no, actúalo. Mentalmente practica decir no de una manera respetuosa.
Si te sientes culpable al decir no, date cuenta que tal culpa viene con frecuencia de una buena cualidad. Sientes compasión por otros y no quieres dejar a nadie abajo. Te preocupas por otras personas y quieres tener una relación amistosa. Puedes temer al enojo o al resentimiento de la otra persona cuando rehusas porque valoras un sentido de paz y serenidad. Sin embargo, a veces deberás decir no. Dándote cuenta que tienes el derecho a decir no, vas a estar más tranquilo cuando te rehuses y serás capaz de pensar la forma más prudente y sensible de expresarlo. Cada vez que oigas a alguien expresar una negación diplomáticamente, añádela a tu colección.
Muchas personas necesitan aprender a decir «Sí» con más frecuencia. Sin embargo, si tú necesitas aprender a decir no, practica diciendo, «Me gustaría hacerte este favor, siento mucho tener que decir no». Solamente cuando eres capaz de decir «no», al decir «sí», estás eligiendo realmente.
Cuando otra persona te dice «No» y el asunto es importante para ti, percibe el «no» como «todavía no». Luego piensa en formas de motivar a la otra persona a decir «sí».
Zelig Pliskin
Que buena enseñanza gracias.