Ascendiendo
Reshit Jojmá (El principio de la Sabiduría)
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Sirve a Dios con alegría – capitulo X (VI parte)

 

La risa excesiva

El Libro de buenos rasgos de carácter, que tenemos en forma manuscrita, enseña que no se debe reír demasiado, ya que esto dismuye el temor de Dios [3].

Cuando te ríes no puedes comportarte con reverencia a tu Hacedor; más aún, cuando te ríes durante excursiones o en casas de juego, ni siquiera puedes sentir el temor a Dios. Por lo tanto, debes reprender a tu hijo para que no se ría por el menor pretexto. Tampoco debes conseguirle a tu hijo un maestro o compañero que se ría demasiado, como indica el versículo [4]: «Yo no me senté en la asamblea de los que se divertían en su regocijo», y también [5]: «En toda pena hay ganancia».
La alegría y la risa traen muchos infortunios: por ejemplo, si te alegras cuando tropieza tu prójimo, o cuando está afligido por algún infortunio característico de este mundo. Como dice el versículo [6]: «No te regocijes cuando cae tu enemigo». Y aún peor, cuando te alegras de los errores que haya cometido tu prójimo en el servicio del Creador, o de la falta de saber de tu prójimo.

El siervo que atiende con fidelidad a su rey ha de tener conciencia de sus responsabilidades ante su amo. Debe dolerle si ve a gente que se rebela contra su amo y ha de lamentarse por ellos. Entonces se le considera un siervo fiel. Sin embargo, cuando el siervo ve a gente que no prestan atención a su amo y le denigran y sin embargo, sigue contento, no se le considera un siervo fiel. Como dice el versículo [7]: «El Eterno se complace en los que Le temen». Cuando un hombre se alegra ante el tropezón de su compañero, su voluntad no se aúna con la voluntad de su Creador.
Como consecuencia, rezaba Rabí Nehuniá ben Hakaná [8]: «Que no se equivoquen mis colegas al aplicar la halajá-ley y que no me alegre yo si se equivocan; y que no me equivoque yo y se alegren ellos a costa mía». Recitaba Rabí Nehuniá esta oración porque se daba cuenta lo fácil que era alegrarse ante el error del prójimo para sentirse superior a él y hacerse un nombre. Vio que inclusive hombres importantes no tenían particular cuidado de evitar esta falta. Así, pues, la persona cuya voluntad es la voluntad de Dios se lamenta cuando los hombres no cumplen la voluntad de Dios.

Has de rezar que incluso tu enemigo sirva al Creador. También, al pronunciar las bendiciones de la Amidá, Atá jonen (Tú favoreces al hombre), en Hashivenu, Avinu (Retórnanos, oh Padre nuestro), y Selaj lanu, Avinu (Perdónanos, oh Padre nuestro), ten en mente incluir a todo el pueblo de Israel, los que te aman, como los que te odian. Esto se aplica a todas las bendiciones que digas, ya que, ¿cómo puedes rezar para que se curen todos los hijos de Israel y no querer que tu prójimo – incluso la persona que te odia – se cure?

Este deseo de eclipsar al prójimo está muy difundido en el corazón de los hombres y no tienen conciencia de ello. Por lo tanto hemos escrito estas lineas para advertirte – si eres de los que sienten reverencia al Altísimo – que prepares tu corazón y fijes tu atención en tu Hacedor, volcando tu alma ante Dios por todo el pueblo de Israel, los que te aman, así como los que te odian. Así, pues, estarás cumpliendo el mandamiento [9], «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» y también [10], «que el que tiene las manos limpias se hará cada vez más fuerte».

Hay una clase de regocijo y de risa que es aún peor que la clase anterior, como la de quien se burla del fervor con el cual otro se dedica a su servicio Divino y al cumplimiento de los preceptos. Esta clase de hilaridad ocasiona cuatro clases de sucesos desgraciados:
La primera es, que tal personal impide que la luz de los preceptos ilumine su alma ennegrecida porque muestra falta de respeto a los que los cumplen. Su actitud degrada los preceptos a sus propios ojos.
La segunda es, que puede influenciar a la persona recta a que disminuya su nivel de piedad, ya que es posible que inclusive una persona recta no pueda soportar la prueba de ser ridiculizada.
La tercera es, que muchos que nunca han tratado de seguir el camino del Altísimo no puedan arrepentirse debido al exceso de hilaridad y sigan su camino en la oscuridad por el resto de sus días. La tendencia de esta persona de hacer de la vida una broma, no sólo le impedirá recibir el bien reservado para los rectos de este mundo, sino también le enviará al mundo de los muertos. Debido a su ligereza, sufrirá el castigo Divino de los que hacen pecar a otros.
La cuarta es, que su continua risa hace que se asemeje a los pistoleros que se mantienen en los cruces de camino para emboscar y les cortan las piernas a los transeúntes que le llevan regalos al rey. Se comporta como quien odia al rey: su actitud es totalmente reprensible.
Otra clase de alegría más amarga que la hiel, es la alegría de los que cometen inmoralidades sexuales, robos y otras transgresiones, y de los que gozan al satisfacer su lujuria. El versículo [11] dice acerca de ellos que, «se regocijan haciendo el mal», y que «se complacen en la perversidad del mal». El castigo Divino que recibirán es duro y los arrastrarán a las profundidades del mundo de los muertos.

Existe otra clase de alegría que envuelve los preceptos de humo, porque impide que el temor Divino infunda el corazón de los hombres; es la alegría de los que se emborrachan y se divierten en los bares. Esta clase de alegría conduce a la pena, porque mucho mal proviene de la hilaridad y de las fiestas con mucha bebida. Como dijo la personificación de la sabiduría, Salomón, hijo de David [12],

¿Quién se lamenta? ¿Quién se queja? ¿Quién se pelea? ¿Quién delira? ¿Quién tiene herida sin causa? ¿Quién tiene los ojos enrojecidos? Los que se demoran con el vino; los que buscan los licores mezclados.

El profeta Isaías también dijo [13], «no consideran la obra del Eterno ni han reparado en lo que han hecho Sus manos». Asimismo, está escrito, «El vino es burlador; la bebida fuerte causa conmoción, y el que se bambolea con ellos no es sabio».

ALEGRíA MEDIANTE LAS BENDICIONES

Después de explicar la verdadera esencia de la alegría y en qué consisten sus manifestaciones negativas, mostraremos hasta qué punto tenemos el deber de adquirirla. Podemos decir: es cierto que el amor y la alegría constituyen una sola entidad, como lo hemos mostrado. Así, pues, si quieres ser recto y ser considerado descendiente de Abraham, como dice el versículo [15], «a quien he escogido, simiente de Abraham, que Me amaba», has de estar alegre al ofrecer al Altísimo las bendiciones de los sentidos, las de las oraciones diarias, de tu estudio de Torá y de tu cumplimiento de los preceptos. También has de recibir a la gente con alegría y absorber la alegría de las pascuas, como mencionamos.

En las bendiciones, esfuérzate por ofrecer alabanzas y gratitud a la Causa de todas las causas, que creó el objeto que estás bendiciendo, y mediante estas alabanzas, te vincularás al amor de tu Creador, así como a Su grandeza y majestad.
Hemos mencionado cómo todos los seres celestiales y las almas en el cielo alaban al Creador por el bien que han recibido de él, ya que Su energía y Su luz Divina nunca cesan de impregnarlos. Por estos beneficios hemos de bendecirle. Este fue el objetivo de los sabios de la Gran Asamblea al instituir bendiciones que se han de recitar por todo cuanto disfrutamos, para que recordemos el amor del Altísimo, Su grandeza y majestad, y Su dirección perpetua en cada uno de nuestros pasos.
Las bendiciones nos ayudan a tener conciencia de que él creó el objeto de la bendición con el poder de Sus atributos Divinos, con la intención de permitir a los seres terrenales que disfruten de su shefa-energía y se vinculen a El para siempre. En consecuencia, hemos de ofrecer alabanzas y bendiciones al Creador con un buen corazón, un buen ojo y con alegría.

El Zohar explica el versículo [16]: «El Eterno nos ha tenido presente. Bendecirá a la …» y enseña que cuando alabas a tu prójimo, también has de bendecirle para evitar echarle mal de ojo. Esto se debe a que quien menciona las alabanzas de su prójimo causa que recuerden en el cielo los pecados de su prójimo. El mal de ojo predomina entonces y dirige hacia ellos las fuerzas de justicia estricta. Por lo tanto, decretaron los sabios que quien juzgue a su prójimo será el mismo juzgado primero [17]:

Cuando bendices a tu prójimo – por ser sabio o tener buenos rasgos de carácter – el Altísimo quiere que lo hagas con buen ojo para alejar de él el mal de ojo, las fuerzas del mal, y con buen corazón. Cuando bendices al Altísmo, ¡cuánto mejor ha de ser tu buen ojo, tu buen corazón y el amor que llena tu corazón! Por lo tanto, di tus bendiciones con el corazón y con el alma, y no sólo con la boca, como dice el versículo [18]: «Amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón …»

Podemos comprender el concepto de amor Divino al examinar las diferentes costumbres prevalentes en este mundo. Es sabido que si le das a tu prójimo un regalo espontáneamente, y no a cambio de otro que te haya dado él, el receptor del regalo siente el impulso de amarte a su vez, inclusive si el regalo carece de importancia. En el caso del Altísimo, que otorga todo a todos; de quién dice el versículo [19]: «Por cuanto todas las cosas provienen de ti», no cabe duda que el hombre sentirá el impulso de amarle. Si reflexionas en esto al pronunciar una bendición de los sentidos, se encederá en tu corazón tu amor por él.
Por otra parte, quien diga una bendición sin la intención de alabar al Creador recibirá el castigo Divino, como lo señala el Sefer Jasidim [20]. Cuando dices tus bendiciones con alegría y buen corazón, te vuelves el conducto por el cual se revela en la tierra el atributo de bondad. Así como el atributo de jesed-bondad siempre ejerce su influencia de concesión infinita, voluntaria y llena de alegría – ya que, como lo hemos explicado, la alegría y la bondad provienen de la misma fuente – así también debe obrar la persona que bendice. Como dice el versículo [21], «bendeciré a quienes Te bendigan». Así como desea infundir a la Comunidad de Israel bendiciones que provienen de jesed-bondad, asimismo la bondad le infunde a él también, y se le considera [22], «el que tiene ojos generosos».

«SI TE OLVIDO, OH JERUSALéN …»

Del mismo modo que has de regocijarte en tiempos de alegría, así también tienes que lamentarte en tiempos de luto, como por ejemplo en los cuatro ayunos – el siete de Tamuz, cuando los babilonios abrieron una brecha el el muro de Jerusalén, el nueve de Av, cuando los Templos fueron destruidos; el tres de Tishrí, cuando Guedaliá fue asesinado, y el diez de Tevet, cuando comenzó el sitio a la ciudad de Jerusalén [23]- así como durante los veintiun días de pena entre el diecisiete de Tamuz y el nueve de Av. Estos son días de aflicción e infortunio.
Más aún, siempre que no sea un día de alegría, has de llorar la destrucción del Templo y la profanación de Su Nombre entre los gentiles, como enseña el Tana debe Eliahu [24]:

Tienes que sentir dolor todos los días ante la profanación de la gloria del Omnipresente y de la gloria de Israel. También has de desear, anhelar y esperar con ansia la restauración de la gloria de Jerusalén, de Israel y del santo Templo, así como la redención, esperando que suceda pronto.

Comenta el Zohar [25]:

Vino Rabí Yehudá a Rabí Elazar y le encontró sentado con una mano sobre la boca, con apariencia triste. Le preguntó Rabí Yehudá, «¿En qué piensa usted, señor? Respondió Rabí Elazar: Como dice el versículo: «En la luz del semblante del rey está la vida». Cuando el Rey, que es el Altísimo, ilumina los mundos inferiores con Su semblante, les infunde esencia vital. Sin embargo, cuando no brilla Su semblante, no dirige Su energía luminosa sobre los hombres. En particular, cuando la luz de Su semblante se convierte en dolor y llanto, es evidente que la esencia de vida no se enfoca hacia los seres vivientes. Rabí Elazar estaba expresando su angustia ante el dolor de la Shejiná en exilio.

Comprendemos de este Zohar hasta qué punto hemos de sentir la humildad y la tristeza. Alza los ojos al cielo y verás la reserva de la shefa-energía; se oscurecerán los semblantes si piensan en las maravillas y los milagros que solían suceder [27], «en los días remotos como en los años antiguos». Por lo tanto, debes reflejar la falta de alegría en el cielo disipando tu alegría natural y centrando tu espíritu en El. Te harás entonces un receptáculo capaz de contener el Espíritu Divino que se dirigirá a ti, según el concepto esotérico de la Creación.
Añade el Midrash [28]:

Dice el versículo, «languidece la que dio luz a siete».. Dijo Jeremías, «Estaba de camino a Jerusalén, cuando alcé los ojos y vi a una mujer sentada en la cumbre de una montaña, vestida de negro, despeinada, que se lamentaba, preguntándose quién la consolaría. Por mi parte, yo también estaba expresando mi propio dolor y me preguntaba quién me consolaría a mí. Me acerqué a ella y le dije: «Si eres mujer, háblame, pero si eres espíritu, vete de mi presencia».
Respondió ella: «¿No me reconoces? Yo soy la que tuvo siete hijos. Su padre se fue mar adentro. Mientras lloraba por él, vino una persona y me dijo: «Tu casa se cayó sobre tus siete hijos y los mató». Ya no sé por quién llorar, y por quién desmelenarme.
Le dije: «¿Quién eres? ¿Acaso eres mejor que Madre Sion, que se ha vuelto un pasto para los animales del campo?»
Respondió ella:: «Yo soy tu Madre Sion, quien se ha vuelto un pasto para los animales del campo. Yo soy la madre de los siete acerca de los cuales está escrito, «languidece la que dio luz a siete».
Le dijo Jeremías [30]: «¡Parece que estás sufriendo el golpe de un enemigo! Como dice el versículo: «¡Sacúdete el polvo! ¡Levántate y siéntate oh Jerusalén!»

El Midrash Ejá del Zohar desarrolló el tema de las lágrimas que hay que verter por el destierro y la destrucción [31]. Todos los que lloraron por Jerusalén merecerán presenciar su restauración. Como dice el versículo [32]: «Regocijaos con Jerusalén…. Alborozaos con ella, vosotros que la lloráis».

NOTAS
3- Orjot Tsadikim, capítulo noveno. El texto de Rabí de Vidas tiene algunas variantes.
4-Jeremías 15:17.
5-Proverbios 14:23; trad. R. Charles Wengrow, Malbim on Mishley.
6-Proverbios 14:23; trad. Stone.
7-Salmos 147:11.
8-Tratado Berajot 28b.
9-Levítico 19:18.
10-Job 17:9.
11-Proverbios 2:14.
12-Proverbios 23:30.
13-Isaías 5:12.
14-Proverbios 20:1.
15-Isaías 41:8.
16-Salmos 115:2.
17-Zohar Bamidbar 117b.
18-Deuteronomio 6:5.
19-I Crónicas 29:14.
20-Simán 151.
21-Génesis 12:3.
22-Proverbios 22:9.
23-Zejariá 8:19; itálicas basadas en la nota de la traducción Stone.
24-Capítulo cuatro del Midrash Yalkut Ki Tisa, 391.
25-Zohar Shemot 17b-18a.
26-Proverbios 16:15.
27-Malají 3:4.
28-Pesikta Rabatí 26.
29-Jeremías 15:9; Rashi explica que los siete aluden a Samaria y a la diez tribus, de quienes provinieron siete dinastías de reyes malvados. Estos ya habían sido desterrados.
30-Isaías 52:2.
31-92:2.
32-Isaías 66:10

Eliahu de Vidas

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