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Reshit Jojmá (El principio de la Sabiduría)
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Sirve a Dios con alegría – capitulo X (IV parte)

 

INVITADOS HUMANOS Y CELESTIALES

Referente a la alegría de las pascuas, sabemos que enseñan los sabios que el hombre tiene el deber de regocijarse en las pascuas compartiendo con los miembros de su hogar comidas que incluyan carne y vino [1]. La razón por la cual la palabra «pascua» se dice «ushpiza» en arameo es que, literalmente, esta palabra significa «residente ocasional de una posada»: así, pues, del mismo modo en que saludaríamos a un invitado con el semblante bien dispuesto, igual hemos de recibir las pascuas, ya que en cada una de las pascuas hay una energía luminosa Divina diferente enfocada sobre nosotros, como lo explicó Rashbí en el Zohar [2], acerca de las [3]»sagradas asambleas».
Enseñaron los Tikunim acerca del tema [4]:

La Shejiná se llama «pascua» en cada una de las tres pascuas, es decir, Pesaj, Shavuot y Sucot, porque recibe la concentración de iluminación y energía Divina particular de cada una de las tres pascuas. Por ejemplo, en Pesaj recibe el brillo de jesed-bondad, en Shavuot de tiferet-armonía y en Sucot recibe la concesión ilimitada de las Fuerzas Superiores de Creación y Providencia. Como dice el versículo [5]: «Tres veces al año celebrarás pascuas en Mi honor», para dirigir la iluminación hacia maljut-reino, llamada también «año».
Los versículos subrayan «en Mi honor», porque la Shejiná representa el Templo, y dice el versículo [6], «se presentarán [lit. serán vistos] todos los varones». Se especifican los varones para que éstos atraigan a la tierra la energía de yesod-fundamento, que físicamente es análoga al órgano masculino, y espiritualmente, designa la base de todas las bendiciones.
Continúa el Zohar, el hombre que va a ver a la Shejiná [como han dicho los sabios, así como los hombres iban a «ser vistos», también iban a «ver»,] ha de darle una ofrenda. El final del versículo alude a ellos, «y no se presentará ante el Eterno con las manos vacías», ha de infundirle a Ella energía Divina por medio de sus rezos y ofrendas.
Ha de alegrarse con Ella, con la Shejiná llamada «pascua», como dice el versículo [7]: «Te regocijarás en tu pascua», y el Altísimo también se regocija con Ella. Quien va al Templo en una de las tres pascuas «para ver» tiene que guardarse contra la tristeza, porque la tristeza permite que las fuerzas del mal y las de la oscuridad estén en control, el contrario de la»luz y alegría» concedidas al pueblo judío el día de Purim. La tristeza también atrae la pena, que empuja al hombre hacia el mundo de los muertos llamado sheol, a la sección baja de Gehinom. Estas fuerzas se llaman tejol-bazo, que es conocido por su color negro, y también se llaman «mancha». Por tanto, cuando una persona tiene tendencia a la tristeza se considera que tiene una mácula, y dice el versículo [8], «No se acercará todo aquél que tuviere mancha», no es digno de ir al Templo en las tres pascuas.

La pascua de Succot es el epítome de la alegría, y como lo indican nuestras plegarias, hemos de regocijarnos, en particular cuando estamos en la sucá-cabaña. Menciona el Zohar [9]:

Tu semblante debe resplandecer de alegría cada uno de los días de Sucot – ten cuidado en particular de no entristecerte o enojarte durante Sucot – estás en la compañía de los invitados celestiales que están contigo.

Y mi maestro, de bendita memoria, Rabí Moshé Cordovero, subrayó la redacción del Zohar, que hace hincapié en «cada uno de los días de Sucot», en lugar de referirse en general a los siete días de la pascua. Esto nos enseña que hemos de hacer muestra de una alegría especial en cada uno de los días de esta pascua, porque los siete días corresponden a los siete invitados celestiales: cada día de Sucot recibimos a un invitado celestial distinto y debemos mostrar cuánto nos alegramos con su presencia. El Zohar dice a continuación que hemos de imitar a Rabí Hamemuna el Anciano, quien solía expresar su alegría al entrar a la sucá, ya que sólo quien siente alegría en su corazón puede mostrarles a sus invitados el rostro resplandeciente de alegría.
No necesitamos citar el resto de este Zohar, sino sólo el comentario,

Hemos de alegrar a los pobres, porque la porción de los invitados a tus comidas está vinculada con la de los pobres; los invitados a tus comidas absorben alegría como consecuencia de lo que comen los pobres, porque la fuente espiritual del pobre está en maljut-reino. Quien alegra a los pobres atrae shefa-energía de biná-entendimiento y la dirige a maljut. Entonces los pobres también quedan infundidos de energía Divina.


DE LA FRIVOLIDAD A LA ALEGRíA

Para sentir la alegría de las pascuas hay que evitar la frivolidad de las bromas y las salidas de las que disfrutan los gentiles. Como dice el versículo [10]: «No te regocijes, Israel, como los demás pueblos». Nuestra alegría debe provenir de la pascua misma, ya que estos son días de sagradas asambleas, como ya hemos explicado.
Las pascuas son oportunidades para que el hombre, que reside en la oscuridad, se regocije con la nueva concentración de energía Divina que puede atraer a sí. Por resultado, nuestra alegría en la pascua de Simjat Torá ha de ser más intensa que en otros tiempos sagrados. Como nuestros sabios, de bendita memoria, han enseñado [11], «sólo se les ha dado pascuas a Israel para permitirles profundizar en sus estudios de Torá».
Es importante comprender que al predominar la alegría se puede causar un yijud-unificación celestial, porque es imposible que un ser emanado, separado de su fuente de creación, se aúne con su fuente original a menos que ambos compartan un motivo de alegría en común. Esta alegría causa que el Emanador desee esta revinculación. El ser emanado también siente intensa alegría al reunirse con su fuente y absorber energía Divina luminosa.

Está escrito [12], «el fuego del altar seguirá ardiendo». Explica el Zohar que la llama de amor estaba eternamente alimentada por el servicio Divino de los levitas [13]. Mientras que el cohen-sacerdote proviene de la fuente de jesed-bondad, los levitas provienen de guevurá-reserva. El servicio que proporcionaban en el Templo rectificaba el mundo terrenal aunando las fuerzas Divinas de jesed-bondad y guevurá-reserva. Esta unificación mitigaba la severidad de la reserva infundiéndole bondad. Añade el Zohar:

Dice el versículo [14], «serán los levitas los encargados del servicio de la tienda de reunión», es decir, el objetivo esencial del servicio de los levitas era llevar a cabo un yijud-unificación entre el Altísimo y las almas colectivas de la Comunidad de Israel, logrando así que se realizara plenamente la Shejiná. El servicio de los levitas causaba que el lado izquierdo – de guevurá-reserva – se extendiese por la tierra y recibiese a la Comunidad de Israel, como lo indica el versículo [15]: «Está Su mano izquierda bajo mi cabeza». Sólo entonces podía haber un yijud-unificación total, según la interpretación esotérica de [16], «y me abraza Su diestra». ¿Quién enciende el amor de «Está Su mano izquierda bajo mi cabeza»? La respuesta es «hu» (literalmente «él»), el levita.

Hay un abanico de interpretaciones para explicar la respuesta final, «hu»; una de éstas es que alude a las fuerzas de biná-entendimiento. La energía que encenderá a la Comunidad de Israel con la alegría del yijud-unificación provendrá de biná. La iluminación causará que todos los mundos celestiales se eleven a su fuente en Atsilut-Cercanía y se aunen, produciendo así la esencia de la alegría.
Esta introducción nos ayudará a comprender los versículos del rey David, dulce cantante de Israel [17]: «Gozaos en el Eterno y deleitaos con El, vosotros que sois rectos», y también [18]: «y mi alma se deleitará en el Eterno». El alma se siente llevada al punto culminante de la alegría al ser iluminada por la luz de Atsilut-Cercanía en su forma unificada abarcada por el Nombre, ya que las cuatro letras del santo Tetragrama aluden a todos los mundos celestiales aunados, como lo hemos explicado.
Quien se vincula al Nombre al nivel de tiferet-armonía, donde todo se aúna, absorbe sustancia vital de su fuente celestial y la extiende hasta el mundo terrenal. […] Así, pues, si quieres infundir alegría a tu alma, medita por algún tiempo todos los días y contempla la grandeza de las cuatro letras del Nombre, como lo he explicado en el capítulo cinco del Portal de la santidad.


MEDITACIóN DIARIA

El rey David alude a esta meditación en los versículos [19], «He puesto a Y-H-V-H siempre delante de mí», y a continuación [20], «Mi corazón pues está contento y kevodí-mi alma se regocija». La palabra hebrea kevodí significa literalmente «mi gloria» y se refiere al alma-neshamá, porque la neshamá fue emanada por el santo Nombre, como lo indica el versículo [21]: «Vosotros sois hijos de Y-H-V-H, vuestro Dios». Por consiguiente cuando la persona piensa en el Nombre, su neshamá relumbra con un maravilloso resplandor y se regocija.
Tal es la intensidad de la iluminación que recibe el alma-neshamá, que puede incluso extender su resplandor hasta infundirlo al cuerpo. Por lo tanto, continúa el versículo [22]: «Mi carne también disfruta de seguridad» que después de la muerte, los gusanos no tocarán sus restos. Este es el nivel que logran los rectos que se vinculan al santo Nombre; porque incluso después de la muerte, les llaman «vivos». La razón de esto es que su apego al santo Nombre, que es la fuente de la vida, transmite alguna sustancia vital incluso a su carne, de manera que inclusive después de la muerte, les llaman «vivos».
Por lo tanto, podemos comprender que en el versículo anterior, «mi corazón está contento» se refiere a la carne, mientras que kevodí-(mi alma-neshamá) señala el espíritu que mora en el cuerpo.Y todo fue creado por el santo Nombre, como lo he explicado en el capítulo siete del Portal de la santidad.
Podemos conjeturar que después de la muerte, el alma se une al nivel donde estaba vinculada durante la vida de la persona, de modo que ahora también puede descansar en paz. Sin embargo, esto también se aplica a la carne, porque mientras vivía la persona, su carne también estaba vinculada al Nombre, y se regocijaba en el Nombre. Y de todas las 248 partes del cuerpo, la más importante es el corazón; por consiguiente, mereció David que el gusano no entrase en contacto con su carne.
Lo que antecede nos ayudará a comprender el versículo [23]: «Cantad alegremente, oh justos, a causa del Eterno». A primera vista, parece que el texto debería de ser «Cantadle alegremente al Eterno», así como el versículo [24], «Cantadle, cantadle alabanzas». Sin embargo, la redacción correcta es «a causa de». Esta redacción insólita puede explicarse de dos maneras distintas.
Una posibilidad del mensaje a los rectos es que si cantan, tengan en mente la unificación del santo Nombre. Se les pide que canten «a causa del Eterno», a causa del Nombre – que está siempre presente ante ellos – que deben unificar en su mente. Un cántico alegre hecho de este modo puede ocasionar que alcancen un vínculo perfecto al Altísimo.

Un cántico alegre puede mover al que lo escucha hasta el punto que llegue a vincularse al Altísimo. ¿Cómo sucede esto? Cuando un hombre canta las alabanzas del Rey del mundo como lo hizo el rey David, y también el recto Yehudá Halevy, quien compuso muchas alabanzas poéticas al Omnipresente, la mera enunciación de estas alabanzas enciende el alma de tal modo que logra vincularse apasionadamente a su Hacedor, porque el Altísimo ansía que hablemos de Su grandeza. Como exclamó el rey David [25], «Una generación referirá Tus obras a la otra …», y también [26], «del poder de Tus tremendas hazañas … hablaré». La mayoría de este salmo explica el gran mérito que es cantar la alabanza a Dios; todos estos salmos encienden un profundo anhelo y amor entre Israel y su Padre Celestial.

Esto puede compararse a un rey de carne y hueso que oye a uno de sus siervos hablando con un gran temor reverencial de su amo. Con seguridad, esto ha de inspirar al rey a que ame a su siervo y se diga a sí mismo, «Es indudable que me ama, por lo tanto, me esforzaré por responder a su amor». El mensaje no presenta dificultades de interpretación, así como el versículo: «Cantad alegremente, oh justos, a causa del Eterno», que significa: Cuando vosotros, oh justos, cantáis con alegría a causa del Eterno, en seguida os vinculáis a él. Las notas musicales de este versículo ponen énfasis en la palabra «justos», ayudándonos así a explicarlo de esta manera.

Notas
1-Tratado Pesajim 109a.
2-Zohar Emor 94a.
3-Levítico 23:2.
4-Tikún 21, 58b.
5-éxodo 23:14.
6-Deuteronomio 16:16.
7-Deuteronomio 16:14.
8-Levítico 21:18.
9-Zohar Emor 103b.
10-Oseas 9:1.
11-Talmud de Jerusalén, Tratado Shabat 15:3.
12-Levítico 6:5.
13-Zohar Koraj 178b.
14-Números 18:23.
15-Cantar de los cantares 2:6.
16-Cantar de los cantares 2:6.
17-Salmos 32:11.
18-Salmos 35:9.
19-Salmos 16:8.
20-Salmos 16:9.
21-Deuteronomio 14:1.
22-Salmos 16:9.
23-Salmos 33:1.
24-Salmos 105:2.
25-Salmos 145:4.
26-Salmos 145:6.

Eliahu de Vidas

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