Ser Padres: El Ejemplo de Iaakov
Extraído de Cultivar Rosas Entre Espinas Rab Noaj Orlowek
Iaakov Avinu es el paradigma del padre que crió con éxito excelentes hijos judíos en el exilio (en la casa de Laván); y el hijo de Iaakov, Iosef, continuó con esa tarea en Egipto, donde educó a dos hijos ejemplares. Hoy bendecimos a nuestros hijos diciendo: «Que D’os te haga como Efraim y Menashe» . El Ktav Sofer explica esta bendición de la siguiente manera: Así como Efraim y Menashe crecieron como judíos rectos e incluso alcanzaron la grandeza en medio de la decadencia de Egipto, de la misma manera los niños judíos de las generaciones posteriores destinados a crecer en ambientes negativos pueden llegar a ser rectos y a destacarse.
Si analizamos cómo educó Iaakov a sus hijos, podemos extraer algunos aprendizajes importantes respecto a cómo educar con éxito en el exilio.
PERMITIRLES CRECER
La Torá nos dice que cuando Iaakov se alejó de Laván les ordenó a sus «hermanos» que juntaran piedras. Sin embargo, Iaakov tenía un solo hermano y éste no sólo se encontraba lejos en ese momento, en la tierra de Canaán, sino que además lo odiaba con toda su alma.
Entonces ¿quiénes eran esos «hermanos»?
Rashi explica que los «hermanos» de Iaakov eran sus hijos, quienes estaban a su lado para ayudarlo en momentos de necesidad, incluso en el caso de una posible guerra.
Esto revela un detalle importante de la paternidad de Iaakov.
Si Iaakov hubiera tratado a sus hijos como si todavía fueran niños inmaduros, ellos nunca habrían dado un paso al frente para ayudarlo en un momento de peligro, porque se habrían sentido débiles e incompetentes. De aquí aprendemos que el objetivo de cada padre, y de cada buen maestro, es impregnar en sus hijos una sensación realista de su propia capacidad. Nunca nadie está libre de la necesidad de pedir un consejo sabio pero, al ir madurando, las áreas en las que se sienten capaces y seguros deben ir creciendo cada vez más.
Muchas veces dije, medio en broma, que el trabajo de cada padre es volverse a sí mismo obsoleto lo antes posible. Si bien la relación entre padre e hijo debe ser infinita -profundizándose cada vez más a lo largo de la vida- hay algo de cierto en esta afirmación. El objetivo del buen padre es guiar a sus hijos hacia la independencia, y el propósito final de la relación padre-hijo es servir como un paradigma de la relación del niño con Hashem.
DEMOSTRARLES QUE LOS CONOCEMOS
El Alter de Kelm dijo que la razón por la cual los hijos no aman a sus padres tanto como los padres aman a sus hijos es porque ellos piensan que sus padres no saben lo que es mejor para ellos. Especialmente en la actualidad, corremos el riesgo constante de perder nuestra influencia paterna. En nuestra sociedad, que cambia tan velozmente, nuestros hijos a menudo tienen una razón válida para dudar de que los entendamos, a ellos y a su mundo.
Iaakov habló con cada hijo por separado, demostrando gran entendimiento de los recovecos más profundos del alma de cada uno. Los padres nunca deben dejar de observar a sus hijos, y de mantenerse al tanto de cada cambio que vayan experimentando. Si los padres se ocupan seriamente de considerar lo que ocurre dentro del niño, entonces en la mayoría de los casos los niños responderán de la misma manera, con mayor sensibilidad a las preocupaciones de los padres.
éste es un paso gigante para ayudar a que el niño elija la ideología del hogar en vez de la de la calle.
PUNTOS PARA RECORDAR
EL OBJETIVO de cada padre, y de cada buen maestro, es impregnar en sus hijos una sensación realista de su propia capacidad.
SI LOS PADRES se ocupan seriamente de considerar lo que ocurre dentro del niño, entonces en la mayoría de los casos los niños responderán de la misma manera, con mayor sensibilidad a las preocupaciones de los padres.
Rab Noaj Orlowek
Shalom,
Gracias por esta explicacion.
SHALOM gracias por vuestra sabios temas que nos ayudan a guiar a nuestros hijos, un fuerte abrazo y bendiciones en su ministerio
Gracias por llenar la tierra de la sabiduría de nuestra sagrada Torah! Tzadik!