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Se Rompio el Molde

Extraido de Jabad Magazine

METAL FUNDIDO

“No se harán dioses de metal fundido” nos instruye la Torá. ¿Cómo podría una persona inteligente creer que un pedazo de metal es dios? Podríamos entender quizás cómo las antiguas sociedades paganas atribuyeron cualidades divinas a las fuerzas poderosas y transcendentes de la naturaleza, como los signos del Zodíaco, el sol, la luna, las galaxias, el viento, etc. Pero ¿por qué un ser humano pensante creería que un dios puede formarse de metal fundido? Aun cuando podemos explicar cómo en el antiguo mundo pagano semejante idea podría tomarse en serio, ¿cómo este mandamiento de la Torá aplica a nuestras vidas hoy?

Encontré una bonita interpretación a estas palabras que es profundamente pertinente a la psique humana de todas las épocas. Lo que este pasaje bíblico-“no se harán dioses de metal fundido”- está diciéndonos es no construir un dios de un estilo de vida que se ha convertido en “metal fundido”, fundido y solidificado en un molde fijo. Una tendencia humana natural es rendir culto a las cosas con las que nos sentimos cómodos. Rendimos culto a nuestros hábitos, modelos, actitudes, rutinas e inclinaciones porque nos hemos acostumbrado a ellos y son parte de nuestras vidas. Las personas aman lo que no los sorprende; queremos disfrutar de un dios que satisface nuestros paradigmas filosóficos y emocionales y zonas de consuelo. Tendemos a abrazar el dios fundido en un molde fijo, invariable y permanente.

Viene la Torá y dice: No conviertas tu molde consolidado en tu dios. No vuelvas a tus hábitos, modelos naturales de pensamiento, miedos o aficiones en una deidad. La vida se trata de desafío, crecimiento y misterio. Nunca digas: “Así soy; ésta es la manera en que hago las cosas, no puedo cambiar”. Nunca pienses: “ésta es la visión del mundo y estoy cómodo con ella; cualquier otra manera debe estar equivocada”. Más bien, debes pasar revista al valor para desafiar cada instinto, tentación y convención; cuestionar cada dogma, sobre todo dogmas que hablan en nombre de una mente abierta, y los abrazamos porque siempre se recurre a lo que se nos ha enseñado una y otra vez. No permitas que tu vida se esclavice a un modelo particular sólo porque ha sido así durante muchos años o décadas.

Di-s, el verdadero Di-s, no se define por cualquier convención; permite que tu alma, no se confine por cualquier convención externa. Experimenta la libertad de tu Creador. El Judaísmo nunca articuló quién es Di-s y cómo se ve. Lo que sí nos enseñó ese Di-s es que nunca podrá ser definido por cualquier imagen que le atribuimos a él. En la filosofía judía nunca hablamos de lo que Di-s es; sólo de lo que él no es: Di-s no es una extensión de mi ser o imaginación.

Así, estar abierto al Di-s de la Biblia hebrea quiere decir estar abierto al interminable misterio, la grandeza infinita, la sublimación ilimitada; es la prontitud profunda en cada momento de la vida de abrirse a la trascendencia. Y lo que resta de sus ambiciones y deseos después de que ha enfrentado todo sus miedos y desafiado a todas sus defensas, es donde uno se encuentra con la Voluntad de Di-s. A ese punto uno se vuelve una solo cosa consigo, y uno con el núcleo de la realidad.

Yosef Y. Jacobson

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