Proceso de la redención II
Por lo tanto, en el año seiscientos del sexto milenio [el año 5.600 corresponde al año 1840] se abrirán los portales de sabiduría celestial [la kabalá], así como las bajas fuentes de sabiduría [las ciencias]. Entonces, todo el mundo se preparará a entrar al séptimo milenio estudiando los misterios de la Torá [1], así como en el sexto día de la semana, cuando el sol comienza a ponerse después de su cenit de mediodía,[2] el viernes por la tarde el hombre se prepara a recibir el Shabat. Asimismo, a partir de la segunda mitad del sexto milenio – desde el mediodía en adelante – todo se acelera, así como todo se accelera el viernes por la tarde en el hogar judío y se hacen todos los preparativos para el Gran Shabat. A esto alude el versículo: «En el año seiscientos de la vida de Noé… se rompieron todas las fuentes del gran abismo (la ciencia) y se abrieron las aberturas del cielo (kabalá)» [Génesis 7:11]…
El proceso de la redención acelera a medida que nos acercamos al tiempo indicado. Como hemos mencionado, «Yo, Dios, lo aceleraré» [3]. Continúa el Zohar:
A medida que nos acercamos a la verdadera era mesiánica, inclusive los niños podrán comprender la simplicidad de la sabiduría esotérica que será revelada a todos. Como dicen los profetas: «Luego [Yo Dios] convertiré a los pueblos a una lengua pura, para que todos puedan invocar el nombre del Eterno, para servirle con un solo consentimiento»[4].
Explica el Zohar que el proceso de la redención se refiere a la luz de la era mesiánica que baja por etapas. Cuando comience finalmente la era mesiánica, será el momento en que la unicidad del Altísimo será revelada a todos. Todos estarán conscientes de ello y tendrán los medios para comprenderlo.
No obstante, sino merecemos la era mesiánica, su energía luminosa se esparcirá en diferentes campos y seguirá haciéndolo hasta el punto intermedio siguiente. Dios prometió emanar esta luz hacia abajo en un momento determinado y está cumpliendo Su promesa, ya que una vez que se emite la energía espiritual, ésta ha de alcanzar su propósito. Si los que estaban destinados a recibirla – el pueblo judio – no han llegado al nivel de cercanía al Creador que se espera de ellos, la energía espiritual bajará aún así, pero mientras tanto se desviará de su meta destinada [5]. Sus chispas serán diseminadas entre las naciones, que a su vez producirán ilustración, sabiduría inventiva y tecnología.
Cuando las chispas de la luz mesiánica se diseminen entre las naciones, como dice el Zohar precedente, se abrirán los portales de la sabiduría celestial – referencia a la Kabalá – con las bajas fuentes de sabiduría – referencia a la sabiduría secular. No obstante, la revelación de distintas facetas de la sabiduría no es una meta individual. Mejor dicho, esto sucede para que la sabiduría se haga un recipiente para abrir las nuevas percepciones de la Kabalá y revelar así la unicidad de Dios. Esencialmente, la sabiduría no es tan divisiva como la vemos hoy. Más bien se compone de diferentes aspectos, como las partes de una gestalt unificada o entidad íntegra. La redención de la sabiduría secular, hasta el punto de unificarse con la Kabalá, forma parte del proceso de la redención. La Kabalá es un metasistema que unifica toda la sabiduría en una entidad íntegra superior y se vuelve el reflejo de la unicidad de Dios.
La aceleración de la sabiduría está sucediendo en nuestro tiempo en particular para preparar a la humanidad para la era mesiánica, que es la luz del séptimo milenio, así como el hombre se prepara para el Shabat cuando el sol comienza a ponerse. Esto no significa la puesta del sol, sino el momento en que el sol comienza a bajar en el horizonte, es decir, a partir de medio día. A un nivel más excelso, Dios está llevando a caba este proceso al nivel cósmico, preparando así a la humanidad para las luces del gran Shabat.
El mensaje del Zohar es que la sabiduría secular, junto con la kabalá, son chispas de la luz oculta del Mesías. Según el Zohar, esta aceleración está sucediendo ya como parte de los preparativos para el séptimo día – es decir, el séptimo milenio, que viene después de la era mesiánica. Asimismo, a partir de la mitad del sexto día se comienza a ver la luz del séptimo, y su fulgor aumenta a medida que va llegando el día.
El quinto día – el quinto milenio – corresponde al exilio. Tenemos después como otro medio día, «la mañana» del sexto milenio. Observamos un proceso similar en la obra de la creación. Aunque en el quinto día sucedió la creación de los pájaros, los peces y los animales marinos, aún así, durante la mañana del sexto día, fueron creados los mamíferos. Este día y medio, que el Creador dedicó a los animales, representan la duración de nuestro exilio. A continuación, después de la mitad del sexto día de la Creación, hizo Dios a Adán, que representa la idea del Mesías. Por tanto, el período de tiempo desde la creación de los animales hasta la del hombre paralela el día y medio de nuestra preparación para el Shabat, y asimismo, corresponde al concepto del Zohar del día y medio que conduce a la era mesiánica – la redención.
Construcción de un recipiente
La iniciación gradual del proceso mesiánico corresponde a la lenta diseminación de los conceptos kabalísticos. Esto se debe a que la Kabalá revela el fundamento de la creación de una forma unificada. Estas revelaciones forman parte de la luz mesiánica. Los conceptos de la Kabalá van revelándose según el nivel de la luz mesiánica que desciende. Puede plantearse la pregunta si los primeros kabalistas conocían las enseñanzas de la Kabalá como las presentaba el Ari. Rabí Moshé Cordovero enseñaba la Kabalá en Sefad del modo tradicional hasta que vino el Ari, y reveló una dimensión totalmente nueva.
Señala el Ari, como lo indica Rabí Jaim Vital en el Etz Jaim [6]:
Rambán – Najmánides – y sus compañeros de estudio, así como los primeros sabios – como por ejemplo, Rabí Nehuniá ben Hakaná, autor del Bahir – también comprendían el concepto de partzuf-gestalt. Los primeros sabios no utilizaron la terminología de partzuf-gestalt porque la luz mesiánica del partzuf-gestalt no comenzó a fluir a este mundo hasta el tiempo del Ari.
El alba de la luz mesiánica permitió al Ari introducir el concepto de partzuf-gestalt, aunque era voluntad Divina que reservase sus revelaciones al respecto a sus comunicaciones privadas con su discípulo principal, rabí Jaim Vital. Desafortunadamente, enseñó el Ari un concepto esotérico del Zohar antes que bajase del Cielo la emanación de tal enseñanza. Por lo tanto, cuando enseñó dicho concepto, sus discípulos aún no estaban listos para escucharlo, y el Ari sintió que su muerte sería el resultado directo de tal revelación prematura, como de hecho sucedió [7].
El vínculo entre la diseminación de la luz mesiánica y la inhabilidad de los primeros sabios de discutir conceptos que conocían, aún no está claro. ¿Cómo puede uno comprender un concepto y a la vez, ser incapaz de formularlo? ¿Había algún decreto Divino o razón ilógica que prohibiera su diseminación?
Para responder a esta pregunta, analicemos el proceso de la comunicación entre un parlante y un oyente. El impartir una idea implica que el oyente tiene medios – un recipiente – para comprenderlo. El idioma es uno de los medios más básicos. La comprensión del oyente presupone que conoce el idioma de comunicación, ya que si no, sólo oíra sonidos. Si sólo tiene rudimentos del idioma, comprenderá hasta cierto punto pero no podrá captar el pleno significado del parlante.
Un recipiente sólo puede contener la substancia que se le echa, según su capacidad. En este caso, la substancia es el pensamiento comunicado, que puede verse como la luz que se disemina, y el recipiente es la capacidad de captar de la mente. Mejor conozca el individuo cierto concepto, más fácil será de comunicarle los puntos más sutiles o información interna acerca del tema.
Sucede a menudo que pensadores produzcan teorías antes de su tiempo. Su generación aún no está a nivel de captar sus ideas, especialmente porque no hay nada en su mundo que concuerde con lo que el inventor trata de comunicar. Por resultado, como la gente carece de medios para comprender, pueden rechazar su mensaje. Un ejemplo es Wilhelm Reich, psiquiatra alemán que discutió ideas de la Nueva Era – como la integración de cuerpo y mente – en los años cincuenta, y la reacción general fue que le metieron en la cárcel. La recepción a sus ideas fue muy negativa, porque en ese tiempo, la gente no tenía los recipientes adecuado para recibirlas. Hoy en día, con la aportación de la ciencia contemporánea, estos conceptos parecen elementarios y son totalmente aceptados, pero hace cincuenta años, no era así.
Para aceptar una idea, el oyente ha de tener un concepto equivalente que armonice con lo que le están diciendo. Este concepto equivalente se vuelve el recipiente que le permite de emplazar en su mente lo que están comunicando. A medida que progresa la ciencia y se vuelve el mundo más sofisticado, se alista la mente progresivamente a aceptar conceptos abstractos.
Hemos citado anteriormente la nota de rabí Jaim Vital, que «Los primeros sabios no utilizaron la terminología de partzuf-gestalt porque la luz mesiánica del partzuf-gestalt no comenzó a fluir a este mundo hasta el tiempo del Ari.» Esto significa que hay una bajada paulatina de la luz mesiánica, ya que cada nueva percepción, todo lo que tenga valor, proviene de esta luz. Es decir, para que se comprenda un concepto, primero tiene que descender la luz mesiánica que corresponde a ese concepto. En tiempos del Ari, bajó una concentración especial de la luz y le permitió mencionar el concepto de partzuf-gestalt, pero aún faltaba la intuición de ruaj hakodesh-inspiración Divina, que iba mucho más allá que el nivel cognoscitivo de expresión del momento.
El nuevo nivel de ruaj hakodesh sólo le permitió al Ari discutir estos conceptos con los iniciados, que ya estaban preparados para comprender al nivel intuitivo. A medida que pasó el tiempo fue bajando el ruaj hakodesh, pero no obstante, no había recipientes cognitivos de comprensión humana para captar las enseñanzas de la Kabalá. La única manera de comprender verdaderamente la Kabalá era a través de la intuición de ruaj hakodesh. Sin embargo, con el tiempo, el fluido Divino aumentó hasta el punto que fue posible percibir la Kabalá a través del intelecto humano, de manera que se facilitaría y aclararía con el tiempo.
Notas:
1- Es importante comprender en qué consiste el proceso de la redención, que es el objetivo de este prefacio. El proceso de la redención es el exilio y parte de la redención, que están sucediendo simultáneamente. Uno de los principios de la Kabalá que hemos de comprender es que siempre hay una iniciación de abajo de algún modo que exige alguna participación directa o indirecta. Esta participación atrae hacia abajo la emanación de la luz en forma de sabiduría, sustento, etc. Por lo tanto, el proceso de la redención supone alguna participación de nuestra parte.
Declara el Raya Mehemna en el Zohar, [vol. 3, parshat Naso, p. 124b] las palabras que Eliyahu (Elías) el profeta dice a rabí Shimón bar Yojai: «A través de tu libro – el Zohar (es decir, la Kabalá) – comenzará a brillar una luz de despertar a Dios (de arrepentimiento – teshuvá). A éstos no les será necesario sufrir pruebas ni tribulaciónes porque probaran el árbol de la Vida, que es el libro del Zohar. Por medio de esto saldrán del exilio con amor y compasión.» El mensaje es que para atraer hacia abajo la luz y la era mesiánica dotada de compasión Divina en lugar de juicio estricto hemos de abrir esta conciencia mesiánica a través de la espiritualidad derivada de nuestros estudios de Kabalá. Si no lo hacemos, estamos creando para nosotros la entrada a la era mesiánica a través de las tribulaciones y el juicio estricto, como dice el Tikunei Zohar, tikún 30 s.v. Nativ Tinianá, p. 73b. y el en tikún 43, p. 82a. Véase en ambos lugares el comentario Kisé Melej y la introducción de rabí Jaim Vital al Etz Jaim. Véase también la nota 14. El Zohar y el Gaón de Vilna señalan la importancia de estudiar la Kabalá a la par de la sabiduría laica. Sólo hay que estudiar la sabiduría laica con la intención de conectarla a la Kabalá , ya que sin el estudio preparatorio de la Kabalá, es imposible lograr el objetivo deseado. Bajo la capa de la sabiduría laica se oculta Oró shel meshiaj (la luz del Mesías), que ilumina la compresión de la Kabalá, porque ambos estudios están vinculados. Entonces puee verse que no hay más que Dios, y no hay más que la Torá.
2- Es decir, después del mediodía, media hora después de las doce de la tarde, a las 12:30 de la tarde cuando comienza a ponerse el sol, y no al crepúsculo, cuando de hecho, comienza el Shabat, porque el Zohar se refiere a la preparación para Shabat que se hace antes de Shabat, inmediatamente después del mediodía. Este período del viernes por la tarde representa la verdadera era mesiánica. De aquí proviene el concepto de la duración del exilio, «un día y medio», el quinto milenio hasta la tarde del sexto. El quinto milenio es la dureza del exilio y no podrían liberarse ni siquiera por medio de la teshuvá (el arrepentimiento). Sin embargo, a partir del sexto milenio y en adelante (la Vav) la luz del Mesías comienza a brillar, y aumenta la posibilidad de salir del exilio.
3- Isaías 60: 22.
4- Sofonías 3:9.
5- El «Lev Simja», es decir, Rabí Simja Bunim Alter, previo rabino Gerer, hermano del Beit Israel, era bien conocido en los círculos jasídicos de los Gerer, por una declaración que hizo, que, en vista del exilio de la luz mesiánica, no requiere explicación:
El Altísimo concedió tres regalos (hashpa-ot) al mundo, y la comunidad de Torá de Israel, al no apoderarse de estos tres regalos en el momento que se concedieron, los perdió a los tres a favor de las fuerzas externas, o del «Otro Lado». La jojmá-sabiduría se perdió y cayó en las manos de los científicos. Erets Israel – la tierra de Israel se perdió y cayó en las manos de los zionistas laicos. La teshuvá – el despertar a Dios y a la Torá se perdió y cayo en las manos de los judíos asimilados – el movimiento ba-al teshuvá. (Rabí Simja Bunim, autor del Lev Simja, previo rebbe de los jasidim Gerer, elaborando acerca del comentario del rebbe de los jasidim Kotzker al Zohar que precede.)
Una nota acerca de la declaración anterior sobre el despertar del movimiento ba-al teshuvá de judíos asimilados que regresan a la Torá. ¡Es increíble que este despertar, que también debería haber sucedido entre los miembros de la comunidad judía ortodoxa, fue «desterrado» y concedido sólo a los judíos asimilados! Es decir, fueron los judíos asimilados y no los ortodoxos que se sensibilizaron a la luz de teshuvá que emanaba del reino celestial. Este despertar es una apertura a la conciencia de la Kabalá en relación a la luz mesiánica que debería haber sucedido entre los ortodoxos, y por supuesto, se expandería y se volvería entonces una conciencia colectiva por todo Israel. Véase la nota 14.
6- Etz Jaim vol.2 p. 119 y edición de letra cuadrada vol. 2 p. 413 s.v. L-hari Z»L.
El Ari sabía que era voluntad Divina que cediese a las insistencias de Rabí Jaim Vital al respecto.
Eliahu de Vidas