Principios generales I
Introducción
Para introducirnos en la percepcion judia de la realidad debemos aprehender determinados principios generales que nos facilitaran la comprension de los objetivos de la educacion de acuerdo a los parametros que nos enseña la Tora.
1. Cuatro formas generales
La Tora, en el libro de Bereshit – Genesis 2:4, nos ensenia que el mundo fue creado para la accion. Por ello observamos que toda sabiduria, filosofia y corriente de pensamiento finalmente se materializa en actos concretos y en un modo de vida a traves de cuatro formas generales:
a) Cuando el pensamiento y la emocion justifican nuestros deseos sin considerar las consecuencias que estos generen: egoismo.
b) Cuando la pasividad e inercia dan lugar a «espacios vacios» que en ultima instancia son llenados por pensamientos, emociones y actos inconcientes: indiferencia.
c) Cuando nos basamos en nuestros pensamientos y emociones para prever los efectos de nuestras acciones: buenas intenciones.
d) Cuando discernimos en base a Principios Universales y Objetivos, previendo asi, realmente, la consecuencia de nuestros actos: altruismo.
El item d) señala el proposito de la educacion judia. De ahi el lugar insustituible que ocupa el estudio como medio para que el hombre agudice cada vez mas su discernimiento, pues de lo contrario corremos el riesgo de hacer del conocimiento un fin en si mismo: saber por saber.
El estudio debe llevar a la comprension y esta a la practica transformando asi la actitud humana, en forma tal que tomemos conciencia de nuestras acciones, y si estas conducen al bien colectivo.
Solo entonces podremos prevenir que surja el egoismo, consecuencia de la autojustificacion y la percepcion subjetiva de la realidad.
Amaras a tu projimo como a ti mismo. Levitico 19:18
No hagas al projimo lo que no quieras que te hagan a ti. Talmud Babli, Shabat 31
El pueblo de Israel ha perpetuado esta forma de percibir la vida basado en las mitzvot (*), las cuales le brindan al hombre parametros concretos con que evaluar la realidad y un camino seguro para lograr su plenitud y la finalidad para la cual fue creado.
Asi el mensaje judio se transmitio de generacion en generacion llegando su esencia universal vigente e intacta hasta nuestros dias.
(*) Codigo que incluye 613 instrucciones generales contenidas en la Tora para el trabajo espiritual del pueblo de Israel.
2. Una nueva y original forma de percibir la realidad
Hace aproximadamente 4000 años Abraham Avinu inicia una nueva y original forma de percibir la realidad basada en el altruismo, tal como fue expuesto en el item 1 apartado d).
Abraham Avinu comprendió la dificultad y las debilidades del hombre en su camino espiritual; siendo aún niño destruyó las estatuas de Téraj, su padre, quien se encontraba inmerso en la idolatría reinante.
La representación de imágenes fija la realidad en un momento histórico, a una estética, a una determinada cosmovisión.
El impedimento de darle forma material a la realidad espiritual nos exige sobreponernos a nuestras limitaciones mentales y emocionales.
La imagen parcializa y proclama la independencia de lo particular y pasajero en lugar de elevar e integrar lo individual a lo eterno.
Abraham Avinu des-cubre que la aparente multiplicidad de seres y aspectos que conforman la realidad, tanto de orden material-sensorial como espiritual, son diversos grados de una misma y única Realidad Infinita, denominada en el lenguaje interior de la Torá: Ein – Sof. Dicha Realidad es generada por la Esencia Creadora, la cual es llamada en el mencionado lenguaje espiritual: Kadósh Barúj Hú, HaShém, Atzmút, etc.
3. De acuerdo a Sus actos Lo conoceré
Del Kadósh Barúj Hú no tenemos aprehensión ni percepción en absoluto. Los cinco sentidos humanos sumados a lo máximo que nuestra imaginación pueda transmitirnos es, en el mejor de los casos, la manifestación del efecto de la actividad de la Esencia, pero nada pueden ofrecernos acerca de la Esencia en sí misma.
De acuerdo al judaísmo la Esencia es incognoscible y no posee nombre ya que todo nombre es un límite, una definición, y aquí nos estamos refiriendo al principio generador de toda la realidad, el cual es atemporal y aespacial. Los textos tradicionales judíos nunca definen la Esencia, sino que los nombres y denominaciones allí mencionados se refieren a las diferentes formas y manifestaciones a través de las cuales la percibimos.
4. Si Lo conociera sería El (Baal Shém Tov)
Solamente en el Kadósh Barúj Hú «somos». Cuando la mente intenta conocer al Yo, en hebreo Anojí, llega a un punto impenetrable, dado que conocer nuestro Yo y conocer la Esencia es lo mismo (ver item 3) .
El Kadósh Barúj Hú es la máxima identidad de toda la realidad en «donde» todo y todos «somos Uno».
Así como el agua contenida en un recipiente al ser devuelta al océano se funde y unifica con el mar, así cada alma es parte inmanente de la Esencia Infinita.
En el ámbito espiritual conocimiento es fusión, en hebreo dvekút. Dvekút es lo que unifica al conocedor con el conocimiento y lo conocido. Para lograr la dvekút no es suficiente la especulación intelectual, es necesaria la vivencia, que se alcanza mediante el estudio de la leyes espirituales, la Torá, y la práctica de actos de bien: las mitzvót. De esa forma el hombre recrea en su vida la Realidad Infinita.
5 . Leyes espirituales
Cuando el hombre des-cubre una ley accede a un código que le proporciona los elementos y el orden de cómo definir y reproducir un fenómeno.
Así como el conocimiento de la ley de gravedad nos permite construir edificios, aviones, etc., el conocimiento espiritual nos permite crear el «espacio apropiado» para que se manifieste el amor, la comprensión, el aprendizaje, etc.
Las leyes que rigen el ámbito corporal, instintivo, emocional, mental y espiritual son objetivas, ya que no dependen de lo que sentimos, pensamos, ni de cómo percibimos la realidad. Si creemos o no creemos en la ley de gravedad, ésta actuará independientemente de nuestra creencia.
La auténtica educación judía debe forjar en el hombre instrumentos de discernimiento que le permitan captar la realidad en base a parámetros objetivos.
Por ello la Torá nos transmite principios concretos: las mitzvót, que al ser realizadas concientemente, como será explicado a lo largo del libro, logran activar todas las potencialidades del hombre expandiendo permanentemente su visión de la realidad.
La realización de las mitzvót nos compromete intencionalmente con las necesidades del prójimo y la sociedad. De esta forma el hombre actúa como el Kadósh Barúj Hú, da de sí, y al hacerlo, finalmente, disfruta de una nueva vivencia: comienza a conocer-Lo y ser en El, como fue explicado en el item 4.
Jaim Zukerwar
Me facina, poder seguir mis, estudios en Tora y Kabbala, a travez de este espacio. Desde ya les doy las gracias…
Nunca antes, me,paso como es ahora…leer, varias veces, los mismos temas, en el paso de los años, y aparecen , como Nuevos,!!