Analizándose
Mishná 6
Pirke Avot
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Primer comentario

Iehoshúa Ben Perajia y Nitai de Arbela recibieron la tradición de ellos (los sabios mencionados). Iehoshúa Ben Perajia dijo: Hazte de un maestro; gánate un amigo; y juzga a cada hombre con benevolencia.

* * * *

Si realmente sigues el consejo dado previamente y haces de tu casa un lugar de reunión para los sabios, pronto encontrarás que existen caminos diferentes en el judaísmo. Hay jasídim y mitnagdim, místicos y racionalistas. Poco después de que te des cuenta de las diferencias, es importante que adoptes una actitud específica y procedas a profundizar tu religiosidad de un modo consistente y sistemáticamente. Un diletantismo sin dirección en el judaísmo puede conducir a confusión y perplejidad. Por lo tanto, Rabí Iehoshúa Ben Perajia aconseja: «Hazte de un maestro». Elige un rabí y sigue su derej, su sendero. En el dominio del judaísmo práctico esto también conducirá a la claridad y la certeza.

«Hazte de un maestro». Encomiéndate a su autoridad y acata sus decisiones. Si te dice que un producto es casher no necesitas verificar con otros cinco rabinos. Elige una persona que esté calificado y a la cual le tengas confianza.

Y Cómprate un amigo

Seguir esta recomendación implica un proceso que es algo más complejo. Puedes hacer de alguien tu maestro porque la relación es más bien unilateral. Sin embargo, la amistad es una relación de dar y recibir. Un amigo, entonces, debe ser «comprado», no con dinero, sino con atención, interés y amor. La amistad no viene gratis; requiere tu tiempo y consideración. No obstante, como dice la gente: mis amigos no son demasiados, pero hasta un sólo enemigo es superfluo.

Nuestro texto también puede interpretarse así: «Haz de ti un maestro. ¿Por qué habrás de ser siempre un seguidor? ¿Por qué resignarte a una posición inferior? Ve a la escuela. Estudia más. Asciende en tu profesión, tu negocio, tu comunidad. Si resides en una comunidad donde hay pocos que observen el shabat, pocos judíos que conozcan la Torá, toma tú su dirección. Prepárate y aumenta tu caudal de conocimientos. Haz de ti un maestro. Y si lo haces, si demuestras ser una persona interesada en tu prójimo, en su bienestar, y estás decidido a dedicar tiempo y energía en su conducción, entonces «adquirirás amigos». Todo aquél que e decidido a invertir en el bienestar de los demás hallará la correspondiente reciprocidad.

Y juzga a cada hombre con benevolencia

La justicia es simbolizada por una balanza. Cuando el peso de la evidencia lo demuestra, una persona es declarada culpable. Sin embargo, cuando la balanza está equilibrada y realmente no sabemos si el acusado es culpable o no, entonces le concedemos el beneficio de la duda. Inclínate hacia el lado meritorio. Júzgalo caritativamente.

Como la expresión col Israel (todo Israel), col adam también puede traducirse como «el hombre entero». Si quieres encontrar algún mérito en una persona, júzgala como un todo. Seguramente hallarás alguna característica, algún logro loable, algún rasgo de carácter digno de elogio.

El sabio rey Shelomó observa: «En el lugar de la justicia, allí había iniquidad». MaLBIM comenta: La limitación de nuestras instituciones de justicia consiste en que pueden juzgar sólo el acto y no al hombre. Cuando un individuo es acusado de un crimen, esto y sólo esto es considerado. Raramente se toman en cuenta sus buenas acciones. «En el lugar de la justicia se halla el crimen», y nada más. Sin embargo, nuestra mishná nos impulsa a moderar el juicio sobre nuestros semejantes con la perspectiva que surge de considerar su personalidad total en todas sus facetas.

Hay un principio básico ampliamente aceptado a través de toda la literatura rabínica: afirma que el mismo criterio general que un individuo utiliza en relación a otros será empleado por el Cielo en relación a él. «Todo hombre será medido con el mismo patrón que él ha utilizado para medir a los demás». Por lo tanto, aquél que rehusa perdonar a los demás por agravios recibidos, difícilmente pueda esperar que el Cielo perdone sus transgresiones. Similarmente, aquél que juzga a sus semejantes con benevolencia puede esperar confiadamente ser juzgado de la misma manera.

Cierta vez el Baal Shem Tov estaba sentado con sus jasidim, cuando entró un pobre hombre ignorante. El Baal Shem Tov lo llamó inmediatamente a la cabecera de la mesa y lo sentó a su lado. Sorprendidos, los discípulos le preguntaron por qué había concedido tal honor a una persona desconocida, ignorante, que vestía ropas andrajosas. De seguro no le correspondía la cabecera de la mesa.

El Baal Shem Tov respondió: «En el mundo venidero yo también querré un «asiento» cerca de la cabecera, y ciertamente me preguntarán por qué méritos me hago acreedor a ello. La única respuesta que tendré será que cierta vez le concedí un lugar de honor a un pobre hombre desprovisto de gracia y sabiduría.

 

Irving M. Bunim

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