Primer Comentario
Extraido de Pirke Avot
3) Antígnos de Sojó recibió de Shimón el Tzadik. El solía decir: No sean como esclavos que le sirven a su amo para obtener recompensa, sino sean como esclavos que le sirven a su amo, sin la intención de recibir recompensa, y que el temor al Cielo repose sobre ustedes.
Es decir, que no debemos cumplir la Torá y las Mitzvot con la intención de que Hashem nos beneficie y nos recompense, como aquellos esclavos que le sirven a su amo esperando recibir un pago a cambio. Si no, el servicio a Hashem debe ser con amor, ya que el cumplimiento de las Mitzvot debe efectuarse a raíz del conocimiento de su gran mérito y amor al Creador, que nos santificó con Sus Mitzvot. Como quien busca satisfacer a la persona que uno quiere, y no espera que se lo retribuya. De todas formas, la recompensa vendrá por sí sola.
La Mishná concluye “Y que el temor al cielo repose sobre ustedes”, pues a pesar de que Le sirvamos a HaKadosh Baruj Hu con amor, también tenemos la obligación de temerLe, dada la supremacía y la grandeza de Hashem, como está escrito: “Al Eterno tu D´s, temerás” (Debarim 6-13).
En realidad, el amor a Hashem conduce a la agilidad para hacer las Mitzvot positivas, y el temor a Hashem fomenta la prudencia en cuanto a las Mitzvot negativas, lo que lleva a un servicio espiritual íntegro.
Asimismo, escribe el Pele Ioetz (cap. recompensa): la persona debe concientizar en su corazón, que es apropiado servirLe a Boré Olam sin esperar de Él pago alguno, sino causarle satisfacción únicamente. Puesto que no existe en el mundo una recompensa más grande, que HaKadosh Baruj Hu nos anhele y Se contente con nuestros actos, construyendo a raíz de ellos mundos enteros. Si fuese que ésta consistiría la única recompensa, bastaría.
Es conocido el Maasé con el Gaón Rabí Eliahu de Vilna z”l, quien toda su vida hizo hincapié en cumplir la Mitzvá de las cuatro especies de Sucot de la forma más bella posible. De un año a otro, presentaban delante del Gaón cuantiosos Etroguim, de los cuales él seleccionaba el mejor, digno de ser bendecido en la fiesta de Sucot.
Cierta vez, se acercó al Gaón una persona ofreciéndole un Etrog especialmente bello. El Rab Eliahu quiso comprarlo pagando por él la totalidad de su precio. Sin embargo, aquel hombre se negó a recibir pago alguno, exigiendo a cambio ser merecedor del pago por la Mitzvá de las cuatro especies que el Gaón cumpliría en la fiesta de Sucot.
El Gaón le respondió a su vendedor sin dudarlo: “Yo recibo sobre mí con el corazón íntegro hacerte merecedor de la recompensa por la Mitzvá de tomar las cuatro especies de este año ¡a cambio de tu Etrog!”
Ese año contaron los pobladores de la ciudad de Vilna, que el Gaón demostraba una inmensa alegría en el momento de cumplir la Mitzvá de las cuatro especies.
Cuando los allegados del Rab Eliahu le preguntaron cuál era la razón por la cual estaba tan alegre con el cumplimiento de esta Mitzvá, más que cualquier otro año. Les contestó: “Toda mi vida ansié poder cumplir con lo que dice la Mishná en Pirké Avot: “Sean como esclavos que le sirven a su amo, sin esperar de él el pago”, no obstante, sabiendo que la persona tiene asegurado el pago desde el Cielo por el cumplimiento de cada Mitzvá, no logré llegar a este nivel, sino hasta el día de hoy, este año, teniendo la gran oportunidad de cumplir la Mitzvá de tomar las cuatro especies ´Sin esperar pago por ella´, pues entonces, ¡¿Cómo no he de alegrarme?!”.
Rab Yaacob Muhafra