Preparándonos para Shavuot
Extraido de Revista Judaica.
Matán Torá, «La entrega de la Torá». La formación, el nacimiento del pueblo, hecho histórico indiscutido por todas las religiones, por casi toda la humanidad.
Torá: forma de vida, leyes, preceptos, ética, moral, cualidades, etc. ¿y a eso lo llaman ser libre?
Si la Torá me guía y me ordena qué hacer en todos los detalles de mi vida, ¿qué tipo de libertad es esta?
¿Por qué no puedo vivir como yo quiero, como yo entiendo? ¡Ya soy grande!
«Esto es bueno, ¡no! No lo es». Lo verdadero y lo falso muchas veces es fácil de comprobar, pero ¿cómo defino qué es bueno y qué es malo?, ¿en base a qué? Cada persona, cada pueblo, cada país, tiene sus intereses personales, y con mucha facilidad, estos valores se podrían distorsionar. «Cada uno tiene su verdad»; entonces no es verdad, o por lo menos no lo sé.
Todo país tiene leyes sociales, comerciales, ¿quién las fija? Personas que pueden ser más inteligentes que yo, no lo dudo, pero que tienen impulsos, intereses, inclinaciones personales, entienden con «su visión» las necesidades de la sociedad actual.
¿Siempre son verdades absolutas? Si miramos un poco más allá… es bueno el aborto, cuáles son los límites éticos en genética, y eutanasia, démosle la oportunidad de morir dignamente pero ¿es correcto? ¿devolvemos tierras por paz?, ¿invadimos Irak a favor de la democracia? Podemos garantizar que en todas estas preguntas obtendremos verdades diferentes, según a quien preguntemos, argumentos aparentemente válidos para apoyar o cuestionar.
Recuerdo un artículo que hacía mención de una encuesta entre ladrones, si se habían arrepentido de lo que habían hecho. «Sorprendente» 56% justificaron el robo. «Justicia social», si el gobierno no nos da respuestas debemos defendernos solos ¿es justo penar por tan poco trabajando tantas horas cuando muchos con poco esfuerzo viven una vida holgada? Repito: es sorprendente, pero aparentemente ellos tienen «su verdad».
Robin Hood. ¿Un justo o un delincuente? Robaba a ricos para alimentar a pobres, tal vez hasta ponía en peligro su vida por ellos. ¡Emocionante! Pero ¿cómo lo calificamos nosotros?
Ocurrió no hace mucho. Un señor le prestó plata por una semana al amigo, este hombre correcto, en el día de la devolución, colocó el dinero en su bolsillo para devolverlo; durante esa mañana encuentra a la esposa de quién él tenía que ir a ver para la devolución.
– ¿Me hace el favor?, es el dinero que le devuelvo a su marido, me ahorra el tiempo de ir a buscarlo a su oficina.
– ¡Cómo no!, respondió la mujer.
– Al día siguiente su amigo lo llama por teléfono. ¿Cuándo me devolverás el préstamo?
– ¡Ya se lo entregué ayer a tu señora!, respondió.
– Ah, pero ella lo gastó. A mí no me llegó.
– Bueno, yo lo devolví, vos arreglate con ella, ya son problemas familiares que yo no tengo nada que ver.
– ¿Cómo no? Si el que te presté fui yo, debías devolvérmelo a mí. ¿O acaso te prestó ella? Y si a mí no me llegó tú eres responsable.
¿Debe responder el reclamo o realmente es sólo un problema de pareja?
Cuestionamientos como éstos: ¿debo pagar o no?, ¿soy responsable o no?: ¿quién lo decide?, ¿en base a qué?, ¿quién puede afirmar tener la verdad?
Conclusión: el hombre no puede llegar a una verdad absoluta.
Necesitamos una guía, las verdades de quién no está inmerso en intereses personales, en inclinaciones, y sobre todo el que nos creó y nos conoce.
Mutar Asur: Permitido – Prohibido es sinónimo de lo bueno y lo malo. Dediquemos tiempo para conocer y profundizar en estos valores absolutos y eternos. Preparémonos para recibir la Torá conociéndola y estudiándola.