Por qué se acepta la teoría de la Evolución?
Extraido de Lehavin Ulehaskil. Edit. Bnei Sholem
¿Por qué tanta gente acepta actualmente la teoria de la evolución y rechaza la idea de la Creacion divina?
Respuesta: La «Era Moderna» es la era de la ciencia.
Según una opinión popular de la historia, el periodo posterior a la decadencia del Imperio Romano fue una «era de oscuridad»: el Medioevo. La única fuente de erudición del mundo occidental era entonces la Iglesia, pero ésta se abusaba de sus poderes. Mantenía al mundo encadenado a creencias bíblicas anticuadas, insistía en una estricta fe en Di-s y en un comportamiento puritánico, e impedía toda investigación científica. El hombre era pisoteado y oprimido. La ciencia lo «liberó». Tal es la principal orientación del pensamiento de nuestra época.
La revolución científica se consideró un medio de llegar a la verdad mediante la experimentación en lugar de la simple fe. Permitió al hombre convertirse en el centro de su esfera, en lugar de Di-s, e investigar todo lo relativo a sí mismo y al mundo que lo rodeaba. Pudo explicar así fenómenos pavorosos como parte de la naturaleza y no como obra divina. Tuvo así menos necesidad de creer en Di-s y menos razón para vivir de acuerdo con el estricto código moral de la Iglesia. Pudo relajar su autodisciplina y dar rienda suelta a sus deseos humanos.
Quedaba un solo problema por resolver: cómo explicar la creación del mundo. Si Di-s había creado realmente el mundo, las afirmaciones de la Iglesia serían correctas. Se formuló entonces la Teoría de la Evolución, y Di-s y la Iglesia dejaron de ser necesarios. Ahora el hombre tenía una perspectiva distinta de la creación de la vida que no dependia de la obra de Di-s. Por fin era totalmente libre.
Tal era el sentir general, especialmente entre aquéllos que deseaban parecer modernos. Estos podían afirmar haber superado el pensamiento teológico ya pasado de moda. Lo que hizo especialmente atractiva la Teoría de la Evolución fue que llevaba el sello de la ciencia. Era una idea basada en una investigación científica, y la ciencia tenía una aureola de verdad y de respetabilidad. Si los científicos decían que la vida se habla desarrollado mediante la evolución, debían de estar en lo cierto.
En consecuencia, muchos aceptaron la evolución sin darle mayor importancia a la cuestión. Por un lado, parecia ser una idea moderna y «progresiva»: un «adelanto» respecto del «anticuado pensamiento religioso». Por el otro, permitió al hombre librarse de la obligación de creer en Di-s y en consecuencia, de obedecer Sus restricciones.
Por último, era una idea basada en la ciencia, y los científicos no pueden hacer daño.
Indudablemente, la Torá conviene en que la esfera de la ciencia reviste gran importancia. Por un lado, permite al hombre estudiar el maravilloso curso del mundo, y apreciar cabalmente la obra de Di-s. También puede permitir al hombre utilizar los recursos de la Tierra que Di-s le ha dado para ayudar a sus semejantes. De modo que todos los hombres deben estar agradecidos a los científicos por hallar curas a las enfermedades, elaborar nuevos productos para los consumidores, mejorar las reservas de alimentos de la humanidad y elevar el nivel de vida material del hombre. Para un judío, estos logros son encomiables por cuanto, entre otras cosas, le permiten servir mejor a Di-s. Por consiguiente, entre los judíos ortodoxos se han contado destacados científicos y médicos: por ejemplo, el Rambám y el Rambán, fueron distinguidos médicos. La ciencia puede ser, sin duda, una potente fuerza para el bien.
Al mismo tiempo, los científicos no son siempre los superhombres que algunos los consideran. Pueden equivocarse. Siempre están poniendo en tela de juicio las opiniones de los demás científicos, y modificando las propias a fin de que se ajusten a nuevas pruebas. Por ejemplo, durante un tiempo la mayoría de los científicos pensaban que la atmósfera contenía éter. Hemos mencionado asimismo el fraude del Hombre de Piltdown. La Teoria de la Relatividad de Einstein planteó un desafío a las muchas creencias sacrosantas anteriores sobre el espacio. Incluso conceptos básicos podrán ser inteligentes y talentosos, mas no siempre tienen toda la razón. Cabe recordar que, más allá de la etapa experimental más simple, la ciencia entraña premisas filosóficas que son subjetivas.
Por consiguiente, el hecho de que muchos científicos apoyen la Teoría de la Evolución no significa que estén en lo cierto. Ya se han equivocado en el pasado, y pueden volverse a equivocar en lo que respecta a la creación de la vida. Su intento de eliminar a Di-s de la esfera del hombre no ha hecho a este último intrínsecamente mejor. El delito, la corrupción, la inmoralidad y la destrucción generalizada aún están a la orden del día. La Teoría de la Evolución no ha librado al hombre de los problemas de la sociedad. No ha llevado al progreso moral.
El judaísmo no está de acuerdo con la opinión de que la religión reprima la creatividad o la capacidad del hombre para examinar el mundo. No cree que la fe en Di-s sea anticuada o primitiva. Aquél que ha alcanzado un nivel suficiente de profundidad como para estudiar las maravillas del mundo puede, naturalmente, creer en Di-s. Y aquél que crea en Di-s podrá fortalecer su propio dominio de si y tratar a los demás con mayor tolerancia. ¿Acaso alguien puede negar que este perfeccionamiento personal represente el verdadero progreso?
La Teoria de la Evolución debe ser examinada cuidadosamente en virtud de sus propios méritos. El hecho de que parezca ser da progresiva» o «científica» no debe cegar a nadie respecto de los problemas que plantea.
Me parece interesante el tema, pero aquí se está tratando como hecho el que el objetivo principal de la ciencia sea acabar con la religión o creencia en dios, lo cual es falso. Los errores de la ciencia la misma ciencia los desmiente o corrige no la religión, la religión es reacia a hacer a sí misma correcciones y sobre todo si son fundamentalistas.
Hola, Muy interesante el artículo. Claro pues que ha activado en mí recuerdos, y es que, en el secundario un profesor alguna vez nos contó sobre «el eslabón perdido» de Einstein… y nos explicó que era un algo que no pudo encontrar el científico, por eso el nombre (eslabón perdido), claro, esa es la razón por la que aquel concepto de la evolución no ha dejado de ser una teoría. Aún no ha sido hallado. Por otro lado en las escrituras creí leer alguna vez que «la ciencia prosperará», del tal manera que no creo que Dios esté en contrapunto con ella, y creo firmemente que la ciencia no está en contra de Dios. Lo que también he notado de lo poco que leo y veo de la ciencia es que, en cada nuevo descubrimiento, confirma la escritura. El tema es cuando nos hacemos los propietarios legales de algo que no nos pertenece, que no tenemos la propiedad de la cosa, sino uno mayor. Paz.