¿Por qué recitar Sheejeianu?
Sucedió en el campo de exterminio de Berguen Belzen. Cuando llegaron los días de Janucá, se reunió un enorme grupo de judíos prisioneros en una de las barracas y el Rebe de Blozhov colocó allí las velas de Janucá. Luego de recitar las bendiciones y encender las luminarias, se le acercó uno de los presentes y le dijo: «Rebe, creí que en estas terribles condiciones, era mejor no encender las velas de Janucá; pero si de todas formas usted decidió hacerlo, ¡¿cómo pudo recitar la bendición de «Sheejeianu»?! («Quién nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión») ¡¿Cómo recitarla cuando miles de judíos están siendo asesinados?!»
Respondió el Rebe: «También yo dudé por un instante. Pero finalmente entendí que si tantos prisioneros, arriesgando sus vidas, se reunieron para ver y escuchar el encendido de la vela de Janucá -debemos bendecir «Sheejeianu» pues existen iehudim como estos!»
(Gentileza Enseñanza semanal Jabad Lubavitch, www.jabad.org.ar )