Pedir Milagros
Extraido de la publicacion Vaibarej David, supervisado por el Rab David Perets Shlita, Caracas, Venezuela
¿Se puede rezar para pedir milagros?
La Guemará, en Maséjet Berajot (60:1), dice que si una persona está embarazada y su marido desea pedir, en sus rezos al Todopoderoso, para que el niño sea varón, es catalogado como un rezo en vano. El motivo es que el sexo ya está formado y haría falta una aplicación sobrenatural, para que esto ocurra. Por ende, cualquier intento por querer cambiar lo que la naturalmente ya existe, es decir, pedir un milagro, será un rezo en vano.
Por otro lado, el RAM”A (Halajot Janucá) dice que hay un rezo que se añade en el Bircat Hamazón así: Harrajamán Hu Yaasé Lanu Nisim Veniflaot Kemó Sheasá Laabotenu Bayamim Hahem Bazemán Hazé (el Misericordioso haga milagros y maravillas, en nuestros tiempo, tal y como los hacía con nuestros padres). Es notable lo autorizado que ha sido, según este registro del RAM”A, el rezo que pide por los milagros… De esta manera se percibe una aparente contradicción entre ambas fuentes citadas en la presente.
En el libro Moadim Uzmanim (Cap. 48), su autor explica y disipa esta contradicción, aclarando que ambas fuentes están refiriéndose a una propiedad distinta. El primer caso es un rezo que pide que se haga un milagro particular, que sería pedir por que una hembra (si es hembra) se convierta en varón, y, por eso, es un rezo en vano…, y no se debería hacer un pedido en vano al Todopoderoso. Pero, en el segundo caso, el pedido es general, y se suplica al Todopoderoso que vuelva a hacer milagros para su Pueblo entero y no a nivel particular.
Por otro lado, en la Guemará, en Maséjet Taanit está dicho que una señora que tenía un problema con las vigas de su casa que estaba construyendo (estaban muy cortas), fue a pedirle a rabí Janiná Ben Dosá que rezará por su problema. Y así fue, rezó este Sabio y Tzadik al Todopoderoso pidiendo que se alarguen las vigas, y dicho sea de paso, el Todopoderoso les complació alargando las mencionadas vigas, sobresaliendo de la casa medio metro por cada lado.
Por ende, se deduce, a partir de este relato que ciertamente ocurrió en la época Talmúdica, que se puede pedir por milagros, sin que esto sea considerado un rezo en vano. Pero, aun así, es posible alegar que, cuando se trata de una persona del nivel de Rabí Janiná Ben Dosá, cuya conducta y concentración son de alto nivel, entonces, es admisible una petición por un milagro particular, pues el mérito de su envestidura (sus buenas acciones) aporta el requisito complementario para tal objetivo, pero, cuando no se trata de una persona así, no se debería pronunciar una Tefilá para que se haga un milagro, a menos que sea (un milagro) general, como lo mencionara el RAM”A (ver párrafos anteriores).
No obstante, hay un caso en que se podría rezar pidiendo un milagro, aunque no fuera a través de una persona de la talla de Rabí Janiná Ben Dosá. Se trata de una situación en que el milagro se pide para salvar a alguien de una situación de peligro inminente. La razón es que, cuando alguien está en peligro de vida, es permitido incluso transgredir la Torá, bajo ciertas condiciones, con tal de conseguir mantenerse en vida.
No sólo eso, otro motivo que autoriza este pedido es que, si bien no llegó nunca al nivel de Rabí Janiná Ben Dosá, por lo menos, en ese momento de peligro, es muy probable que su concentración esté dirigida exclusivamente a este objetivo.
Con este argumento se puede también responder por qué no pedir que una hembra se convierta en varón, al ser que este objetivo no se correspondería con la necesidad de un milagro por un peligro. Por lo tanto, si una persona no está en una situación de peligro, entonces, no tendrá sentido rezar pidiendo un milagro específico.