Paciencia infinita
Extraído de El misterio del matrimonio, del Rab Itzjak Ginzburgh. Este libro pertenece a la colección del Club Hebreo del Libro.
Es por cierto un gran logro llegar a ser suficientemente genuino para analizar los defectos de uno con el cónyuge. Pero se debe tener cuidado en aplicar esta objetividad solo a las imperfecciones y problemas propios, contando con la ayuda y el sostén de la pareja, mientras trabaja para rectificarlos mediante la plegaria y el auto refinamiento.
Respecto a juzgar (o condenar) los defectos y malas acciones aparentes del otro, han dicho nuestros sabios: «No juzguéis a tu prójimo hasta no estar en su lugar» . El Jasidismo explica que como uno nunca puede realmente estar en el «lugar» del otro -es decir, nunca puede comprender realmente sus motivos conscientes o inconscientes- uno nunca puede juzgarlo .
Sin embargo, al decir «hasta no estar en su lugar», los sabios dan a entender que uno debería intentar comprender a su prójimo de la mejor manera posible y acercarse a su «lugar» lo máximo posible. Acercarse al otro significa relacionarse con él, tanto intelectual como emocionalmente, con empatía y amor .
Al acercarse a otra persona nuestra perspectiva cambia. Comenzamos a apreciarlo más y somos capaces de observar el dictamen de nuestros sabios : «Juzga favorablemente a todos los hombres». Uno comienza a reconocer que los defectos aparentes que ha observado en el otro, son en realidad el reflejo de defectos similares propios, aunque menos aparentes en uno mismo . Puede entonces observar la mitzva de reprender al prójimo de acuerdo a las enseñanzas del Baal Shem Tov : ante todo uno debe reprenderse a sí mismo por la misma falta y sólo entonces es capaz de reprender a su prójimo en forma constructiva. Esta enseñanza del Baal Shem Tov confiere una percepción adicional al consejo de nuestros sabios : «Primero rectifícate y después rectifica a los demás».
El Antídoto de la Ira
Cuando uno comprende que la rectificación de los demás depende de la rectificación propia, aprende a ser paciente con los demás. La paciencia es el antídoto de la ira.
El único objeto legítimo de ira es la propia inclinación al mal, como enseñan los sabios: «Uno debe siempre despertar la ira de su tendencia al bien contra la tendencia al mal» . Respecto a los demás en general y su cónyuge en particular, uno debe bregar por adoptar el atributo Divino de «paciencia infinita» .
La paciencia fomenta la capacidad de esperar que un conflicto se resuelva por sí mismo , de suspender el juicio y de controlar constantemente la tendencia a responder en forma impulsiva. Esa es la clave para evitar el daño que uno se inflinge a sí mismo y a los demás cuando es incapaz de controlar las reacciones de la «primera naturaleza».
Rab Itzjak Ginzburgh
Mensaje para comprender tantas verdades sobre la Paciencia que es la que realmente nos acerca al Eterno
Excelente explicación que bueno que la Paciencia es la clave contra lo que somos y como respondemos