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Extraido de jabad magazine. Extraido y adaptado de The Torah Science Foundation
EN ESTOS TURBULENTOS DíAS QUE ATRAVIESA EL MUNDO ECONóMICO, ES IMPORTANTE APRENDER UNA PERSPECTIVA DIFERENTE DE LA TRADICIONAL CON RESPECTO AL DINERO Y LAS GANANCIAS
Está claro que para mejorar la situación económica mundial se requiere de una campaña más seria para poner a punto las actitudes básicas e imágenes del propio-interés. Las personas deben entender y apreciar que su beneficio es mi beneficio: su éxito es mi éxito (y que su fracaso es mi fracaso). Esta conciencia sólo puede lograrse si toda la economía mundial se prevé como un medio para compartir con toda la humanidad los regalos que nuestro Creador nos ha dado, y para traer a toda la humanidad a su verdadera y completa redención.
Todos debemos vernos como compañeros en esta misión y la realización de este fin. Son los jóvenes de la generación quienes son especialmente adeptos y están preparados para reconocer esta verdad y derivar hacia este fin con inspiración y entusiasmo. Con respecto a la acumulación de gran riqueza por parte de un solo individuo, encontramos ejemplos de esto en la Torá, tanto para bien como para mal. Iosef, aumentando toda la riqueza de Egipto para establecer reformas sociales constructivas, es el ejemplo para bien. Koraj, cuya inmensa acumulación de riqueza lo motivó a rebelarse contra Moisés y Aaron, intentando usurpar su poder (el caso clásico de lujuria de poder), es el ejemplo para el mal.
El problema más general y dilema de nuestra generación ronda alrededor de la falta de dirección. Para infundir a la generación con un nuevo ideal y un nuevo sentido de valores, se requiere de un verdadero e inspirador líder. En el ejemplo anterior de Iosef, él era un verdadero líder de su gente y de toda la humanidad. Según la Kabalá, el tema de la economía corresponde a la sefirá de hod, asociado con la pierna izquierda del cuerpo y el sistema inmunológico del cuerpo en general. “Hod” significa “dar gracias” así como “experimentar el aura de gloria.” Si uno da auténticamente gracias a Di-s por su riqueza, merecerá experimentar el aura santa de gloria que viene con la riqueza y el poder para hacer el bien al mundo.
Si uno emplea mal su riqueza, acumula sus ganancias de una manera ímproba, y se enorgullece de su propia fortuna y fuerza, su energía-hod– se trasformará en una fuerza autodestructiva, como dice en el Libro de Daniel: “mi gloria [hod] se ha transformado en una fuerza destructiva.” Además, se nos explica en Kabalá que el poder de biná (“entendimiento”) desciende del lóbulo izquierdo del cerebro y penetra el poder de hod. Como una disciplina de conocimiento y esfuerzo humano, la biná corresponde en general a las ciencias naturales y biología en particular.
La economía mundial debe estructurarse y debe palpitarse como un organismo viviente. Cada miembro del organismo debe reconocer su dependencia de otro miembro. Cada miembro y célula del cuerpo colectivo deben saber que su código genético es idéntico con el de otra célula. Viviremos si nos unimos; sólo progresaremos hacia nuestra meta común cuando nos demos cuenta de nuestra unión innata y tomemos en cuenta los mejores intereses de los demás.
Educar al público, ahora con la ayuda de los medios de comunicación disponibles a la humanidad, es la llave a dar un paso adelante. La opinión pública debe ser tal que rechace totalmente los “los monstruos” económicos. A menudo los dragones son imágenes que proyecta la psique humana; ellos dejan de existir cuando la mente los rechaza. Incluso los dragones reales son sostenidos por las tendencias psicológicas humanas; ellos se mueren cuando la mente los niega.
El capitalismo es un ejemplo clásico de klipat noga, la mezcla de lo bueno y lo malo. La Torá generalmente ve a la competición que llega a un nivel en el mercado competitivo como una conducta humana negativa, basada en el egoísmo y la falta de preocupación por el otro. Se nos enseña que una de las características del mundo por venir es que no habrá competición alguna.
No obstante, paradójicamente, la palabra “competición” en hebreo (tajarut) está entroncada a la palabra “libertad” (jerut) Esto refleja el ideal de un “mercado libre.” El verdadero ideal de capitalismo es ser libre, experimentar la libertad en todos los emprendimientos de la vida. Pero “los monstruos” económicos causan el retroceso de la civilización a un estado de esclavitud.