Maor Hashabat: Un Regalo Especial

Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh
Y dijimos a mi señor: no podrá el niño abandonar a su padre
El papá cumplía 50 años.
La familia, para demostrarle su amor, organizó una fiesta a la que nadie debía faltar. Hijas, hijos, sobrinos… La consigna era que cada uno llevara un sencillo regalo para papá.
Llegado el momento, el salón de la casa, iluminado para el acontecimiento, se llenó de risas y murmullos. El clima festivo se sentía en el aire, todos, desde el más grande al más pequeño, esperaba ansioso la llegada de su turno para entregar su obsequio…
Uno le compró un libro recién salido de la editorial. Otro, una lapicera elegante y cómoda para escribir. Aquel, una agenda donde registrar sus compromisos…
Pero la gran sorpresa fue cuando le llegó el turno al hijo de 14 años.
La familia cuenta, que cuando le pidieron que se acercara a entregarle su regalo al papá, se puso de pie, extendió sus manos vacías, y mientras un torrente de lágrimas cubría su rostro dijo: -Papá, tu sabes cuanto te amo, y cuanto me debo a ti. Por eso, cuando me dijeron que debía traerte un regalo, dediqué mucho tiempo a pensar cual sería el presente que mayor satisfacción te produciría. Pensé y pensé… y llegué a la conclusión que siendo tú un apasionado de la Torá, y que durante todos los años de mi vida me enseñaste que la Torá es lo más dulce, y que estudiarla es lo mejor que le puede pasar a una persona, decidí que mi obsequio debía ser en ese sentido…
El joven hijo declaró frente a todos los presentes: Yo quiero anunciar aquí, que dediqué todo este día la estudio de la Torá, en honor y por el mérito de mi papá, comenzando a las 8:30, sin interrupción estudié hasta las 16:30, durante ocho horas continuas, y para que nadie perturbara mi estudio, me fui a una pequeña Ieshiba en la que casi no había gente, y donde nadie me conoce, para concentrarme en mi tarea.
Estudié sin pausa, y este es mi ‘especial’ regalo para nuestro padre, que nos educó en el amor a la Torá. Este es el regalo que te traje, papá!!
No es necesario extendernos en contar la emoción inmensa que embargó a todos los asistentes a la fiesta de cumpleaños, quienes vieron de repente, como todos sus regalos no llegaban a la categoría del de este joven afortunado.
Dice el Pasuk en Ishaia 52-2: «Sacúdete el polvo y levántate»
Así se dirige el Pasuk a Am Israel. Explica el Midrash: «Como la gallina, que se sacude de su tierra. Ella se revuelca en el barro, se ensucia y luego se levanta y de un sacudón se libra de la tierra y vuelve a quedar limpia y pura»
Esta es una parábola adecuada a nuestra generación, ya que la de nuestros padres nos desconectó a la fuerza, nos cubrió con barro y arena, y cuando meditamos en ello, podemos llegar a pensar que es una situación insuperable. Desconexión total!!!
Pero he aquí que el movimiento de Teshubá cobra fuerza, toma impulso, los Baté Kenesiot están colmados, la educación religiosa aumenta y se refuerza. Frente a nuestros ojos se desarrolla un proceso de regreso a las raíces. Manantiales infinitos. Como esa gallina que se sacude el polvo. Porque el polvo no es parte de ella, es externo a ella, no es su esencia. Con una simple sacudida cae y desaparece.
Así dice el Pasuk de la Torá: cuando Iosef le pidió a sus hermanos que le trajeran a Biniamim, estos le contestaron: Lo Yujal Hanaar Laazob Et Abiv – no podrá el joven abandonar a su padre.
Explican los Jajamim que éste es un indicio: ‘el joven’ se refiera a Israel, el Yehudi no puede abandonar a su Padre del Shamaim, un concepto impresionante.
Pero como explicar la continuación del Pasuk: Veazab Et Avib Vamet «y si abandonara a su padre, va a morir».
Am Israel es conocido como el pueblo del Libro. La Torá es vida, fuera de ella la vida no tiene sentido, y si la abandona un vacío lo invade, porque esta es la característica del pueblo de Israel. Hay Torá, hay todo. No hay Torá, no hay nada.
No podrá el joven (Am Israel) abandonar a su padre (puede morir) – que nunca ocurra… Y cual es el regalo más preciado para el padre? Ver que sus hijos absorben y se deleitan con sus enseñanzas. Que captaron el mensaje, y siguen la senda que con tanto amor les marcó.
Ahora tenemos la oportunidad de demostrarle a nuestro Padre que hemos aprendido la lección. Se avecinan las tan ansiadas vacaciones. Llegó el momento de recuperar fuerzas para retomar la tarea con renovados bríos. También es nuestra oportunidad para completarnos y modelar nuestra personalidad, ya que durante el resto del año nos movemos dentro de un marco que nos contiene y nos ‘controla’, pero durante las vacaciones, donde cada uno construye su propio marco… se nos presenta una buena ocasión para completarnos y elevarnos manteniendo un tiempo diario de estudios, y los ojos fijos en Sus enseñanzas…