Maor Hashabat: Para que tantas vueltas

Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh
Leemos en el libro Dobeb Sifté Ieshanim que en todos los días de la Creación está escrito: «Vayar Elokim Ki Tob» – Y vio Hashem que era bueno. Eso es todo. Suficiente.
¿Por qué al concluir la Creación dice: «Vayar Elokim et Kol Asher Asá Vehine Tob Meod» – Y vio Hashem todo lo que había creado y he aquí que era muy bueno.
¿Qué fue lo que originó que de ‘bueno’, pasara a ser ‘muy bueno’?
No fue otra cosa sino que este Pasuk fue dicho después de la creación de la persona.
Ciertamente, Meod (mucho) se escribe con las mismas letras que Adam (persona).
Meod: mem-alef-dalet – Adam: alef-dalet-mem…
Lo explicaremos con estos ejemplos:
Un sencillo campesino, cedió finalmente a la obstinada insistencia de su entrañable amigo, que vivía en la ciudad, a muchos kilómetros de su querido campo, de donde nunca había salido hasta ahora.
En un pequeño bolso guardó lo necesario para un par de días fuera de casa y emprendió el viaje.
Cuando llegó a la ‘gran ciudad’ su amigo lo estaba esperando e inmediatamente lo llevó a recorrer sus calles, mostrándole lo maravilloso del progreso y la tecnología.
Como un guía entusiasta, presentó a sus ojos las bellezas de una ciudad con altísimos edificios – que casi ocultaban la luz del sol – amplias avenidas, iluminadas a pleno las 24 horas del día, trenes subterráneos, puentes que se entrecruzaban y demás ‘prodigios’ de la vida moderna.
Como parte de la excursión lo llevó a conocer una fábrica textil. Al abrir la puerta llegó a sus oídos un ruido ensordecedor.
Preguntó: «¿Qué es esto?». Su anfitrión le explicó que ese ruido provenía de la máquina principal de la fábrica.
Al ingresar al sector donde la inmensa máquina trabajaba sin parar, rodeada por apenas un par de operarios que solo observaban, el campesino se quedó perplejo frente al espectáculo que se revelaba a sus ojos: una colosal mole trabajando a gran velocidad, gracias a las continuas vueltas de unas ruedas dentadas que la hacían funcionar.
Salió de allí fascinado, no cabía en sí mismo de la excitación, no veía la hora de volver a su pueblo para contarles a todos lo que había visto con sus propios ojos. Devuelta en casa reunió a todos los vecinos y les dijo:
-¡Presten atención! ¡Deben escuchar lo que vi en la ciudad!
-Escuchamos…
-Hay allí una gigantesca máquina con grandes ruedas dentadas que giran sin parar y la hacen funcionar. Realmente maravilloso. ¡De verdad fantástico!
-Bien, ¿pero para qué sirve?
-Ustedes, campesinos, no entienden nada de tecnología… ¿qué significa para qué sirve? lo importante es que las ruedas giran…
Imaginemos que no se trata de un campesino, sino de una persona que heredó de su padre una próspera fábrica textil y no es conciente que por medio de esta compleja máquina se puede elaborar mercadería, delicados tejidos de gran valor.
Seguramente él se impresionará satisfactoriamente cada mañana al llegar a la fábrica, accionará el interruptor de funcionamiento y disfrutará viendo funcionar las máquinas con toda la potencia.
Si se presenta alguna falla, llamará al service – él no hace nada… no sabe como hacerlo.
Esta persona no solo no gana dinero, sino que por el contrario lo pierde. Los costos para poner en marcha estas máquinas son muy elevados y él no obtiene suficiente ganancia para cubrirlos.
La persona piensa: «Que bello mundo, las ruedas giran y cada veintinueve días y medio la luna desaparece y vuelve a reaparecer… los elefantes… los monos… y ni que hablar de las personas… ¡realmente maravilloso!
Le preguntan: ¿para qué sirve todo esto?
él contesta sorprendido: ¿qué significa para qué sirve todo esto? Lo importante es que todo gira. ¡No tiene por qué servir para algo…!
Hashem no creó el mundo para que gire y la persona diga: ¡que bonito!, sino para que intervenga, construya y lo eleve.
Vale decir: toda la Creación es buena. Punto. El tomate es bueno, el caballo es bueno, el trigo es bueno.
Pero la creación del hombre, la transformó en mejor. Muy bueno. Ya que él hará del tomate – una ensalada. Enganchará el caballo a un arado y surcará la tierra, en la que sembrará el trigo, que molerá y refinará hasta obtener la harina con la que horneará panes y pasteles.
En un sentido más elevado: cuando coma el tomate y el pan y antes de hacerlo, bendiga sobre ellos, cuando a través de la comida se fortalezca para cumplir Mitzvot – habrá transformado los frutos de la tierra y los elementos materiales en espirituales, elevándolos de categoría y transformándolos en ‘muy buenos’.