Estudiando
4.Vaiera
El Libro De Bereshit (Génesis)
+100%-

Maor Hashabat: Oidos Atentos

Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh

Vayisá Enav Vayar Vehine Shelosha Anashim Nitzabim Alav…
Y alzó sus ojos y vio, y he aquí que tres varones importantes están parados mirándolo a él…

Quien observe las páginas doradas de la guía telefónica israelí, encontrará cien hojas con toda clase de Guemajim.
Es impresionante la cantidad que hay, los hay de todo tipo: de cunas, de chupetes, de chicos perdidos… una mamá fue con ocho hijos al supermercado, y salió con siete…todos saben si se pierde un chico donde ir a buscarlo.
Toda clase de ideas para ayudar a la gente. Hay un Rab llamado Israel Aronov que posee un Guemaj de Guemajim, esto quiere decir que se ocupa de crear nuevos Guemajim.
Guemaj para avisar de la apertura de nuevos Guemajim, Guemaj para aportar ideas para crear nuevos Guemajim…

Pero hay un Guemaj que es muy especial, el más grande de todos, según el Gaon de Vilna: «respeto a la Creación».
¿Qué quiere decir respeto? Respeto quiere decir: no darle cosas que necesita, herramientas, remedios, (aunque también es necesario), sino darle a sí mismo.
Cuando hacemos sentir a una persona que él vale, no estamos dándole algo externo a él, le estamos dando su ´ser´, esto no es algo acompañante, le estamos dando «a él mismo», esto dijo el Gaon.
Así dijo el Gaon de Vilna: el Jesed más grande, es darle respeto al compañero: -Tienes un Alma elevada.
Para entender mejor esta idea, contaremos una historia ocurrida en Israel, que nos mostrará el significado de dar ´esencia´, no ´acompañantes´.

Vivía en Bene Berak una mujer, propietaria de un departamento, que un día decidió ponerle un cartel de venta.
Llegó a la ciudad un Abrej de Kiriat Erzog, muy interesado en mudarse a Bene Berak, cosa no muy fácil por la poca oferta de departamentos para la venta.
En cuanto vio el cartel llamó telefónicamente y concertó una entrevista con la señora.

A la hora acordada se presentó en la casa. La mujer lo atendió muy cortésmente, mostrándole en detalle cada rincón de la vivienda.
De acuerdo al tipo y estado de la propiedad, y teniendo en cuenta la cotización de los departamentos en esa zona, el Abrej calculó que el precio variaría entre 150 y 200 mil dólares. Pero cuando le preguntó a la señora cuanto pretendía cobrar por su departamento, ésta le contestó que no menos de 380 mil dólares. -No menos de eso.
-Pero ese precio no es real, no es eso lo que vale. Le dijo el Abrej desilusionado, abandonando el lugar.

Un año más tarde vuelve a pasar por allí, y el cartel de venta seguía en su sitio. Pensando que habiendo transcurrido un año sin venderlo, probablemente hayan bajado el precio, llamó telefónicamente y pidió una nueva cita, la mujer le dijo que lo esperaba a las 4 de la tarde.

Puntualmente llegó a la casa, y para no perder tiempo, le recordó a la señora que él había estado hacía un año atrás, -En pocas palabras, yo solo quiero saber ¿Cuánto vale?
-380 mil dólares, no menos. Contestó ella.
-Señora, usted quiere vender o no?, se da cuenta que este no es un precio real?, no se da cuenta que no hay quien lo compre?
La mujer empalideció. El Abrej se sintió mal pensando que la había ofendido. Le alcanzó un vaso de agua.
Ella tomó el agua, y le dijo: -Yo nunca pensé en vender. Este es un lugar bueno
-Entonces, por qué engaña a todo el público?

-Yo soy viuda, estas cuatro paredes me comen la vida. No tengo para que levantarme a la mañana. Tengo hijos en Estados Unidos, pero nada más…
Esta mujer tiene plata… tiene salud… pero no tiene respeto.
-Este falso cartel, colgado en mi balcón, cambió mi vida y la transformó en un paraíso. La gente llama, viene, conversamos, me cuentan de su familia, los convido con un café. Por supuesto tuve que poner un precio alto para que nadie compre…

El Abrej la escuchaba conmovido. Ella sacó una agenda de citas, y le mostró las que tenía registradas para las dos semanas siguientes: dos antes del mediodía, dos por la tarde… Al mediodía: descanso
Cuanto es capaz de hacer la persona en un momento de desesperación, cuando siente que nadie se fija en ella.
El Abrej dictó una conferencia acerca de este tema, y organizó un Guemaj, que se llama «Oído atento».

Si conocemos a alguien que tiene un problema, no siempre es necesario darle dinero, a veces con escucharlo alcanza.
Lo único que tenemos que hacer es escuchar, pero no hacerlo mientras miramos el reloj, y no hay duda que si hacemos de esta manera y escuchamos a nuestro alrededor, vamos a ser merecedores de todas las berajot.

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