Lo que tengo, lo que soy
En general, nuestro deseo es incentivado por el anhelo de poseer más. Esto produce progreso material en un determinado sector a costa del desequilibrio social, el aumento del egoísmo y por ende la disolución de los valores espirituales; siendo el parámetro «lo que tengo» y no «lo que soy» (i. 37)