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La Armonia Universal
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Lo mejor de la humanidad

La esencia humana no soporta el mal y el sufrimiento. De ahí que hay quienes prefieren evadir los problemas en lugar de enfrentarlos. Evasión es el comienzo de una adicción.

Adicción, escapismo o responsabilidad
La adicción es el síntoma de una debilidad que se puede manifestar de muchas formas y si no es tratada correctamente puede destruir a las personas.
Las adicciones comienzan como un escapismo a las responsabilidades. Las personas evaden enfrentar sus problemas, entonces intentan camuflarlos con un calmante, con una diversión o con dinero. De a poco esa tendencia se va transformando en un modo de vida, en una dependencia y finalmente en una adicción.
Hay personas que viven como adictos, otros están dispuestos a encontrar las soluciones.
El adicto es una persona con miedo que precisa ayuda, necesita que los no adictos lo ayuden a salir de su circulo vicioso.

La historia se repite
Si analizamos la historia veremos que siempre existieron tiranos que intentaron esclavizar y conquistar a otros pueblos. Pero finalmente fueron derrotados por individuos que superaron la «adicción y la dependencia». La historia se repite, surge el mal y finalmente es derrotado. En toda generación existen personas que están dispuestos a vivir por Principios Superiores y defender la libertad.

Lo mejor de la humanidad
El mundo nunca cedió ante el mal y tampoco lo hará hoy ante el terrorismo. Lo mejor de la humanidad surgió de quienes lograron sobreponerse a la codicia, al engaño, al robo, al adulterio, al asesinato. Así respetaron los esfuerzo de las generaciones que los antecedieron y alcanzaron a percibir la verdadera esencia humana que surge cuando el hombre se libera de su peor adicción el egoísmo.

Un precio muy alto
La fuerza del pueblo judío se basa en esos Principios Superiores, así nunca escapó de su responsabilidad y finalmente superó los problemas. En medio de regímenes totalitarios donde no existe respeto por la vida, por los derechos de la mujer, ni por las minorías, el pueblo judío creó un oasis. En los últimos 50 años el pueblo judío transformó un desierto en un jardín, creó un país con lo más avanzado que la civilización puede producir. Una estructura material impresionante. Pero ese esfuerzo en recuperar casi 2000 años de estar disperso por el mundo pagó un precio muy alto, se descuidó la identidad, lo esencial.

Pequeños, importantes y trascendentes desafíos
Aunque 50 años es apenas un instante en la milenaria historia judía, para la actual generación el presente es su vida; por eso muchas personas se esfuerzan en des-cubrir caminos contemporáneos que fortalezcan la conciencia de la propia identidad. Pequeños problemas se solucionan rápidamente. Problemas importantes requieren mucho tiempo. Los desafíos trascendentes humanos ocupan grandes períodos de la historia hasta que comienzan a resolverse. Quienes superan las «adicciones» logran comprender lo que los Sabios de Israel nos enseñan: Quien dice me esforcé y no encontré no le creas. Quien dice no me esforcé y encontré tampoco le creas. Pero quien dice me esforcé y encontré, créele y aprende de él.
Quien se esforzó y encontró es quien logró superar sus adicciones.

Adicción galútica
De la misma forma que muchos gobiernos se hicieron adictos al chantaje del terror y «votan» en contra de Israel, muchos integrantes del pueblo judío aún son adictos a una ilusión, una adicción galútica. La adicción de quien no se siente soberano y «paga» para que se reconozcan sus auténticos derechos pensando que de esa forma será «oficialmente» aceptado.
¡¿No fueron suficientes los millones de judíos asesinados en los últimos 2000 años que aún es necesario seguir pagando!? Pagando con víctimas del terror, pagar con nuestra Tierra, la única que tenemos.
Quien crea que el problema son los denominados territorios está confundiendo el síntoma con la enfermedad.
La Civilización, los valores que surgieron de los diez postulados reconocidos por el Cristianismo como por el Islam, tiene una responsabilidad. También ante el pueblo árabe, víctima de un liderazgo que lo mantiene en el oscurantismo medieval. Sino se produce un cambio radical y el mundo invierte sus esfuerzos en promover una educación que desarrolle los valores de la civilización como máxima prioridad ninguna frontera mundial será suficiente para preservar la paz.

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