Las Tres Etapas del Amor
Extraído de El misterio del matrimonio. Rabino Itzjak Ginsburgh. Editorial Obelisco
Como hemos visto, el bien inherente a la relación con el consorte al nivel de su raíz-alma en común, es considerado el verdadero propósito de la creación del hombre:
«Y dijo Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo, crearé alguien que lo ayude’[2].
Este bien es sinónimo de la pareja que se aferra y unifica:
«Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se aferrará [3] a su esposa, y serán una sola carne» [4].
La relación secuencial entre los conceptos de bien, aferrarse y unidad es la siguiente:
Como hemos dicho, el bien en un buen matrimonio es un eco del deleite Divino que experimentara la pareja en su raíz-alma en común, antes que sus almas se separaran para descender y entrar en cuerpos individuales.
Una vez nacido, cada individuo siente una necesidad instintiva de buscar su «lado perdida» [5], basándose en el recuerdo subconsciente del profundo deleite que el experimento con ella en su existencia primordial. Cuando la encuentra debe «aferrarse» a ella, lo que hace dejando el hogar de sus padres [6], independizándose y construyendo un hogar para sí mismo junto con ella. Como nuestros sabios nos enseñan: «la esposa es el hogar» [7].
Devenir en «una sola carne» comprende tanto la consumación de las relaciones maritales [8] (que comienza con el mutuo aferramiento de la pareja) como el nacimiento de los hijos, en quienes la carne se vuelve físicamente una [9].
Cuando devienen en uno, el marido y la esposa experimentan nuevamente el bien y el deleite Divino que conocieron en el alma-raíz común [10].
Relación, estar juntos, unidad
El objetivo del matrimonio es que la pareja manifieste en su conciencia terrenal la unión existencial que encontraron en su alma-raíz celestial. Esta es la esencia del verdadero amor.
Este ideal se consigue en un proceso de tres etapas. Esto es así porque de acuerdo a la Cábala, toda la creación existe dentro de tres marcos de referencia: espacio, tiempo y alma [11]. Toda rectificación de la realidad debe por lo tanto dirigirse a cada una de esas tres «dimensiones». Respecto a marido y esposa, esto significa que la unidad que existe al nivel de su raíz espiritual común puede manifestarse en cada uno de esos tres marcos de referencia [12].
La primera etapa en este proceso es que una pareja aprenda cómo relacionarse e interaccionar adecuadamente entre sí. En las etapas tempranas de su relación, piensan acerca de sí mismos ante todo como individuos separados, ya que sus aspiraciones, deseos e intereses no se han amalgamado en forma consciente. El amor, en esta etapa, es la capacidad del alma de proyectarse fuera de sí misma y de esta forma tocar otra alma. Como lo explicamos anteriormente, el amor no rectificado se centra en uno mismo. Uno puede creer que está amando a otro, pero en realidad se ama solamente a sí mismo [13]. El amor rectificado comprende el aprendizaje de cómo trasladar el foco del amor y la solicitud a otra persona.
Ya que se consideran entidades separadas, el marido y la esposa probablemente ocupen en esa etapa ámbitos separados de «espacio» mental. Establecer y mantener una relación amorosa adecuada puede considerarse como la rectificación de la manifestación «espacial» de su unidad intrínseca [14]. Con el transcurso del tiempo, la pareja aprende a expresar su amor como una profunda sensación de compañerismo en la constitución de un hogar y alcanzar sus objetivos comunes, ocupándose en forma genuina uno del otro, y haciéndose más y más sensitivo y respetuoso de los sentimientos del otro.
La segunda etapa de la conscientización de la pareja es existencial: estar juntos continuamente. Habiéndose acercado uno al otro «espacialmente», han cerrado la distancia mental entre ellos y han devenido en una unidad marido-mujer. Su conciencia y sus límites emocionales se han expandido con el fin de incluir al otro, cada consorte considera al otro parte de sí mismo [15].
Como resultado, la proximidad física o la carencia de la misma no afecta su sensación de estar juntos. Han trascendido el espacio y existen juntos en el tiempo [16]. Al experimentar juntos los ciclos temporales, se centran en el enfrentamiento entre las diferentes circunstancias de la vida y su conciencia común, y reaccionan a ellas juntos y en forma productiva. Mientras su amor va madurando hacia un nivel en el que están verdaderamente juntos, ninguno de ellos puede imaginar su vida sin el otro.
En la etapa final de conscientización [17], el marido y la esposa se experimentan a sí mismos como una unidad. Ahora, su raíz espiritual común se manifiesta totalmente en ambos: lo que fueron en el cielo, son ahora en la tierra. Este es el cumplimiento de la intención de Dios, que se «aferren… y sean uno». Con el tiempo, el amor y el verdadero idilio se profundizan tanto en los niveles conscientes de sus almas como en su «inconsciente colectivo» mutuo [18].
A medida que la pareja se ensimisma en su verdadera realidad como parte de Dios, su sentido de individualidad desaparece. Ya no poseen sentimientos y emociones dirigidos al otro, sino que han «devenido» en el otro. En este nivel, uno no solamente rectifica y expande su estructura emocional, sino que realmente la transforma. Una vez que la persona somete su individualidad a la infinidad de la realidad de Dios, es capaz de transformarse en una versión más pura y elevada de sí mismo [19].
1- En base a la terminología del Sefer Yetzira 3:3. La palabra aquí usada para «espacio» es «mundo» (????), la palabra usada para «tiempo» es «año» (???). La palabra «alma» (???) es usada aquí en el sentido de un cuerpo humano viviente (creado en la «imagen de Dios») que es una reflexión física del alma espiritual del hombre.
«Espacio» incluye las tres dimensiones convencionales de longitud, amplitud y profundidad. Si consideramos al tiempo la cuarta dimensión, el alma (o la moralidad, la ética) sería la quinta dimensión.
2-Génesis 2:18
3-Esta es la primera aparición de la raiz «afianzarse» en la Torá.
4-Ibid 2:24
5-Ver cap.1
6-Ver Rambam sobre Génesis 2:24
7-Yoma 2a.
8-Ibn Ezra sobre Génesis 2:23
9-Rashi sobre ibid 2:24.
10-Como sustantivo, la raíz hebrea (afianzarse) significa «pegamento». Las dos palabras «bien» y «pegamento» se yuxtaponen en el versículo: «Dice que este pegamento es bueno (Isaías 41:7).
Cuando las tres letras de??? se unen a las tres letras de ??? en una correspondencia de una a una y se multiplican, tenemos que 4×9=36, 2×6=12, 100×2=200. La suma de estos productos (36+12+200) es 248, el número de «miembros del cuerpo humano y el número de mandamientos positivos de la Torá (Makot 23b, Ohalot 1:8).
La interpretación de estos resultados puede ser que todos los 248 mandamientos positivos sirven de «buen pegamento» que conecta al hombre con Dios (como la palabra mitzva significa «unir»).
El hombre fue creado «en la imagen de Dios» (???? ????? Génesis 1:27); el valor numérico de esta frase es también 248, así como el valor del nombre del primer judío, Abraham (?????). El judío, al observar los 248 mandamientos positivos se «afianza» a Dios y se hace «uno» con El (de Abraham se dice que: «Abraham fue uno» [Ezequiel 33:24]). Esta unión de Dios y hombre en la tierra es la razón suprema por la que El lo creó.
El bien es tanto el principio de la relación de pareja como su fin, de acuerdo al fundamento: «el fin está incluido en el principio y el principio en el fin» (Sefer Yetzira 1:7).
En la terminología de la Cábala, estas tres etapas están identificadas con la sefirá de jojmá (ver Tanya, cap. 35 en nota, citando al Maguid de Mezerij), «bien» (??? ) con la sefirá de biná (la revelación de Atik en biná» [ver Zohar 3:178b]; Atik es sinónimo de placer y «afianzarse» (???) con la sefirá de da’at.
11-En base a la terminología del Sefer Yetzira 3:3. La palabra aquí usada para «espacio» es «mundo» (????), la palabra usada para «tiempo» es «año» (???). La palabra «alma» (???) es usada aquí en el sentido de un cuerpo humano viviente (creado en la «imagen de Dios») que es una reflexión física del alma espiritual del hombre.
«Espacio» incluye las tres dimensiones convencionales de longitud, amplitud y profundidad. Si consideramos al tiempo la cuarta dimensión, el alma (o la moralidad, la ética) sería la quinta dimensión.
12-La palabra en hebreo para «uno» aparece tres veces en el relato de la creación, respecto a cada uno de los marcos de referencia: «un día» (Génesis 1:5, tiempo). «un lugar» (ibid 1:9, lugar), «una carne» (ibid 2:24, alma).
Notablemente, cada uno de estos versículos tiene 13 ( «uno») palabras. El primer versículo contiene 49 (=7²) letras. Los tres juntos contienen 144 (=12²) letras. El versículo más importante de la que contiene la palabra «uno» es el Shema (Deuteronomio 6:4), que en sí contiene 25 (=5²) letras. El número total de letras en estos cuatro versículos es así 12²+5²=169=13², es decir la palabra??? al cuadrado.
13-Dicho amor puede ser descrito como «impotente», ya que no produce nada duradero.
14-En la Cábala, los seis atributos emocionales (de jesed a yesod) son el origen de las tres dimensiones del espacio, cada atributo correspondiendo a una de las seis extremidades de las tres coordinadas espaciales.
15-Ver llamada 7.
16-En la dimensión temporal, dos puntos que existen simultáneamente son considerados coincidentes aunque sus coordinadas espaciales estén físicamente distantes.
17-La transición de la segunda a la tercera etapa de conscientización la provee la mitzva de la procreación. La procreación es la culminación de la proximidad y la consumación de la experiencia temporal mutua más importante, el ciclo menstrual de la mujer, como lo explicaremos en el cap. 11.
18-Los tres términos hebreos que indican estas etapas:??? (relación), ??? (juntos), y ??? (uno), está claramente relacionadas fonéticamente. Las consonantes comunes a estas palabras forman ??? (misericordia), estos son los tres niveles del amor.
Más especificamente, la ? de ??? se transforma en la ? de ??? mediante el método sustitucional de albam y la ? de ??? se transforma en la ? de ??? por virtud de ser ambas vocales (???»‘) y mediante el método sustitucional de ayik bejer.
Usando la metáfora de la música, la primera etapa corresponde a la pareja cantando en contrapunto, la segunda en armonía y la tercera en unísono.
19-Al hacerlo, uno en efecto procrea un nuevo yo. Este auto-renacimiento es una expresión refinada de la consumación de la unidad de la pareja, la procreación de hijos (ver llamada 57).
De aquí es evidente que una transformación verdadera es posible solamente si uno está casado.
Rabino Itzjak Ginsburgh