La Voluntad, el Tiempo y el Espacio I
« La plenitud de la Luz no es influenciada a causa de nuestros intereses temporales ni varía a raíz de los nombres que le adjudiquemos »
Dijo el Rabí Janiná ben Akashiá:
«quiso el Kadósh Barúj Hú refinar a Israel y
para ello le dio abundancia de Torá y mitzvót«[*]
Cabe aquí la pregunta : ¿a qué refinamiento
se refería el Sabio Rabí?
Las leyes generales que rigen todos los estratos de la realidad y la vida son la manifestación de la Fuerza Creadora dentro del espacio y el tiempo, es decir la Voluntad del Kadósh Barúj Hú.
El trabajo espiritual del hombre consiste en elevar su voluntad y deseo a Su Fuente, el Infinito/Ein – Sof, recipiente de la plenitud de Su Luz. Cuando esto sucede, toda la multiplicidad de la realidad y la vida encuentran su resolución al fusionarse con su raíz y máxima identidad, el Kadósh Barúj Hú.
El lenguaje de la Kabalá es una precisa nomenclatura que designa las gradaciones de manifestación de la voluntad y el deseo.
El Gran Sabio Kabalista I. L. Ashlag en su » Introducción al Libro del Zóhar» nos explica que la voluntad se encuentra por encima del pensamiento, es decir, que cuando el hombre piensa no hace más que articular y darle forma mental a su voluntad y deseo.
De acuerdo a la percepción judía de la realidad el pensamiento no es causa sino consecuencia.
El acto de pensar es el resultado de cómo intelectualizamos y percibimos nuestra voluntad y deseo.
La función del pensamiento consiste en discernir si nuestro deseo es egoísta o altruista, previendo así la consecuencia de nuestros actos.
¿Qué es lo que el hombre desea ?
Todos deseamos recibir plenitud, denominada en el lenguaje de la Kabalá : Luz/Or.
Cada uno le confiere a la plenitud, a la Luz, un nombre. A veces la denominamos riqueza, otras salud, otras amor, etc. Cada nombre que le adjudicamos a la plenitud de la Luz responde a nuestras propias limitaciones. La plenitud de la Luz no es influenciada a causa de nuestros intereses temporales ni varía a raíz de los nombres que le adjudiquemos, de la misma forma que las leyes físicas como la gravedad, etc. no se ven afectadas por nuestros pensamientos ni estados de ánimo; lo que cambia es nuestra relación hacia la Luz. Cada nombre nos indica la forma en la cual recibimos la plenitud de la Luz. Todas las denominaciones que mencionamos, riqueza, amor,etc., son características temporales y espaciales, es decir materiales y densas de cómo percibimos la Luz.
El lenguaje de la Kabalá nos introduce en sus propios códigos y terminología para denominar nuestra relación y recepción de la Luz/Or, los cuales están por encima de las influencias temporales y espaciales