La corona de la Torá
Extraído de Mishné Torá. Rabí Moshé ben Maimón
1. Con tres coronas fue coronado Israel, la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona de la realeza. La corona del sacerdocio le fue otorgada a Aarón, como está escrito: «Y será para El y para su descendencia después de El, como pacto de sacerdocio eterno» (Num. 25:13). La corona de la realeza le fue concedida a David, tal como dice: «Su descendencia para siempre perdurará y su trono será como el sol frente a Mí»(Salmos 89:37). La corona de la Torá está puesta y disponible para todo aquel que quiera, tal como dice: «Moshé. nos encomendó la Torá, herencia para el pueblo de Israel» (Deuteronomio 37:4)
Es decir, todo el que la quiera, que venga y la tome. Tal vez digas: «Las otras dos coronas son superiores a la de la Torá» [Para desdecir esto] está escrito: «Por Mí los reyes reinan y los gobernantes legislan justicia, por Mí los ministros dirigen» (Prov. 8:15-16) De aquí aprendes que la corona de la Torá es superior a la corona del sacerdocio y la corona de la realeza.
2 Dijeron los sabios: «Un bastardo que es sabio, antecede al sumo sacerdote que es ignorante, como está escrito: ‘Ella es más valiosa que las perlas…’ (Prov. 3:15). Es más valiosa que el sumo sacerdote que entra en el sancto sanctuorum.
3.No existe ningún precepto entre todos los preceptos que sea comparable con el mandamiento de estudiar Torá, sino que el estudio de la Torá es equiparable a todos los preceptos juntos, pues el estudio lleva a la acción, es por eso que siempre el estudio antecede a la acción.
4.Si se presentan ante el individuo la posibilidad de realizar un precepto [cualquiera] y el precepto de estudiar Torá, si es factible que el otro precepto pueda ser realizado por otro, que no interrumpa su estudio [para realizar el otro mandamiento que se le presentó]; pero si es imposible que sea realizado por otra persona, entonces que cumpla el precepto y que retorne a su estudio.
5.Lo primero por lo que será juzgado el ser humano [en el mundo venidero] será acerca de su estudio de Torá y luego acerca del resto de sus acciones. Es por eso que los sabios afirmaron: «Siempre debe el hombre ocuparse de la Torá, a pesar que lo haga en forma interesada, pues comenzando en forma interesada, terminará por cumplirla sin ningún interés de por medio.»
6.Aquel que de todo corazón desee cumplir este precepto en su forma .óptima, de forma tal que sea coronado con la corona de la Torá, que no desvíe su atención en otras cosas. Que no suponga que podrá adquirir la Torá juntamente con la riqueza y el honor, todo al mismo tiempo. Pues este es el camino [para adquirir] la Torá: «Pan y sal comerás y sobre el piso dormirás, una vida difícil vivirás y a la Torá te dedicarás» (Pirke Avot 6:4) y «No depende de ti terminar la obra, mas no posees la libertad para desentenderte de ella» (Ib.d. 2:16) pero «Si aumentaste en Torá, has aumentado en recompensa y la recompensa es de acuerdo al esfuerzo» (Ib.d. 5:23).
7.Tal vez digas: «Ahorraré dinero, hasta que pueda adquirir lo que precise y luego me liberaré de mis tareas y volveré a dedicarme al estudio de Torá». Si se te ocurre este pensamiento, jamás serás de aquellos que serán coronados con la corona de la Torá, sino que debes hacer de tu estudio de Torá algo fijo y tu trabajo algo circunstancial, y no digas: «Cuando me desocupe estudiaré» por si no llegas a desocuparte (Ib.d. 2:4).
8.Está escrito en la Torá.: «Ella [la Torá] no está en el cielo ni tampoco más allá del mar» (Deuteronomio 30:12-13) «No está en el cielo» se refiere a que no se encuentra entre los que son altaneros. «Ni tampoco más allá del mar» se refiere a los que viajan más allá del mar [para comerciar]. Por ello, afirmaron los sabios: «No todo el que aumenta en mercancías se hace sabio.» (Ib.d. 2:5) y encomendaron: «Disminuye un poco el trabajo y dedícate a la Torá» (Ib.d. 4:11)
9.Las palabras de la Torá fueron asemejadas al agua, como está dicho: «Todo sediento que acuda al agua» (Isaías 55:1) Nos enseña que así como el agua no se queda estacionada en una pendiente, así tampoco las palabras de la Torá se asientan en los de espíritu altanero, ni en el corazón de los engreídos. Sino en aquel que es de espíritu contrito [humilde], que se apega al polvo de los pies de los sabios, que renuncia a los placeres momentáneos y que minimiza su trabajo diario al mínimo indispensable para mantenerse, si es que le falta lo que comer, el resto del día y de la noche lo dedica al [estudio de] la Torá.
10.Todo aquel que se propone dedicarse a la Torá sin realizar ningún trabajo [o labor], pretendiendo mantenerse de caridad, está profanando el Nombre Divino y deshonra a la Torá, opacando la luz de nuestra fe, ocasionándose un mal a sí mismo y perdiendo la vida del mundo venidero, pues está prohibido aprovecharse de la Torá en este mundo, dijeron los sabios (Pirke Avot 4:6): «Todo el que se aprovecha en este mundo del honor que provee la Torá, se va de este mundo como un malhechor».
También dijeron: «No hagas de la Torá una corona para engrandecerte con ella, ni tampoco hagas de ella una herramienta para arar con ella». (Ib.d.) Más aun encomendaron los sabios: «Ama el trabajo, evade el cargo rabínico y no te arrimes al gobierno.» (Ibid.1:10) y: «Todo [estudio de la] Torá que no vaya acompañado de un trabajo, finalmente será abandonado y conduce a la trasgresión» (Ib.d. 2:2) Y el final de este tipo de personas es que terminar. robando a los demás.
11.Es una gran virtud aquel que puede mantenerse de la labor de sus manos, esta era la cualidad de los antiguos piadosos. De esta manera se hace merecedor de todos los honores y bienes de este mundo y del mundo venidero, como está escrito: «Cuando te alimentes del fruto de tu esfuerzo, dichoso y bienaventurado»(Salmos 128:2). Dichoso en este mundo y bienaventurado en el mundo venidero, que es todo bien.
12.Las palabras de la Torá no se mantienen en aquel que es irresponsable, ni tampoco sobre aquellos que estudian en medio del lujo, bebiendo y comiendo, sino en aquel que se sacrifica por ellas, esforzando su cuerpo constantemente, que no da letargo a sus ojos ni descanso a sus párpados. Afirmaron los sabios alegóricamente: «Esta es la Torá, del hombre que se sacrifica en la tienda…» (Num. 19:14) La Torá no se afirma, sino en aquel que se sacrifica en las tienda de la sabiduría (Bet Midrash – Casas de estudio). Y así dijo el rey Salomón: «Si has sido negligente, en tiempos de apremio tu fuerza será escasa.» (Prov. 24:10). «Mi sabiduría me ha protegido…» (Ecl. 2:9) 29 Dijeron los sabios: Existe un pacto firme, que todo el que estudia en una sinagoga, no se lo olvidar. fácilmente y todo el que estudia en forma recatada, se hace sabio, como está dicho: «Con los discretos está la sabiduría» (Prov 11:2). Todo el que hace oír su voz cuando estudia, su estudio se mantiene, mas el que estudia en silencio, su estudio se olvida fácilmente.
13.A pesar que el precepto incluye estudiar de día y de noche, el hombre estudia la mayor parte de su sabiduría, por la noche. Por lo tanto, aquel que pretenda adquirir la corona de la Torá, que se cuide [de estudiar todas] las noches y que no desperdicie ni siquiera una durmiendo, comiendo, bebiendo o en charlas [vanas] o cosas por el estilo, sino que las dedique a temas de Torá y sabiduría. Dijeron los sabios: «La música de la Torá. suena de noche» como está dicho: «Levántate, canta por la noche»(Lam. 2:19) Todo el que se ocupa de la Torá por la noche, un halo de misericordia lo acompaña durante el día, como está dicho: «En el día ordenar. Dios misericordia y por las noches la canción conmigo, una oración al Dios viviente» (Salmos 42:9). Todo hogar que, por las noches, no se escucha en él palabras de Torá, un fuego lo consume, como está dicho: «Toda obscuridad oculta de su tesoro, será consumida por un fuego…» (Job 20:26) «Pues la palabra de Dios despreció» (Num. 16:31) Esto se refiere a aquel que no se dedicó en absoluto a estudiar Torá.
Asimismo, todo el que podría dedicarse al estudio de la Torá y no lo hace, o aquel que aprendió y estudió Torá, pero la descuidó, para dedicarse a cosas banales de este mundo, abandonando su estudio, está incluido en lo dicho: «Pues la palabra de Dios despreció.» (Num. 16:31). Dijeron los sabios: «Todo el que descuida a la Torá a causa de la riqueza, acabará por descuidar la Torá en la pobreza y todo aquel que cuidó la Torá en la pobreza, finalmente la cuidará en la riqueza. Este tema está afirmado textualmente en la Torá: «Por cuanto no habéis servido al Señor, tu Dios, con alegría y buen corazón, con abundancia de todo; serviréis a vuestros enemigos, que os enviará el Señor, con hambre, sedientos, desnudos y desprovistos de todo…»(Deuteronomio 28:47-48) y dice: «Agobiándote y probándote, para beneficiarte al final»(Ib.d. 8:16)
Rabí Moshé ben Maimón