La Conexión Lashón Hará
Extraído de Cómo No juzgar a las personas. Una guía practica por Moshé Goldberger. Editorial Perspectivas
La manera en que juzgamos a otros está directamente vinculada a las leyes pertinentes a la prohibición de hablar lashón hará (palabras negativas). Rabenu Ioná (Shaaré Teshubá 3:218) introduce todo el tema de juzgar a otros favorablemente en medio de una explicación sobre seis niveles de lashón hará.
Basándose en esto, el Jafetz Jaim, en su introducción a las leyes sobre lashón hará, enumera el juzgar a otros favorablemente, como la tercera de catorce mitzvot positivas que podrían transgredirse al estar ocupado hablando chismes (estudiando la lista podemos percibir que el Jafetz Jaim eligió ésta como tercera porque es tercera en importancia):
«A veces, aquel que habla lashón hará, también transgrede la mitzvá de juzgar a las personas en forma favorable. Por ejemplo: si vio a alguien hablando o haciendo algo que se puede juzgar en forma positiva o negativa, aun si esa persona es de un tipo promedio, está obligado a juzgarla favorablemente… Aquel que relata o escucha chismes sobre una determinada conversación o acción, sin juzgar al que lo hace de una manera favorable, ha transgredido esta mitzvá (ver también Jafetz Jaim Kelal 3:7).
¿Qué ocurre si tengo la certeza de que la persona es culpable de una fechoría?
«Aunque su falta de mérito fuera tan abrumadora que la halajá no le prohíbe a usted completamente llegar a una conclusión negativa, debe aun así abstenerse de correr a contar a otros acerca de su conclusión. Uno está obligado a verificar muchos detalles antes de transmitir una información negativa (Jafetz Jaim 3:8).
En Kelal (6:7), el Jafetz Jaim también explica: «Así como no se debe creer una información negativa acerca de alguien, también está prohibido creer en una interpretación negativa de alguien que fracasó en juzgar a la persona meritoriamente».
«Creer en tal interpretación sería una doble transgresión: 1) fracasar en juzgar a las personas meritoriamente y 2) aceptar lashón hará«.
Por lo tanto, aprendemos que hay un segundo nivel de aplicación de la mitzvá de juzgar a otros en forma favorable. Además de aquello que vemos y experimentamos directamente, cuando oímos determinada información de la que nos damos cuenta de que es básicamente real pero también contiene interpretaciones; tenemos la mitzvá de descartar las interpretaciones y juzgar favorablemente.
Por ejemplo, mucha gente relata episodios parciales sin incluir prólogos importantes o inflexiones de voz. Pueden omitir el hecho de que una persona fue tomada por sorpresa y que luego se arrepintió o que había estado enojada debido a un asunto no relacionado y que provocó que reaccionara de una manera explosiva.
El Jafetz Jaim (Jafetz Jaim, Petijat, Asain, Be´er Maim Jaim 3) concluye con una regla: el que desea juzgar a otros favorablemente ¡siempre va a encontrar la manera de tener éxito!
En el camino que uno está decidido a tomar, va a ser conducido.
Makot 10b
Aplicaciones
Alguien que haya sufrido un revés financiero o haya perdido su trabajo, no puede sospechar que un judío tuvo algo que ver con esto (a menos que exista una prueba definitiva). Esto se basa en la mitzvá de juzgar a los demás favorablemente (Vaikrá 19:15; Jafetz Jaim, Hiljot Rejilut 6:3).
No se deje engañar por alguien que le dice que cierto judío fue el causante de esto. Usted está obligado a juzgar de forma meritoria
Si alguien le dice: «su competidor hace esto o aquello» o «Él alega que su mercancía no vale el precio», usted no puede creer este informe (Jafetz Jaim, Hiljot Rejilut 6:3, nota al pie de página).
Es mejor considerar que el informante, quien puede tener un interés personal en el asunto, está equivocado o es mentiroso y juzgar a su semejante judío favorablemente.
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Alguien perdió un caso en el bet din (tribunal de justicia). Esta persona informa que tiene razón y que el bet din fue corrupto. Por supuesto, él alega que tiene pruebas. Le muestra a usted el p´sak (la conclusión del bet din)) y le explica por qué hay un error. ¡Cuidado! No se deje engañar.
Incluso si usted fuera un gran sabio y pareciera que esta persona tuviera una justificación, considere el hecho de que puede no haber presentado el caso de la misma manera ante el bet din.
La regla es que siempre hay muchas perspectivas favorables con las cuales exonerar al bet din. Pero incluso si uno no viera soluciones meritorias, aún así existiría la obligación de acercarse primero al Rab o al bet din e informarse sobre sus razones (Jafetz Jaim, Hiljot Lashón Hará 6:8, nota al pie de página).
Si le han robado algo y tiene la firme sospecha de que sabe quién es el culpable, le está prohibido a usted, como individuo, castigar o penalizar a esa persona de cualquier forma para intentar extraerle una confesión (Jafetz Jaim, Hiljot Lashón Hará 7:13-14).
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¿Qué pasa con un mendigo del barrio de quién se pensaba que era un individuo respetable que necesitaba mi apoyo pero alguien informa que es un impostor?
La halajá exige que usted continúe dándole sus asignaciones de caridad en forma regular hasta tanto investigar y verificar la situación (Jafetz Jaim 6:11, nota al pie de página).
No juzgue a su semejante hasta no estar en su lugar.
Pirké Avot 2: 4
Moshé Goldberger