Ascendiendo
Reshit Jojmá (El principio de la Sabiduría)
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La ciencia como recipiente para la Kabalá


Proceso de la redención
La ciencia como recipiente para la Kabbalá

El Zohar conecta «los portales de la sabiduría celestial», es decir, la sabiduría interna de la Torá, con «las bajas fuentes de sabiduría». El vínculo es que la baja sabiduría – la ciencia – se convierte en el recipiente que permite que el receptor contenga la luz – es decir, la sabiduría celestial, o Kabalá.

El Zohar alude a un proceso que se está introduciéndo progresivamente en el mundo, y queda claro que aunque todavía no está aquí el Mesías, los recipientes que nos permitirán contener la luz mesiánica están llegando cada vez más rápido. Por lo tanto se está cumpliendo la profecía de Isaías, «Yo, Dios, lo aceleraré en su tiempo». En otras palabras, «a medida que se acerque el tiempo, Yo aceleraré el proceso».

¡No es de extrañarse pues, que inclusive los niños comprenderán la sabiduría interna de la Torá! Esto no va a ser un acto de magia, porque los niños conocerán tan bien el nuevo intelecto, producto de las enseñanzas de la ciencia, que podrán comprender más rápido que los adultos que, por el momento, quizás sigan cerrados de mente. Y esto ya está sucediendo en el mundo.

Dirijámonos ahora a las preguntas que formulamos anteriormente. ¿Cuándo puede revelarse algo? Cuando se sabe que el oyente tiene el recipiente adecuado para comprenderlo. Si está familiarizado con las enseñanzas de la sabiduría laica, tendrá por tanto el recipiente que le permitirá de comprender. El que no está familiarizado con la sabiduría actual no tendrá los recipientes para comprender. Por lo tanto, el que se da cuenta que su auditorio carece de los recipientes o estudios preparativos necesarios para comprender no debe de enseñar lo que sabe.

Los primeros sabios comprendieron la sabiduría interna de la Torá como una iluminación de ruaj hakodesh– Inspiración Divina, pero no podían hablar de ello claramente porque los requisitos aún no habían sido establecidos. En otras palabras, no habían recipientes en los que la mente pudiese captar. En cambio, en nuestro tiempo, los recipientes de comprensión están aquí y son objeto de contínua discusión, para que todos puedan comprender.

La disparidad entre el saber intuitivo de un tema y su expresión verbal también puede encontrarse en una historia talmúdica [1] que presenta a Dios mostrándole a Moisés una escena en que rabí Akiva está estudiando con sus discípulos. Moisés está confundido por lo que discutían rabí Akiva y sus discípulos. Moisés no podía comprender porque no captaba el modo en que rabí Akiva usaba los nuevos conceptos o «recipientes» que habían evolucionado desde su propia vida. Moisés había recibido la misma información básica, pero al nivel intuitivo. Es decir, no podía extraer información de la Torá como rabí Akiva, que había desarrollado su técnica de estudio como consecuencia de los nuevos «recipientes» y métodos de enseñanza que estaban a su disposición, pero no a la de Moisés. [2]

Proceso del meshiaj ben Yosef

Los comentarios de rabí Jaim Vital acerca del Zohar citado eran que la última generación antes del Mesías sería la que revelaría los secretos de la Kabalá. ¿Cómo ha de suceder tal cosa?

Es importante saber que existen dos clases de mesías, el mesías de Yosef (hijo de Yosef) y el mesías de David (hijo de David) [3]. El mesías de Yosef funciona a través de la naturaleza [4] y su era es natural, aunque espectacular. La era del descendiente de David es milagrosa, y como los profetas la describen, va más allá de la grandeza de la era del descendiente de Yosef [5]. Este prefacio trata sólo del proceso del mesías de Yosef, que conduce a la era de David. Comprender el meshiaj ben Yosef – el mesías de Yosef es percibir como ocurre el proceso de la redención.

Si el pueblo de Israel estuviese listo a merecer la era mesiánica ahora, la redención podría suceder rápida y milagrosamente. Sin embargo, si no lo merecemos, continuará a ser un proceso que adelanta paso a paso por medios naturales. Se necesitan las ciencias para tener acceso a la Kabalá, porque el mesías de Yosef obra de modo natural. La luz mesiánica vinculada con el mashiaj ben Yosef baja escondida y está exiliada entre las naciones del mundo bajo el aspecto de la sabiduría laica, la ciencia y la tecnología. Tener en mente lo que precede nos facilitará comprender lo que sugiere rabí JaimVital en su introducción al Etz Jaim. Continúa: [6]

Declara el Zohar: «A medida que se acerca la era mesiánica, inclusive los niños podrán comprender la sabiduría esotérica». Explica rabí Jaim: «En la última generación podrán comprenderse los secretos esotéricos de la Torá, que les eran inaccesibles a las generaciones anteriores. Pero ha de plantearse la pregunta, ¿si las generaciones anteriores no podían comprender, cómo hemos de poder nosotros? Es porque esta sabiduría será abiertamente revelada en las últimas generaciones, en particular en la última.

Pero la pregunta es, ¿cuándo y cómo ha de ser? Para responder a estas preguntas, rabí Jaim Vital [7] ofrece dos citas del Zohar. La primera es del Tikunei Zohar, que nos dice cuándo sucederá esto, en una revelación del profeta Elías a rabí Shimon bar Yojai:

¡Cuánta gente ha de mantenerse y alimentarse de su libro [la Kabalá] cuando sea revelado en la tierra en la última generación al final de los días!

La segunda es una enseñanza del Tikunei Zohar Jadash, que nos dice cuándo ha de suceder: [8]

Tú, Eliahu, (Elías el profeta) precederás a la profecía en la generación antes de la llegada de la era mesiánica… Te revelarás a algunos cara a cara, a otros te revelarás escondido por el ojo del intelecto, y a otros te revelarás a través de su sabiduría.

Dice el Zohar que la Kabalá se revelará por medios naturales, a través de la sabiduría de la ciencia, porque la interrelación de la ciencia y la Kabalá forma parte del ruaj hakodesh. éste es el proceso de revelación de la luz mesiánica – el ruaj hakodesh – que está evolucionando y descendiendo lentamente, revestido de las diferentes formas y modelos del tiempo, haciendo así que la Kabalá sea más accesible. En cambio, en generaciones anteriores, esta clase de ruaj hakodesh todavía no había descendido hasta el punto que está sucediendo hoy en día, porque nos referimos a la revelación y el desarrollo de la Kabalá de la última generación por medios naturales.

Como no merecemos que llegue el Mesías ahora, el proceso mesiánico está sucediendo de modo oculto, por medios naturales. En otras palabras, parte de la manera natural es la revelación de la ciencia y la Kabalá integradas para formar un conjunto. Por tanto, podemos comprender que ¡¡el Zohar y el Gaón de Vilna que citamos al principio son en verdad una profecía que sólo está comenzando a realizarse!!

La comprensión del proceso de la redención como lo hemos explicado realza el papel unificador de la Torah. Es decir, así como Dios y la Torah – Su sistema – son uno, no debemos considerar que la Kabalá y la ciencia son dos entidades distintas, sino dos sistemas de sabiduría que se complementan el uno al otro. Esto se debe a que, aun cuando parece que todo proviene de la humanidad, la fuente definitiva de todo es Dios. En verdad, cuando se comprende la Kabalá correctamente, se ve que es la clave, como un metasistema que unifica toda la sabiduría. Nada queda fuera del sistema Divino. Por lo tanto, el percibir todo en el universo como parte de un conjunto unificado, es la manifestación y la conciencia de la unicidad de Dios.

La meta: unificación total

El propósito Divino de este proceso paulatino es la revelación de la luz mesiánica. Dios va a revelarse en el mundo físico para mostrar Su Unicidad; como está escrito, «no hay nada otro fuera de él» [9]. Este versículo sugiere la unificación (yijud) de todas las fuerzas Divinas. El hecho de que el Zohar conecte las ciencias laicas con la dimensión interna de la Torah implica que llegará un tiempo en que el mensaje de la ciencia laica y el de la Kabalá serán uno solo. El Creador entregará al mundo la unicidad del mundo, sin diferenciación. Como lo predijo el profeta, «porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, así como las aguas cubren el mar».[10]

Sin embargo, inclusive el agua en el lecho marino tiene distintos niveles; en algunos lugares tiene poca profundidad mientras que en otros tiene más. Asimismo, el nivel de entendimiento de cada persona será relativo a su propio grado de preparación. En este sentido, el pueblo judío alcanzará mayor percepción de la unicidad Divina debido a su mayor preparación. Sin embargo, todos serán incluidos, tanto el judío como el gentil, ya que de no ser así, no sería unificación.

La evolución de la información que se ha revelado en los últimos décadas ha proporcionado los recipientes para captar las dimensiones internas de pensamiento que se encuentran en la Torá. Como hemos dicho, esto es una preparación para que el mundo se dé cuenta de la unicidad de Dios y de toda la Creación. El temor de las generaciones anteriores que los no iniciados mal usarían o mal interpretarían la información ya no es fundado, porque en nuestro tiempo existen nuevos recipientes de percepción. Por lo tanto vemos la necesidad de diseminar la Kabalá, especialmente en nuestro tiempo, como parte del proceso de la redención, siempre que se revele con los recipientes y conceptos apropiados para que pueda comprenderse correctamente. [11]

Fundamentalmente, el misterio de la unicidad Divina se encuentra en el amor. Es el amor de Dios que unifica los mundos superiores y los inferiores, y lo eleva todo hasta el nivel en que todas las fuerzas Divina se reúnen en una. Es por lo tanto apropiado, al umbral de la redención, de traducir al español el Portal del amor de Reshit Jojmá (Principio de la sabiduría), y ponerlo al alcance de todos. Este santo libro ilumina al lector acerca del verdadero sentido del amor al Altísimo. Solo quien se entrega a Hashem con un amor fusionado por el temor a la separación, puede lograr la unificación total ansiada en el cielo. [12]

El Portal del amor discute conceptos clave de la Torá como el bien y el mal, mostrando al lector cómo considerarlos desde su raíz celestial. La unicidad de Dios muestra que el mal no puede ser una entidad independiente. Más bien, en la era mesiánica la humanidad se dará cuenta cómo fundamentalmente, lo laico y lo santo, así como el bien y el mal, forman parte del conjunto total.

El no iniciado puede preguntarse si la historia de un violador que se enamora de su víctima – como puede leerse en El portal del amor del Principio de la sabiduría [13] – es el modelo más oportuno que podemos emular en nuestros sentimientos hacia el Creador. Sin embargo, el hecho que los sabios del Midrash hayan elegido este mismo ejemplo hace unos mil quinientos años, nos hace indagar en la naturaleza del mal con relación al bien.

¿Qué significa «el mal»? Si «no hay nada otro fuera de él», si no hay existencia más que la de Dios mismo, ¿cómo hace el Otro Lado para imbuir el mal de una existencia independiente ilusoria? El kabalista del siglo XII, Rabí Azriel de Gerona, enfoca el tema en su pregunta, ¿por qué ha de aceptarse que Dios estrecha Su energía luminosa por medio de diez sefirot? ¿Por qué no podemos limitarnos a aceptar a Dios como Ein Sof – el Ser Infinito que hizo la creación sin sefirot? [14] Responde Rabí Azriel que Ein Sof-el Ser Infinito es un proceso continuo de perfección ilimitada. Si Ein Sof excluyese la posibilidad de limitación, podría pensarse que el concepto de limitación no proviene de Dios. De ser así, esta declaración implicaría que la limitación está más allá o fuera de Dios, y esto significaría que hay existencia fuera de Dios. Si la limitación no forma parte de lo Divino, al decir que la limitación es la raíz de toda la creación que está limitada, se está diciendo en realidad que existe algo fuera de Dios. Esto no podría ser porque Dios lo abarca todo y no hay nada fuera de él. Por lo tanto, estamos forzados a concluir, dice Rabí Azriel, que Dios lo abarca todo, y como es así, incluye también la limitación.

Más aún, advierte Rabí Azriel, si asumimos que lo infinito de la luz de Dios excluye la posibilidad de limitación, hemos disminuido Su infinita perfección. Así, pues, el mensaje es que la Luz Infinita de Dios, ha de incluir lo infinito así como la limitación, y que la limitación que proviene de lo Divino se denomina «las sefirot». Aunque los conceptos de infinito y limitación parecen opuestos, si se ven en el presente contexto, son en realidad dos partes de un conjunto unificado mayor, que existe en una realidad dimensional más elevada – la Luz Infinita de Ein Sof.

El poder de la limitación es la raíz fundamental de la cual proviene lo que vemos como «el mal». El mal es la esencia de la limitación: ¡no se conoce más que a sí mismo! La razón por la cual existe para sí y nada más que para sí es que está cubierto de un velo – una limitación que sólo le permite distinguirse a sí mismo. El estrecho vínculo entre los conceptos de «mal» y «velo» pueden verse inclusive en inglés, ya que al intercambiar las letras de la palabra «evil» (mal), obtenemos «veil» (velo). El mal no es más que un velo.

El poder de la limitación es lo que la Kabalá llama la sefirá guevurá-reserva. Por oposición a guevurá-reserva, tenemos jesed-bondad. La guevurá implica la limitación y el estrechamiento de la luz Divina, mientras que jesed denota la expansión infinita. Por lo tanto es con guevurá que puede hacerse un recipiente, ya que ése es el propósito de lo que en Kabalá se denomina un recipiente: comprimir la luz para poder contenerla, y vincularse a la luz.

La función primordial del recipiente es de recibir la energía luminosa Divina para poder transmitirla a otros. El recipiente ha de formar parte de un partzuf-gestalt para recibir luz, integrarla, y transmitirla. Cuando el recipiente se vuelve compensado excesivamente, en que absorbe demasiada «luz de guevurá-reserva», entonces absorbe su contenido sólo para sí, sin transmitir y tratar con otros fuera de sí. Entonces deja de ser un recipiente para su prójimo y se convierte en una entidad egoísta que sólo se interesa en sí mismo. Esto es lo que se denomina klipá-mala corteza espiritual. La klipá-corteza está compuesta de la misma materia que el recipiente, pero como contiene una luz que no transmite, se ve ahora como una existencia independiente, y esto es lo que define el mal. Siempre que nos demos cuenta que, visto desde arriba, el mal es sólo el otro lado del bien y forma, junto con él, una entidad unificada, ya no hay mal. En cuanto sale a relucir la comprensión del yijud (la unificación), se alza el velo del mal, permitiéndonos ver que forma parte de un conjunto mayor, en que el mal carece de existencia.

Por lo tanto, es poder del yijud (la unificación) el que elimina el mal. El paulatino despertar de las ciencias es la fuerza fomentadora de la unificación, aunque sigue siendo baja la forma de klipá-corteza, ya que la ciencia todavía se ve como una entidad independiente. No obstante, se acerca el tiempo en que la humanidad adquirirá la capacidad de ver la ciencia desde una dimensión más elevada, y se dará cuenta que el yijud-unificación abarca todo el saber y que es una expresión de Dios. Entonces se podrá aceptar «el bien y el mal» como un conjunto unificado en el que nunca hubo mal.

Podemos ilustrar lo que antecede con la historia de dos santos hermanos, Rabí Pinjas y Rabí Samuel Horowitz. Rabí Samuel – conocido por el nombre de Reb Shmelka de Nickelsberg – y su hermano, quien escribió famosos comentarios del Talmud, eran discípulos del gran Maguid de Mezrij, Rabí Dov Baer. Le preguntaron al Maguid: «¿Qué significa la declaración rabínica que hemos de agradacer y alabar a Dios por el mal, del mismo modo en que lo hacemos por el bien? ¿Cómo es posible hacer esto con el mismo sentido de felicidad?» [15] Les dijo el Maguid de preguntárselo a Reb Zusha (el hermano del Rebbe Elimelej de Lizensk). Preguntaron a Reb Zusha: ¿Cómo puede alabarse a Dios por el mal del mismo modo que por el bien? Respondió Reb Zusha con asombro: «Me sorprende que el rebbe os haya enviado a mí, ya que nunca en mi vida he tenido un mal día. Para mí, todo es bueno. Entonces ¿cómo puedo explicaros lo que quisieron decir los rabinos?»

Afortunados los que ven la vida con este enfoque. En el futuro todos podremos alabar a Dios por el bien así como por el mal, y le diremos a Dios, así como le dijo el profeta Isaías:
«Yo te agradezco, O Eterno, que Te enojaste conmigo, y ahora Tu ira se ha calmado, y me has consolado». [16]

El dolor y el sufrimiento se sienten cuando las entidades opuestas se ven como fuerzas que chocan la una contra la otra. Sin embargo cuando se ven las entidades opuestas como dos partes que forman un conjunto unificado, entonces se verán la risa y las lágrimas como dos extremos que provienen del mismo lugar. Las lágrimas sólo expresan carencia y la limitación, mientras que la risa integra todos los aspectos en una entidad unificada y por tanto, se ríe uno. [17] Cuando se llega a este nivel, inclusive el hambre y el dolor se verán bajo el mismo prisma que la alegría jubilosa, como expresiones del amor de Dios. Como dice Rabí Eliahu de Vidas en el Portal del amor: [18]

«Dios mío, Me has dejado hambriento y desnudo; me has puesto en la oscuridad de la noche, y me has mostrado Tu grandeza y Tu poder. Si me quemases con fuego, [se trata de la llama de amor, Shelhuvah Derachimu ] [19] Te querría todavía más y sentiría más exaltación y regocijo ante Tu proximidad».

Notas:
1- Menajot 29b.
2- Véase el Leshem Shevo Veajlamá, Sefer Ha-Da-iá, vol. 2, p. 171. Sección 5.
3- Acerca de los dos mesías ver el Midrash Tehilim 60: 3; Sucah 52b, Zohar vol.1 p. 25b y en muchos otros sitios en el Midrash y en el Zohar.
4- Ver el Talmud de Jerusalén, Berajot 1: 1 p. 4b «Así como el amanecer rompe por un rayo de luz que se extiende poco a poco, y con el tiempo se aclara cada vez más, así también la redención de Israel viene al principio poco a poco y con el tiempo se desarrolla cada vez más». El hecho que está sucediendo paulatinamente proviene de un intermediario humano – el mesías hijo de Yosef – mientras que lo que claramente proviene de Dios se hace instantáneamente – por entremedio del mesías hijo de David.
5- Escribe el Gaón de Vilna: «El mesías ben (hijo de) Yosef es un proceso natural anterior a la era del masías descendiente de David, cuyos actos serán milagrosos. El Talmud se refiere a la era del mesías ben Yosef al decir que no hay diferencia entra la era mesiánica y este mundo, fuera de la subyugación»
(Berajot 34).
6- Introducción al Etz Jaim, Jerusalén, edición Attíeh, p. 6. Edición de letra cuadrada, p. 15.
7- Introducción al Etz Jaim, edición Attíeh p. 8. Edición de letra cuadrada, p. 19.
8- Zohar Jadash, publicado por el Mossad HaRav Kook, Jerusalén, p. 103a.
9- Deuteronomio 4:35.
10- Isaías 11:9.
11- Advertimos que esto depende del nivel y la intención del lector y de su percepción así como del profesor que comunica la información.
12- Zohar, Vayakhel, p. 216a.
13- Véanse los capítulos III (a partir de la sección «Grados de aproximación» y IV.
14- Rabí Azriel de Gerona fue discípulo of Rabí Isaac «el ciego» y el maestro de Rambán (Najmánides). Véase el estudio de Rabí Azriel de Gerona, Biur Esser Sefirot, Jerusalén 1997, p. 30, no.3, (ot gímel).
15- Berajot 54a.
16- Isaías 12:1.
17- Véase el Leshem Shvo V-Ajlamá Sefer Ha-Dai-ah vol. 2 p. 101 (51a) s.v. V-sider; ibid. vol. 2 pp. 143-145 (72a-73a). ibid. vol.1 p. 12 (6d) ot 4.
18- Capítulo primero.
19- » Sh-lahuvah D-rajimu»- llamas de amor es una expresión del Zohar, vol.1 p.245a. El gran kabalista Rabí Shlomo Eliyashiv utilizó esta expresión a menudo en su trabajo, Leshem Shvo V-ajlamah.

Eliahu de Vidas

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