Festejando
Shabat
Shabat por la noche
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Kabalat Shabat

(Selección extraída del libro «Rezar como Judío», por Rabi Hayim Halevi Donin, © Dto. de Educ. y Cultura Relig. Para la Diáspora)

El servicio de oraciones del viernes de noche tiene un carácter especial. Se destaca por los cánticos en común y una atmósfera de grata expectativa. La diferencia más notable entre el contenido de este servicio y los de las otras noches de la semana radica en la adición de un servicio preliminar denominado «Kabalat Shabat» (Acogida del Shabat). Esta adición es de origen relativamente reciente. Fue introducida por la escuela cabalística de Safed a mediados del siglo XVI. De allí se difundió a todas las comunidades judías del mundo, siendo aceptada gradualmente como parte integral del servicio de oraciones del viernes por la noche.
Pese a su popularidad no se considera este servicio como obligatorio. Este carácter de no-obligatorio se refleja en la práctica, seguida en muchas congregaciones, de dirigir esta parte del servicio desde la bamá donde se lee la Torá y no del amud (podio) desde donde se dirigen las oraciones. Incluso hay comunidades donde la tradición local establece que el Maestro de Oraciones no se revista de talit para el servicio de Kabalat Shabat. En efecto, de este modo se señala la diferencia..
La expresión Kabalat Shabat tiene dos connotaciones diferentes. Una significa «dar la bienvenida» y la otra entrada «aceptación y acogida». En la literatura halájica predomina esta última acepción. Del mismo modo como en un día de ayuno se puede «aceptar» el ayuno con anticipación al tiempo establecido para su comienzo obligatorio, declarando que el ayuno entra en vigor para uno desde este momento – asi también puede una persona declarar que para él ha comenzado el Shabat incluso antes del momento de la puesta del sol. Toda declaración que señale que uno observa el comienzo del Shabat, constituye la aceptación del mismo. Este es el momento de Kabalat Shabat.
Esto es lo que los Sabios consideraban como Kabalat Shabat al usar esta expresión, cuando establecieron que la recitación de Barejú (al comienzo del servicio de Maariv) constituía el momento preciso en que se aceptaba el Shabat. A partir de este momento quedaba prohibida toda labor, aun si el sol no se hubiera ocultado todavía. Cuando se estableció la costumbre de preceder el Maariv con el Salmo 92 (Salmo. Cántico para el dia del Shabat), fue éste el momento de Kabalat Shabat. Para las mujeres que encienden las luminarias del Shabat se considera que este acto indica la acogida del Shabat (véase Oraj jayim 263:10, Rabí Moshé Isserles).
Y si bien la expresión Kabalat Shabat se ha convertido en el nombre de una sección del servicio de oraciones, integrada por cánticos e himnos de bienvenida al Shabat, es la connotación de «acogida» la que ha quedado más arraigada en el espíritu judío.

El servicio de Kabalat Shabat consta de tres componentes:
1 .Una serie de 6 Salmos (Salmos 95 al 99 y Salmo 29), seguida por un breve poema mistico.
2.El himno «Leja Dodi»(Ven, mi Amado).
3.El Salmo 92 (Salmo. Cántico para el dia del Shabat) y el Salmo 93.


El Himno «Leja Dodi»

El himno «Leja Dodi» fue compuesto por uno de los cabalistas de Safed, Rabí Shlomo Halevy Alkabetz (1505-1584). La composición poética está dispuesta de modo que las letras iniciales de cada estrofa forman el acróstico del nombre del autor (Shlomo Halevy), práctica ésta frecuente entre los poetas litúrgicos. Si bien en aquella época circulaban varias versiones de un himno con ese nombre, esta es la versión adoptada por Rabí Isaac Luria, máxima autoridad entre los maestros cabalistas.

Después del servicio de Minjá, cuando el sol lanzaba sus últimos rayos sobre las cumbres distantes, este mistico santo con sus discípulos solían salir a los campos para ubicarse en una de las magníficas laderas de los montes de Safed, y extendiendo sus miradas por las profundas hondonadas y las elevadas alturas, abrían sus corazones en. un himno, mientras el sol se derramaba en una sinfonía de cambiantes colores:

Leja Dodi, likrat calá,
Penei Shabat nekabelá.

Ven, mi Amado, al encuentro de la novia; la presencia del Shabat acogeremos.

Este estribillo se repite en cada una de las nueve estrofas de este himno, en el cual se agrupa una serie de frases bíblicas para formar un mosaico litúrgico. Solamente las dos primeras estrofas y la última se refieren al tema del Shabat. Las demás expresan las ansias de redención de los judíos, que incluyen la restauración de Jerusalén y el advenimiento del Mesias. Cada una de las otras seis estrofas describe otra etapa del proceso de redención.
Las palabras del estribillo y las dos últimas palabras del himno proceden del Talmud. El Talmud nos relata que en las vísperas de Shabat, Rabí janina vestía sus mejores ropas y declaraba: «Venid, vayamos al encuentro de la Reina Shabat». Del mismo modo, Rabí Yanai se ponía sus prendas más finas y exclamaba: «¡Ven, oh, novia; ven, oh, novia!» (Shabat 119a; Bava Kama 32b).
Ahora ya no se sale al campo a recibir a la Novia Shabat. Pero nos dirigimos con la cara al oeste, en dirección al sol poniente, que indica la llegada del Shabat. Lo hacemos al recitar las dos últimas estrofas del himno Leja Dodi. Al decir: «Boi Calá; Boi Calá» (Ven, oh novia; ven, oh novia), nos inclinamos levemente.
La personificación del Shabat como Novia y como Reina, imágenes éstas que evocan una visión de belleza y de esplendor, nos demuestra el enorme cariño del pueblo judío por el Shabat. El Midrash da base a la idea de que Dios ha desposado al pueblo judío con el Shabat (Bereshit Rabá 11:9). De aquí la metáfora de la novia amada, cuya venida es esperada con impaciencia y es recibida con regocijo.

Rabi Hayim Halevi Donin

1 comentario
  1. Karla

    Muy interesante estoy muy interesada en aprender

    09/04/2019 a las 17:57

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