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Israel y Las Naciones

Extraido de El Camino de D-s

1) Uno de los conceptos más profundos de la providencia de Dios incluye a Israel y a las demás naciones. En relación con las características básicas humanas, evidentemente aparentan ser iguales. Desde el punto de vista de la Torá son completamente diferentes y están tratados como si fueran distintos.

Analizaremos estos conceptos para explicar de qué forma los dos son semejantes y de qué forma son diferentes.

2) Antes de que el primer hombre pecara, él estaba en un nivel mucho más alto que el hombre contemporáneo, como ya se ha visto. En este estado, el hombre se ubicaba en un nivel muy elevado, apto para un alto grado de excelencia eterna. Si no hubiera pecado, el hombre habría sido capaz de elevarse y perfeccionarse a sí mismo, paso a paso.

él habría tenido la posibilidad de engendrar futuras generaciones mientras siguiera en estado de excelencia. Su número podría haber sido determinado por la sabiduría de Dios, dependiendo de cómo mejoraría su virtud, para que fuera más perfecta. Todas las futuras generaciones habrían tenido entonces que compartir su bien con el primer hombre.

Dios también ha determinado y decretado que todas estas generaciones nacidas del primer hombre existan en varios niveles determinados. Algunos descendientes serían considerados como principales y otros como secundarios, tal como Raíces y ramas. Las últimas generaciones tendrían la estirpe de las más tempranas y también compartirían sus características, como un árbol con sus ramas. El número de Raíces y ramas fue determinado desde el principio con una precisión exacta.

Cuando el primer hombre pecó y cayó desde lo alto fue llevado a un nivel de oscuridad y opacidad. La humanidad en general cayó de su nivel y se ubicó en un estado muy degradado, que no se corresponde con el grado de excelencia eterno que le había sido adjudicado al principio. Entonces, al quedar en este estado degradado, toda su descendencia fue traída a este bajo nivel.

A pesar de que el hombre cayó, el aspecto elevado que existía en él como resultado de sus verdaderas Raíces no fue extinguido totalmente. Como el primer hombre no fue desechado completamente, aún podría retornar hacia el nivel más alto. Es decir, en acto se encuentra en un nivel degradado, si bien en potencia podría volver a su nivel superior.

Dios le dio a los descendientes del primer hombre la libre elección en su tiempo para luchar y para elevarse desde su estado bajo y volver a ganar el más alto nivel. La Suprema Sabiduría determinó el período de tiempo más apropiado para tales efectos y puso, consecuentemente, un tiempo límite para estas generaciones. De alguna manera, esto es parecido al límite de tiempo que se le da ahora a cada individuo. Cada uno tiene un tiempo y un período de vida limitados y es durante este período cuando él debe obtener tanto la perfección como su nivel en la Comunidad del Mundo futuro, tal como se ha comentado previamente. La razón en ambos casos es que todo lo que implica esfuerzo debe ser limitado en el tiempo.

3) La Suprema Sabiduría fijó que este esfuerzo fuera dividido en un período para las Raíces y otro para las ramas. El esfuerzo original sería entonces el de las Raíces mientras que, posteriormente, vendría el que está relacionado con las ramas.

El género humano al principio tuvo una alternativa para mantenerse de modo permanente en su estado original y reparar el mal espiritual que había cometido. El mismo procedimiento adecuado se habría aplicado para las Raíces y las cabezas de los descendientes del primer hombre para elevarlos primeramente a ellos mismos al nivel rectificado. Una vez que esto se lograse tanto las Raíces como sus ramas permanecerían en este estado para siempre, dado que las ramas siempre siguen a las Raíces.

El tiempo que se brindó a cada generación para funcionar como Raíces fue limitado. Durante ese período, las puertas se abrieron y se les dio la oportunidad para prepararse y transformarse permanentemente en una buena y apropiada raíz. Se habrían preparado para un alto grado de excelencia, apropiado para el hombre en su estado original más que para su estado decadente.
Como ellos se perfeccionarían a sí mismos como una raíz, obtendrían esto para sus descendientes. Todos recibirían lo que se obtuvo y estarían en el nivel y en el estado que se consiguió.

El período durante el cual esto fue posible se extendió desde el tiempo del primer hombre hasta la Generación de la Separa-ción, cuando se construyó la Torre de Babel. Durante este período nunca dejó de haber gente justa que predicaba la verdad frente a las multitudes, alertándoles que debían corregirse. Esto incluyó a individuos tales como Janoj, Matusalem, Shem y Eber.

Mas como la medida del hombre, es decir, el límite de corrupción, se completó en la Generación de la Separación, el atributo de justicia de Dios decretó que el tiempo en que el hombre podía ser elevado al nivel de raíz se debía terminar. Hasta este tiempo, las personas podían convertirse en parte permanente de estas Raíces, dependiendo de lo que había ocurrido previamente. Con la Generación de la Separación, este período quedó concluido.

Dios entonces analizó a toda la humanidad, detectando todos los niveles que serían permanentes en los miembros de esa generación de acuerdo con sus acciones. Esto se convirtió en su raíz como parte permanente de su naturaleza, y fue determinado como punto de partida desde el cual engendrarían futuras generaciones, todas conservando cualidades semejantes a las de su raíz ancestral.

Los descendientes de cada uno de estos individuos fueron divididos en agrupaciones permanentes, cada una con sus propias características y limitaciones. Ellas fueron destinadas a la paternidad de futuras generaciones que habrían de heredar sus características, al igual que miembros de cualquier especie particular que hereda las características de sus antepasados.
De acuerdo con el Juicio Supremo, a todos les correspondía pertenecer al nivel degradado al que llegó el primer hombre y su descendencia después del pecado, y no más alto que esto.

Mas únicamente Abraham fue elegido debido a sus actos y elevado, y se determinó que sería el árbol de máximo nivel y excelencia, de acuerdo a la situación de la humanidad en su nivel superior, razón por la cual se le permitió generar ramas según su propia naturaleza.
El mundo fue entonces dividido en setenta pueblos, cada uno con su nivel particular en el esquema general. Todos ellos permanecieron en el estado degradado del hombre, mas — Israel, se ubicó en el estrato más alto.

Después de esto, la puerta que conducía al nivel de las Raíces fue cerrada. Y comenzó la etapa del nivel de ramas, cada una de acuerdo con su naturaleza.
Aun cuando podría parecer que el hombre en la etapa del nivel de ramas era igual que en el nivel de raíz, existe en realidad una gran diferencia. Antes de la Generación de la Separación, el hombre existía en la era de las Raíces y fue tratado consecuentemente. Cuando ese período terminó, las cosas fueron juzgadas y hechas permanentes y una nueva etapa comenzó. Esta fue la etapa de las ramas que ha existido hasta el día de hoy.

4) La gran bondad y piedad de Dios decretaron que las ramas de otras naciones tuvieran una oportunidad. Si ellas así lo deseaban, aún tendrían la libertad de elegir el separarse de sus propias Raíces y, a través de sus acciones, ser incluidas en las ramas de la familia de Abraham. Esto es lo que Dios quiso decir a Abraham (Génesis 12:3): «Todas las familias de la tierra serán benditas a través de ti». Entonces Abraham fue hecho el padre de todos los conversos.

Esto requiere un esfuerzo por parte de los individuos interesados. Sin dicho esfuerzo, ellos quedarían adheridos a sus propias Raíces, reteniendo sus características naturales.

5) Es también necesario saber que así como el género humano se divide en árboles -Raíces- y sus ramas, del mismo modo, cada árbol en particular se compone de ramas principales a partir de las cuales surgen el resto de detalles.

El árbol de Abraham consistía de seiscientas mil ramas principales. Estos fueron los individuos que dejaron Egipto y a partir de ellos se conformó la nación israelí y les fue otorgada la tierra de Israel. Todos los descendientes son considerados detalles de estas ramas primarias.
Fue entonces cuando la Torá les fue entregada. Se considera que cuando esto ocurrió, el árbol obtuvo cierta madurez.

En ese tiempo, Dios también dio a las naciones su última oportunidad. En su bondad, él había suspendido su juicio final hasta el tiempo en que fuera dada la Torá. él entonces ofreció la Torá a cada nación, dándoles la oportunidad de aceptarla. Si alguna nación hubiera aceptado la Torá entonces se habría elevado de su estrato inferior. Como ninguna de ellas quiso la Torá, su veredicto fue sellado completamente. La puerta fue cerrada definitivamente, para nunca jamás volverse a abrir. Sin embargo, aún es posible convertirse para cualquier individuo y de esta forma él puede incluirse en el árbol de Abraham por su propia elección.

6) Sin embargo, no se decretó que las demás naciones fueran destruidas sino que ellas deberían permanecer en el estrato inferior que se ha mencionado. Este estado inferior nunca hubiera existido si el primer hombre no hubiera pecado. Sólo tuvo existencia por primera vez como resultado de su pecado. Estas naciones conservan el nivel humano imperfecto y Dios quiso que tuvieran algo de lo que correspondía a la humanidad en su más alto grado. Por lo tanto, él les proporcionó un alma similar, aunque de distinto nivel.

A ellos les fueron dados preceptos para que pudieran obtener ventajas materiales y espirituales apropiadas a su naturaleza. Esos son los siete preceptos dados a los hijos de Noé.
Todo esto ha sido dispuesto desde el principio de la creación, preparado para la eventualidad de que el hombre pecara.
Al respecto es como otros daños y castigos, que fueron creados condicionalmente, como nos enseñaron nuestros sabios.

7). En el Mundo Venidero no habitará nadie más que la nación de Israel y las almas de los justos pertenecientes a otras naciones adjuntas y anexadas a Israel. Todo aquello que ellos obtengan del bien absoluto no podrá ser obtenido más que de esta manera.

8) Cuando el mundo fue dividido en setenta naciones, Dios nombró a setenta ángeles encargados de ellas para cuidarlas y atender todas sus necesidades, lo cual posibilitaba que Dios los supervisara de manera general, mientras que el ministro espiritual los supervisa de un modo particular, a través del poder que Dios le da para dicho propósito. Sobre esto fue dicho (Amós 3:2): «Sólo a ustedes he conocido entre todas las familias de la tierra».

Esto no significa que los detalles vayan a estar ocultos al conocimiento de Dios. Además no puede ser cierto, dado que todo en la Creación es percibido por Dios y revelado a él, lo que significa que Dios no supervisa ni tiene influencia directa en los detalles. Esto se clarificará más adelante en otra sección.

9) Dios hizo depender la rectificación y la elevación de toda la creación de los actos de Israel. Con este fin, se puede decir que él subyugó su providencia a ellos. A través de sus acciones, ellos pueden causar la iluminación o influencia Divina o el oscurecimiento y el ocultamiento, dependiendo de sus actos.

Sin embargo, las acciones de las otras naciones no agregan ni sustraen del estado de la creación ni pueden causar que Dios sea revelado, ni que se retraiga. Sin embargo, lo que ellos pueden hacer es generar su beneficio o deterioro, tanto a nivel físico como espiritual, y fortalecer o debilitar sus ministros espirituales.

Aunque Dios no se involucra en la dirección detallada de las naciones, es posible que él ejercitara su providencia entre ellos cuando esto fuera requerido para el beneficio de Israel. Tanto puede aplicarse a un individuo o a un grupo. En tal caso, esto cae en la categoría de «medios», tratado ya en capítulos anteriores.

Rabbi Moshe Jaim Luzzato

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1 comentario
  1. JENNY

    SHALOM QUIERO ESTUDIAR LOS ROYOS SAGRADOS DE LA TORÁ LA PAZ DEL ETERNO LOS BENDIGA CADA DIA Y A CADA MOMENTO AMEN DESDE ARGENTINA

    02/07/2016 a las 00:50

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