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Gran Hermano

Extraido de jabad magazine.

SHAVUOT ES EL IORTZAIT DE RABí ISRAEL BAAL SHEM TOVFUNDADOR DEL MOVIMIENTO JASIDICO Y EPíTOME DE LA MITZVá DE AHAVAT ISRAEL (AMOR A TODO IEHUDí)

Reb Moshe Jaim y su esposa, Miriam, se habían casado hacía 33 años. Eran personas simples pero muy generosas. Lo que los perturbaba terriblemente era el hecho que no tenían hijos. Una noche, Reb Moshe Jaim estaba sentado en una esquina del shul escuchando una discusión sobre el Baal Shem Tov. Las personas hablaban acerca de cómo una pareja sin hijos, ya entrada en años, había visitado al Baal Shem Tov y le habían pedido una bendición. El Baal Shem Tov los bendijo y, con la ayuda de Di-s, tuvieron un hijo. Después de unos días Moshe Jaim le contó la historia a su esposa. Miriam había escuchado relatos similares de Bashe, una mujer virtuosa que era esposa del jasid Reb Gedalia Boruj, el zapatero. Miriam y Bashe trabajaban juntas dando cuidado médico y nutrición a madres parturientas, y reuniendo ayuda y apoyo para novias y huérfanos. Miriam se sintió alborozada al saber que su marido estaba considerando un viaje al Baal Shem Tov.

Los meses pasaron y Moshe Jaim y Miriam no habían viajado. En los días de Pesaj, Moshe Jaim oyó que un grupo de personas guiado por Reb Gedalia Boruj estaba planeando visitar al Baal Shem Tov, en siete semanas para pasar allí la fiesta de Shavuot. Después de discutirlo, Moshe Jaim y Miriam decidieron unirse al grupo. En el segundo día del mes hebreo de Iar, partieron en el largo viaje. Moshe Jaim y Miriam vinieron al Baal Shem Tov y, llorando profusamente, vertieron lo que estaba en sus corazones. El Baal Shem Tov, sin embargo, no les dio ninguna bendición. Entraron por segunda vez después de unos días. Luego una tercera vez, pero el Baal Shem Tov no les dio contestación alguna.

Reb Gedalia Boruj, sabiendo que el Baal Shem Tov siempre actuaba hacia sus visitantes con un intenso Ahavat Israel (amor a cada judío), estaba profundamente apesadumbrado por la amarga parte que le tocaba a la pareja. Como era uno de los discípulos más antiguos del Baal Shem Tov, buscó el consejo de sus colegas sobre el caso. Decidieron que diez hombres debían ayunar, orar, y suplicar por el matrimonio durante tres días consecutivos, y entonces verían lo que el Baal Shem Tov diría. Reb Gedalia Boruj y sus colegas llevaron a cabo su plan con verdadero Ahavat Israel. Tuvieron cuidado de no pronunciar cualquier palabra que no fuera con un propósito santo y vertieron sus corazones suplicando por la misericordia Divina para Moshe Jaim y Miriam. Nadie sabía lo que estaban haciendo.

En la tarde del tercer día, cuando todavía estaban en medio de la Tefilá (Plegaria) de la tarde, el secretario del Baal Shem Tov vino y les dijo que el Baal Shem Tov los invitaba a una comida de celebración. La comida tuvo lugar con la participación del Baal Shem Tov y sus discípulos y todos los invitados que visitaban al Rebe en esos días. El Baal Shem Tov estaba muy eufórico y expuso nuevas visiones de Torá basadas en los versículos: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y “Qué bueno y agradable es cuando los hermanos moran juntos”. También contó varias historias acerca del tema de Ahavat Israel y lo estimados que son los judíos ante Di-s. El Baal Shem Tov explicó el tremendo efecto que el amor fraternal puede tener y cómo, cuando los amigos suplican por la misericordia Divina para un amigo en su dolor, pueden anular un decreto celestial de 70 años de duración y transformar incluso “una maldición en bendición, y muerte en larga vida”.

Reb Gedalia Boruj y sus colegas comprendieron que la razón de la celebración era lo que habían hecho y que su plan había triunfado. Ellos instaron inmediatamente a Moshe Jaim y a Miriam a insistir en su súplica. Cuando la pareja se acercó al Baal Shem Tov, él les dio su bendición para tener un hijo que viviría una vida larga y feliz. Di-s cumplió la bendición del Baal Shem Tov y en el segundo día de Iar del año siguiente, Miriam dio a luz a un varón, al que llamaron Shlomo. Aproximadamente al mismo tiempo, Bashe, la esposa de Reb Gedalia Boruj, tuvo una hija a la que llamaron Iojeved. Cuando Shlomo y Iojeved tuvieron 17 años, se casaron para alegría de sus padres. Shlomo se hizo conocido como Shlomo Bashes, en nombre se su suegra, una gran mujer que era famosa por sus actos de bondad y caridad.

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