Estudiando
9.Vaieshev
El Libro De Bereshit (Génesis)
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Farbrenguen: Likutei Sijot 1

Bsd.
En ocasion de Shabat Parshat Vaieshev publicamos la primera parte de la Sija de Vaieshev del Volumen I de Likutei Sijot.

Sijot en Español y Editorial Kehot Lubavitch agradecerán sus comentarios y/o correcciones. Contacto: info@sijotenespanol.org.ar y info@kehot.com.ar. Asimismo, para dedicar fascículos del Likutei Sijot contactarse con info@sijotenespanol.org.ar o al Teléfono 4504-1908. Las frases entre corchetes [ ] son agregados de la edición en Español. A las notas originales se agregaron las notas de la versión Inglesa (NVI) y las de la edición en Español (NE). Cuando aparece en el texto ‘’Mi suegro, el Rebe (anterior)’’, el Rebe hace referencia a su antecesor Rabí Iosef Itzjak
Schneersohn, 6to. Rebe de Jabad.
20 de Kislev de 5767

1. El Maguid de Mezritch interpreto el versiculo [inicial de la Seccion Vaieshev,] «Y Iaacov se establecio en la tierra de residencia (megurei) de su padre, en la tierra de Canaan», de la siguiente manera:
Y Iaacov se establecio– fijo su vivienda, se «introdujo» – …en la tierra… – involucrandose con lo terrenal [del dia a dia]. .Con que objeto? …en megurei… – para «recolectar» (pues la palabra megurei puede traducirse como derivada de oguer bakaitz, «recolectar en el verano») las chispas de Divinidad que se encuentran en los objetos fisicos, y elevarlas a …su Padre Celestial.

Si bien establecerse «en la tierra», involucrarse con los aspectos fisicos [de la vida], constituye un descenso [respecto de un estado superior de dedicacion absoluta a lo espiritual], esta «caida» es solo transitoria. De hecho, es precisamente este descenso el que permite acceder a un grado mayor [de santidad y] elevacion [espiritual, superior al nivel en que se estaba previo a este].

Es a este concepto que alude la continuacion del versiculo, cuando dice …en la tierra de Canaan. «Canaan» [ademas de ser el nombre de un lugar geografico] significa [tambien] «comercio» -como esta escrito: «No habra mas canaaneo «comerciante» en la Casa de Di-s -.

[Esta interpretación del término “Canaan” aplicada al final del versículo coincide con el concepto aprendido de su inicio, pues] en el comercio, primero se invierte dinero, [la persona se “despoja” de su dinero –lo que de alguna manera se asemeja a un “descenso” pasajero,] para luego obtener [“recolectar”] dividendos –tal como está escrito: “Hay quien dilapida, y con todo incrementa”.

2. La enseñanza implícita en esto es la siguiente:
El judío no debe procurar exclusivamente [involucrarse con] “grandes emprendimientos” [es decir, dedicarse únicamente actividades tales que impacten intensa y notoriamente en la realidad del mundo]; su servicio [a Di-s], en cambio, debe consistir en “recolectar” –refinar y elevar– las chispas de Divinidad presentes en [todas] las cuestiones mundanas [sin importar si su impacto es evidente, o no, a los ojos humanos]. ¿Cuál debe ser la finalidad de su servicio? Su Padre; [hacerlo] para [satisfacer la voluntad de] su Padre Celestial (Di-s).

[El Midrash describe la relación especial existente entre los judíos y Di-s declarando que] “Israel fue comparada a la ‘abeja’, pues tal como ésta, todo lo que recoge es para su dueño, del mismo sucede con los judíos: Todo lo que hacen es para [satisfacer la voluntad de] su Padre Celestial”. El judío sirve a Di-s con el fin de verse recompensado material o espiritualmente, sino que su servicio debe orientarse, exclusivamente, a [generar la satisfacción de] el Padre Celestial.

Sin embargo, sólo le es posible incorporar profunda e interiormente en su ser la noción de que en la avodá, [el esforzado servicio a Di-s,] no deben entremezclarse intereses ajenos a lo Divino [y todo ha de ser exclusivamente en aras de Di-s,] cuando se ocupa [también] de las cuestiones simples, [aquellas que en apariencia no revisten importancia crítica ni generan grandes cambios]. Esto es así pues al abocarse a cuestiones “sublimes”, éstas son abordadas con las herramientas de su [propio] entendimiento y comprensión, y en esa instancia pueden entremezclarse [sus propios] intereses; para que la avodá esté “limpia” de intereses personales, debe ser “simple” y orientarse a cuestiones “simples”, [aquellas en las que la lógica humana no es relevante, sino sólo la Voluntad Divina].

En concordancia, mi suegro, el Rebe [anterior], dijo que “la simplicidad [o sea, aquella entrega incondicional, sin consideraciones ni cálculos personales] de los judíos simples, se conecta con la Simplicidad [no-compuesta] de la Esencia [de la Unicidad absoluta de Di-s]”. Así es también en cuanto al tema que nos ocupa: La simplicidad de la avodá llevada a cabo en cuestiones simples se conecta con la Simplicidad de la Esencia Divina. [Así, no es solamente el “judío simple” quien se conecta con la Esencia de Di-s. El individuo puede ser incluso un elaborado intelectual pero, no obstante ello, en el momento de servir a Di-s deberá dejar de lado su propio Yo, su intelecto y emociones personales, y satisfacer el deseo de Di-s llevando a la práctica Sus ordenanzas por el mero hecho de dar cumplimiento a la voluntad de “su Padre” Celestial].

Este modo de servicio a Di-s, [la avodá realizada con simplicidad,] se distingue por [poner de manifiesto la capacidad del alma de actuar con] el kabalát ol (lit.: ‘aceptación del yugo’, la entrega incondicional a Di-s). Vemos que los judíos fueron llamados “Los Ejércitos de Di-s”, pues la principal característica de un soldado es su [predisposición interior a entregarse y subordinarse por completo, sin cuestionar las órdenes de sus superiores,] kabalát ol.

[En síntesis:] El significado básico de [las palabras] “Y Iaacov se estableció en la tierra de residencia de su padre”, es el siguiente: El que una persona pueda llegar a [conectarse con] “su Padre” –es decir, le sea posible orientar toda su avodá íntegramente a [satisfacer el deseo de] su Padre Celestial– es posible sólo por medio de un servicio realizado a modo de “en la tierra”, una avodá simple, sin “vueltas” ni interpretaciones rebuscadas (pshetlaj). Sólo así desaparecerán los intereses ajenos a lo Divino, y el judío podrá conectarse [plenamente] con “su Padre” [Celestial].

Esta es precisamente la lección que aprendemos de nuestro Patriarca Iaacov: Iaacov se dedicó a avodat habirurím (la tarea de rescatar y elevar las chispas de santidad presentes en los objetos físicos). Fue a Jarán y trabajó denodadamente con el ganado de [su suegro] Laván –tal como testimonia el versículo: “Durante el día me consumió el calor, por la noche la helada, y mi sueño abandonó mis ojos”–; [es más:] en adición a [las largas y duras horas invertidas en] su esforzado trabajo, también sufrió físicamente.

[Dicho sea de paso, respecto del sufrimiento físico que podría sufrirse en el momento de servir a Di-s, cabe la siguiente aclaración:] Si bien nadie tiene derecho alguno a maltratar o mortificar su cuerpo –pues éste es propiedad de Di-s y no del hombre– el Alter Rebe cita, no obstante, la mencionada conducta de Iaacov para demostrar que, si es “necesario”, está permitido [conducirse de ese modo]. (Es decir, si se trata de [“comerciar”,] ganar dinero, [y] esta actividad [se despliega en plena conformidad con las normas establecidas por la Torá,] se la considera parte integral del “trabajo” [y servicio] espiritual de avodat habirurím, [y sólo entonces le está permitido al judío mortificar su cuerpo]).

Iaacov podría haber alegado [y reclamado a Itzjak, su padre]: “¿Por qué debo ser yo quien vaya a Jarán?” Es cierto que Iaacov y [su hermano] Eisav no podían vivir juntos; pero por esa misma razón se podría haber enviado a Eisav de Beer Shéva a Jarán, mientras que Iaacov podría haberse quedado [abocado al estudio de la Torá] en la Casa de Estudios de Shem y Ever ¡en Beer Shéva! Iaacov, sin embargo, no cuestionó [a su padre. En lugar de ello], fue con kabalát ol (sumisión) a cumplir la tarea de avodat habirurím.

Y [lo más destacable de su actitud es que] pese a ir [a Jarán sin demandar explicaciones,] con [una actitud de plena subordinación,] kabalát ol, [brilló en él la espiritualidad y pureza de su alma, y por lo tanto] lo hizo con entusiasmo y alegría, tal como está escrito: “Y Iaacov alzó sus piernas”. Fue en razón de esta conducta y predisposición que Iaacov no sufrió en consecuencia descenso espiritual alguno, sino todo lo contrario. [Aun en la ardua realidad que le tocó vivir en casa de Laván, formó allí su hogar de manera tal que] toda su descendencia fue perfecta, [sin que ninguno de sus hijos se desviara del camino de la Torá], y [tras trabajar 20 años para su suegro, logró y] trajo consigo [de regreso a Beer Shéva] riqueza [material, fortaleciéndose y elevándose también espiritualmente].

Este es, así, el significado de [las palabras] “en la tierra del Canaan”: [Como se dijera,] “canaan” significa “comercio”, [y con el uso de este término las Escrituras pretenden expresar que tal como en la actividad comercial se obtienen ganancias, del mismo modo] Iaacov obtuvo ganancias, pues refinó y elevó todas las chispas de Divinidad que se encontraban en lo de Laván, e incluso en lo de Eisav. De hecho, haciendo descender el makif (los aspectos trascendentales y todo-abarcantes) proyectándolos sobre Eisav, provocó que incluso Eisav lo besara de todo corazón. Además, [en cuanto a Iaacov] se preservó también el sentido literal del término “canaan” (comercio): éste regresó con una enorme riqueza, por mucho superior a la que tenía antes [de partir a Jarán].

3. La lección [de todo esto] para cada judío, es la siguiente: El que la persona “se establece en la tierra donde residió su padre…” conduce a [el logro de riquezas materiales y espirituales, como lo indica el término] “…en la tierra de Canaan”, pues “Hay quien dilapida, y con todo incrementa”. Al “descender” [y ocuparse también de las cuestiones mundanas], se obtienen ganancias, tanto físicas como espirituales.

Este servicio a Di-s llega a su clímax con “hasta que llegue a mi señor, a Seír”. Pues el servicio de birurím en el que la sumisión absoluta –kabalát ol— y el entusiasmo impregnan la esencia misma del alma [elevándola a un nivel espiritual sumamente excelso], producen para éste individuo una Redención Mesiánica personal que, a su vez, allana el camino para la Redención Mesiánica [global, literal y no apenas espiritual,] de todo el pueblo judío [como está escrito]: “Salvadores ascenderán al Monte Tzión, para juzgar al Monte Seír”.

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