Estudiando tres pesukim (versículos)
Devarim I,10
10 – ADONAI, VUESTRO DIOS, OS HA HECHO NUMEROSOS; Y HEOS AQUI EL DIA DE HOY COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN MULTITUD.
10 – Y HEOS AQUI EL DIA DE HOY COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN MULTITUD. En reiteradas ocasiones se compara a Israel con la multitud incalculable de estrellas. Pero nunca se ha impuesto esta imagen con tanta fuerza como en el momento de la congregación de esa muchedumbre de miles de hombres y mujeres, muchedumbre que si bien en un comienzo mostraba un aspecto confuso, en realidad se hallaba animada de un mismo espíritu y enmarcada por una organización sin tacha. Sin embargo, y es aquí donde esta comparación con las estrellas adquiere todo su valor simbólico, cada persona, al igual que cada estrella, representa un mundo aparte: la ostensible identidad de esta masa incalculable se disipa una vez que el examen profundo determina las características de cada grupo, de cada número. Empero, el conjunto toma cuerpo y obedece a una voluntad única e indiscutible (Rabí S. R. Hirsch).
Devarim I,21
21 – MIRA, QUE ADONAI, TU DIOS HA PUESTO ANTE TI LA TIERRA: SUBE, TOMA POSESION, COMO TE HA DICHO ADONAI, DIOS DE TUS PADRES; NO TEMAS, NI TE QUEBRANTES
21 – SUBE, TOMA POSESION. La tierra de Israel era considerada como posesión del Pueblo sólo después de haber sido conquistada. Esta conquista ya se había realizado de una manera simbólica desde los tiempos de Abrahám. Dios le había dicho: «¡Levántate! ¡recorre esta comarca a lo ancho y a lo largo! Pues es a ti a quien habré de darla» (Ver Com. Gén. XIII, 17).
Esta conquista debió inspirar en los hijos de Israel el sentido de la propiedad inviolable y perdurable hasta el final de los tiempos. Esta propiedad había sido facilitada por medio del acto simbólico de Abrahám, luego por la Mearát ha-Majpeláh [que adquiriera Abrahám Avínu] lugar este donde descansan los Patriarcas, que se encontraba allí, y finalmente por la caída de las siete naciones que se menciona en el vers. 8. He aquí lo que facilita a los hijos de Israel la conquista del país. Una vez que la Toráh emplea la expresión «Sube a conquistar», ello implica una acción rápida que debe ser ejecutada sin vacilación ni temor.
Devarim II, 16
16 – Y SUCEDIO QUE CUANDO YA HUBIERON ACABADO DE MORIR TODOS AQUELLOS HOMBRES DE GUERRA DE ENTRE EL PUEBLO,
16 – CUANDO YA HUBIERON ACABADO DE MORIR… (del vers. 17) ME HABLO ADONAI Esto es para enseñarle que durante los treinta y ocho años que Israel estuvo en desgracia, la palabra Divina no se le manifestó a Moshé, con palabras de amor, cara a cara y en tranquilidad espiritual
Maimónides nos dice: «Tú sabes que toda facultad corporal así como se confunde, se debilité y se deteriora, se fortalece. Ahora bien, toda facultad imaginativa es sin duda una facultad corporal. He aquí porqué verás que los profetas, cuando atraviesan por períodos de tristeza, cólera y otros (sentimientos) parecidos, dejan de profetizar. Has oído que los Sabios han dicho que «la profecía no llega ni en la tristeza ni en el abatimiento»; que nuestro Patriarca Yaakóv no tuvo ninguna revelación durante sus días de duelo, ya que su facultad imaginativa se encontraba ocupada por la pérdida de Yoséf; y que a Moshé no se le reveló nada como antes, después de los desafortunados hechos de los exploradores, y hasta cuando la generación en el desierto hubo muerto en su totalidad, ya que él se encontraba abatido por la enormidad de su falta».
Rashí nos hace observar también, que este ejemplo enseña que la Majestad Divina no desciende a los profetas sino para los israelitas. Desde el envío de los exploradores hasta este punto, la palabra (vaidabér..y habló) no se emplea en esta sección, sino sólo la palabra (vayómer..y dijo) la diferencia radica en que: (vaidabér) describe una visión a través de un cristal transparente (aspak-lariá ha-meiráh) mientras que (vayómer) describe una visión a través de un cristal opaco, (aspak-lariá sheénah meiráh) tal es la opinión de los Sabios de la Cábala, que cita Rabí Bajyéh.
Rabí Yehudáh Haleví en su Kuzáii II, 56 escribe: «El nivel [de fe y] de confianza de Israel no era sostenido por Moshé; más bien la [Fe y la] confianza de Moshé era sostenida por Israel. Porque el amor de Dios se a apoyaba en la confianza de Abrahám, YitZiák y Yaakóv. El escogió sólo a Moshé para volver a conceder sus favores a los israelitas».